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Jon Sobrino: reacciones de teólog@s de AL y el mundo

DOSSIER JON SOBRINO

OBSERVATORIO ECLESIAL (Espacio Espacio Eclesial- Marzo 2007)

Reacciones de teólogos y teólogas

de América Latina y el mundo

1.- Sombras de la inquisición (Frei Betto) 

Hoy es un día triste para mí. Me duele en lo profundo de mi corazón, en la médula de mi fe cristiana. El Papa Benedicto 16, en vísperas de su primer viaje a América Latina, ha tenido un gesto que imprime un regusto amargo a todas las bienvenidas: condenó al teólogo jesuita Jon Sobrino, de El Salvador.

Conozco a Sobrino desde hace mucho. Estuvimos asesorando a los obispos latinoamericanos en Puebla, en 1979, con ocasión de la primera visita del papa Juan Pablo 2º a nuestro continente. Participamos juntos en muchos actos, empeñados en alimentar la fe de las comunidades eclesiales de base que, hoy, convierten a América Latina en la región con mayor número de católicos en el mundo.

Sobrino es acusado de que en sus obras teológicas no da suficiente énfasis a la conciencia divina del Jesús histórico. Se le prohíbe por tanto dar clases de teología, y todos sus escritos futuros deberán ser sometidos a previa censura vaticana. El parecer condenatorio de la comisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) parte, sin duda, de prejuicios.

La lectura atenta de las obras de Sobrino revela que en ningún momento niega él la divinidad de Jesús. La niega el docetismo, herejía ya condenada por la Iglesia en los primeros siglos de la era cristiana, basada en la idea de que Jesús, de humano sólo tenía la apariencia, pues en todo lo demás era divino. Lo cual haría de la encarnación un embuste y daría alas a la fantasía de que en la Palestina del siglo 1º el hombre Jesús, dotado de omnisciencia, muy bien podía haber previsto el actual conflicto entre palestinos y judíos…

Los evangelios muestran claramente que Jesús tenía conciencia de su filiación divina. Al contrario de sus contemporáneos, trataba a Yavé de manera muy íntima, cariñosa: Abba, ‘mi papá querido’, una rara expresión aramea -la lengua que Jesús hablaba-, según consta en el texto bíblico. Con todo, esos mismos evangelios muestran que Jesús, como todos nosotros, sufrió tentaciones, tuvo miedo a la muerte, lloró, experimentó la soledad, pidió al Padre que si era posible le apartase el cáliz de sangre; o sea, fue igual a nosotros en todo, como afirma Pablo en la carta a los Filipenses, excepto en el pecado, pues amaba como sólo Dios ama.

Roma, sin duda, aún padece del platonismo impregnado en la teología liberal desde san Agustín. Habla de la divinidad como si fuese contraria a la humanidad. Pero la Creación divina es indivisible. Como dice Pablo: "En él (Dios) vivimos, nos movemos y existimos" (Hechos de los Apóstoles 17,28). Bien dice Leonardo Boff al referirse a Jesús: "Tan humano así como él fue, sólo podía ser también Dios". Nuestra humanidad no es la negación de la divinidad, así como no lo era la de Jesús. La divinidad es la plenitud de la humanidad y ésta es preanuncio de aquélla. "Somos de la raza divina", afirmó Pablo a los atenienses (Hechos 17,28).

Roma, que juega tanto con los símbolos, parece despreciar a América Latina al ignorar que Jon Sobrino vive en El Salvador, cuyo arzobispo, Oscar A. Romero, fue asesinado por las fuerzas de la derecha al celebrar misa en la capilla de un hospital en 1980.El próximo día 24 se conmemoran 27 años de su martirio.

Sobrino vive en San Salvador, en la misma casa en la que, en 1989, cuatro sacerdotes jesuitas, más la cocinera y su hija de 15 años, fueron asesinados por un escuadrón de la muerte. ¿Cómo se va a renovar la Iglesia si sus mejores cabezas están bajo la guillotina de quien encuentra herejía donde hay fidelidad al Espíritu Santo? Hans Kung en 1975 y 1980; Jacques Pohier en 1979; E. Schillebeeckx en 1980, 1984 y 1986; Leonardo Boff en 1985; Charles Curran en 1986; Tissa Balasuriya en 1997; Anthony de Mello en 1998; Reinhard Messner en 2000; Jacques Dupuis y Marciano Vidal en 2001; Roger Haight en 2004.

Ninguno de ellos, sin embargo, fue excomulgado, como pregonan los fundamentalistas católicos.Lo que hay tras la censura a Jon Sobrino es la visión latinoamericana de un Jesús que no es blanco ni tiene ojos azules. Un Jesús indígena, negro, moreno, migrante; Jesús mujer, marginado, excluido. El Jesús descrito en el capítulo 25 de Mateo: hambriento, sediento, harapiento, enfermo, peregrino. Jesús que se identifica con los condenados de la Tierra y dirá a todos que, ante tanta miseria, deben portarse como el buen samaritano: "Lo que ustedes hagan a uno de mis pequeños hermanos, a mí me lo hacen" (Mateo 25,40).

2.- Seis piezas fáciles: sobre la «Notificación» 

«Hemos recibido la notificación, el padre Sobrino también, y lo hacemos con serenidad, respeto, y además, hasta con alivio»… Estas fueron las palabras del jesuita José María Tojeira, rector de la Universidad Centroamericana (UCA), después de considerar la «Notificación» emitida por la Santa Sede con respeto a dos obras del Padre Jon Sobrino.

Yo también comparto ese optimismo después de analizar lo que se dice, y lo que no se dice en la amonestación que la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) ha publicado referente a los volúmenes, «Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret» y «La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas» del padre Sobrino. Entre estas dos consideraciones, lo que no se dice nos dice más de que lo que sí se dice.

En particular, la CDF halló defectos en el análisis del padre Sobrino en seis conceptos estrechos: (1) ciertos presupuestos teológicos en sus obras; (2) la divinidad de Cristo; (3) la encarnación de Cristo; (4) la relación entre Cristo y el Reino; (5) la auto-conciencia de Cristo y (6) la muerte de Cristo.Ahora es conveniente repasar seis puntos positivos que recogemos desde esta experiencia. 

1. NO SE TRATA DE SILENCIAR A NADIE

El Vaticano, la jerarquía jesuita, y el arzobispado de San Salvador coinciden en un punto: la decisión del Vaticano de no sancionar a Sobrino «será universal» y todos la aceptarán. Es por eso que la UCA a recibido la «Notificación» de la Santa Sede «hasta con alivio, dado que en las noticias previas a lo que se ha dado a conocer se hablaba de sanciones, pero que no corresponden a lo anunciado este miércoles».

Algunos interpretamos esa clemencia como la actuación del Papa que, contrario a su fama de perseguidor de disidentes, ha actuado desde su elección como un verdadero "pontífice", es decir, edificador de puentes, para unir la comunidad eclesial, con respeto para sus colegas teólogos, aún cuando han diferido en la creencia, por ejemplo, recibiendo a Hans Küng (que había sido censurado por la CDF), y nombrando al cardenal Claudio Hummes, cercano a religiosos de la teología de la liberación en Brazil, a liderar la curia vaticana. 

2. NO HAY UNA CONDENA DE LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN

Como lo dice el padre Tojeria, «no se trata de una condena a la persona de Jon Sobrino ni a la Teología de la Liberación». Aunque los medios reportan que la «Notificación» implica una condena o denuncia de la Teología de la Liberación, los criticismos que se han hecho de dos obras del P. Sobrino son bastante angostas en su alcance, y no descartan lo importante y esencial de su pensamiento social desde la ética cristiana.

De hecho, la «Nota Explicativa» que acompaña a la «Notificación» afirma positivamente que, «La Iglesia, dócil al Espíritu, avanza con fidelidad por los caminos de la liberación auténtica… [U]na multitud de cristianos, ya desde el tiempo de los Apóstoles, han dedicado sus fuerzas y sus vidas a la liberación de toda forma de opresión y a la promoción de la dignidad humana. La experiencia de los santos y el ejemplo de tantas obras de servicio al prójimo constituyen un estímulo y una luz para las iniciativas liberadoras que se imponen hoy». 

3. NO HAY UNA CONDENA DE LA TEOLOGÍA DE JON SOBRINO

Repitiendo las palabras del P. Tojeira, «no se trata de una condena a la persona de Jon Sobrino». La «Nota Explicativa» que acompaña a la «Notificación» reconoce que «El P. Sobrino, en sus obras, manifiesta preocupación por la situación de los pobres y oprimidos especialmente en América Latina», y valora su preocupación como un interés válido y propio para toda la Iglesia.

Al hacerse saber el contenido de la «Notificación», un portavoz del orden jesuita declaró el apoyo de la jerarquía jesuita al teólogo vasco: «El padre Sobrino no es un rebelde. Él no tiene opiniones heréticas. Su fe es la fe de la iglesia católica».

El Vaticano reconoce las motivaciones beneméritas del P. Sobrino, sus compañeros lo respaldan y nadie está condenando su fe o devoción a Dios o su Iglesia: se trata solamente de diferencias técnicas en su metodología teológica. 

4. NO REPERCUTA CONTRA LA TEOLOGÍA DE MONS. ROMERO

Uno de los puntos importantísimos en la «Notificación» viene en la sección no. IV de esta, titulada «Jesucristo y el Reino de Dios». En esta parte de la «Notificación» se plasma una cita del libro «Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret» en que el P. Sobrino expone, «Mediador y mediación se relacionan, pues, esencialmente, pero no son lo mismo. Siempre hay un Moisés y una tierra prometida, un Monseñor Romero y una justicia anhelada. Ambas cosas, juntas, expresan la totalidad de la voluntad de Dios, pero no son lo mismo».

Lo interesantísimo es que la Congregación para la Doctrina de la Fe cita este pasaje, no para criticar la exposición de Mons. Romero como equivalente de Jesús y Moisés, sino que la critica por proponer que «mediador y mediación … no son lo mismo». Esto es punto obtuso, que se data a antiguos debates sobra la esencia teológica de Cristo.

Lo importante es que la aseveración por parte del P. Sobrino de que, «Siempre hay un Moisés y una tierra prometida, un Monseñor Romero y una justicia anhelada», no ha sido criticada. Ni tampoco han sido criticadas las ponencias de Mons. Romero en que el P. Sobrino ha colaborado, mientras que otras partes de la «Notificación» (como lo ya citado en el pto. no.2 de este escrito) reivindica el legado de Mons. Romero. 

5. NO REPERCUTA CONTRA LA OPCIÓN PREFERENCIAL POR LOS POBRES

La «Notificación» específicamente reitera que «la opción preferencial por los pobres, lejos de ser un signo de particularismo o de sectarismo, manifiesta la universalidad del ser y de la misión de la Iglesia». Es algo que merece repetición, porque no es una cita a la que los medios van a darle mucho significado: «la opción preferencial por los pobres… manifiesta la universalidad del ser y de la misión de la Iglesia».

Esta frase está plasmada en el pto. no.1 de la «Notificación», en el mero principio del documento. Esta afirmación, como la afirmación citada en el pto. no.2 de este escrito, junto con el hecho de que el P. Sobrino podrá seguir dando instrucción, escribiendo, haciendo estudios, y sacando adelante sus trabajos en favor de los pobres, significa que nada en esta «Notificación» impide su ejercicio particular de la «opción preferencial por los pobres».

Además, un portavoz de la CDF ha confirmado que a los fieles no se les prohíbe leer las obras del P. Sobrino — ni siquiera las dos obras tratadas en la «Notificación» — y por tanto, ni a ellos se les impide buscar según su propia conciencia, la «opción preferencial por los pobres» en su fe, y en el desempeño de su espiritualidad. 

6. LA EXPERIENCIA HA SOLIDIFICADO LA SOLIDARIDAD

El día después de la diseminación de la «Notificación» sobre Jon Sobrino, varios representantes de diversas comunidades laicas expresaron su solidaridad en torno al P. Sobrino en medio de los momentos difíciles que experimentaba.

Sus hermanos jesuitas también rodearon a su venerado teólogo y lo protegieron en medio de un abrazo acogedor. El orden jesuita, desde el superior general Peter-Hans Kolvenbach, hasta sus colegas, lo han defendido. El Papa y Mons. Sáenz han actuado con clemencia y gentileza, y sobre todo, el P. Sobrino ha procedido con rectitud, prudencia, y dignidad.

«Como jesuitas y hermanos de Jon Sobrino, lo que podemos decir es que recibimos la notificación del Vaticano, con serenidad y respeto. Somos religiosos y aceptamos lo que la Iglesia nos dice», fueron las palabras de José María Tojeira en nombre de la familia jesuita. La fortaleza y majestad con que el P. Sobrino ha soportado esta tribulación hace pensar en Santo Tomás Moro, bajo la prueba de su fe, y la serenidad con que se ha comportado hasta el momento es propia de Cristo. Todo esto nos da puntos de unidad y coherencia en la comunidad solidaria.  

3.- Una Reflexión en Medio de la Crisis… (Eduardo de la Serna) 

Se me ocurren unas reflexiones a la luz del actual "momento eclesiástico". Como en catarata, una institución que dice que los gobiernos anti-católicos, las sectas o los Medios de Comunicación deforman su "rostro", dio a la luz dos acontecimientos que hacen que todos nos miren a los católicos casi con conmiseración y lástima. Casi como si nos dijeran: "¿sos católico? ¡Pobre!"

 I.- Empecemos con la Exhortación apostólica sobre la Eucaristía.

En realidad, creo que fue exagerada por los Medios, y en algún caso deformada. No se ‘manda’ celebrar las misas en latín y cantar en gregoriano, por ejemplo. Pero igualmente, me surgen algunas preguntas: 1. la primera y principal: ¿hacía falta una exhortación apostólica sobre la eucaristía si hacía muy poco había salido una Encíclica sobre el mismo tema? Además que una Encíclica tiene más peso y densidad teológica que una exhortación, no tenía sentido si no va a decir nada nuevo.

Nadie realista podría esperar que se dijeran cosas nuevas sobre la comunión de los que no están sacramentalmente unidos en matrimonio, sobre el celibato, y sobre cosas semejantes. Sólo puede sentirse desilusionado o preocupado el que ilusoriamente pensara que esto iba a cambiar. En este pontificado.

Quizá sería para reflexionar la insistencia en las nulidades matrimoniales, donde hasta con cierta trampa se podría leer que el cura puede considerar con su propio criterio si hay o no causales de nulidad matrimonial. Propiamente, lo único "novedoso" (sic) es lo referente al latín, que fue magnificado por los medios: se propone para las celebraciones internacionales (¿incluso de una misma lengua?), se sugiere para algunas "oraciones tradicionales" (¿de qué tipo?),algo en gregoriano y que los seminaristas sepan latín para poder celebrar una misa en esa lengua (esta última es la parte que me parece más peligrosa, porque es la que deja puertas abiertas para normas de "mañana", y allí sí que se celebre en latín). Pero propiamente no hay una "norma" y no se dice que en los barrios las misas "han de celebrarse en latín".

En este contexto, además, me llamó la atención que en la referencia al celibato, aparece la idea de la "imitación", cosa que parecía dejada de lado, siendo que se ha visto como más cristiana y evangélica la idea del seguimiento. Si hay que "imitar" a Jesús, que fue "virgen", ¿los no vírgenes no pueden ser presbíteros? ¿cómo se los testea? ¿se deberá estudiar -además de latín e historia del arte- carpintería en el seminario, para modelar mejor al presbítero con la persona de Jesús?  

. En segundo lugar, me llama la atención que la parte teológicas (la primera) sea muy desordenada, no precisa, y entre en temas que son de opinión entre los estudiosos y no hacen a la cosa (por ejemplo, sostener que "este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" [Jn 1] alude al Cordero Pascual; cosa muy discutible porque los corderos pascuales no quitaban pecados). Mezcla AT con NT y esto con Padres, Pablo con Juan, Hebreos con los sinópticos… Cualquiera que haya leído a Ratzinger sabe que sabe y puede hacerlo de un modo más sistemático, y no se entiende el por qué de esto. Muy pintoresco (!) Me resulta que se dedique tan importante espacio a las indulgencias. Esa palabra aparece más veces que el término "pobres". Lamentablemente obvio.

Cuando asumió Benito 16 y yo dije que "no había visto un pobre en su vida" me gané insultos de "colegas" que hasta le pidieron al obispo que me mande callar (cosa que se negó a hacer en defensa de mi libertad); viendo el discurso de Benito 16 a los nuncios de América Latina y la preparación de Aparecida, donde el término ‘pobres’ aparece sólo una vez, esto resulta muy significativo (familia x3, sectas x3, vocaciones x3, y su "venerado predecesor" x3 [ah, por se notó, en la exhortación, varias veces cambia "venerado predecesor" por "el siervo de Dios"… ¡¡¡socorro!!!).

Esta exhortación es coherente con eso. Mira, analiza y proyecta la Iglesia de hoy, de mañana, desde Europa. Y no puede ver ni entender otra realidad. Y de esa misma incapacidad de entender es que mira, y analiza la teología de la liberación. Otras cosas ya las señale: que hable de "una cierta globalización" que "puede afectar" es algo que sólo puede decirse desde el Primer Mundo. No hay ninguna referencia al sistema de muerte que representa el neo-liberalismo.

Y es curioso -no inesperado-: se sigue hablando de los políticos que votan leyes es alusión a lo sexual y no a lo que verdaderamente mata, como el sistema económico-político de muerte. ¿Pueden comulgar los diputados europeos que apoyaron la invasión a Irak? Parecería que sí.

II.- En el caso de la sanción de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) a Jon Sobrino, también aclaro…

La noticia de que sería sancionado y se le prohibiría enseñar y escribir tuvo su origen en el arzobispo de El Salvador. ‘Coherentemente’ con la pastoral de Romero y luego de Rivera, su sucesor -como se sabe- es del Opus Dei y es obispo castrense. Sería interesante saber si está o no de acuerdo con la propuesta de reconocer a Roberto D’Abuisson, fundador de los escuadrones de la muerte, y responsable directo del asesinado martirial de Romero, como meritísimo hijo de El Salvador, como propuso el partido Arena. Fue este ‘eminente’ arzobispo el que dijo que esa sanción estaba por aparecer (y de allí, muchos medios dijeron que, Sobrino, además de censurado había sido silenciado). Sí llegó la notificación y la crítica, pero no se menciona ninguna sanción en el texto.

1. Es la primera vez que veo que después de una sanción, sale un nuevo texto como apartado para "aclarar"… Y si aplicamos el adagio psicológico "dime de qué te jactas y te diré de qué careces", no hace falta leer demasiado. Que después de seguir criticando la teología de la liberación y sancionar o censurar teólogos tengan que decir "pero nosotros a los pobres los queremos", me parece patético.

2. Personalmente, la mayoría de los argumentos de la CDF me parecen tirados de los pelos, sacando conclusiones que sólo ellos "quieren" sacar, con planteos bíblicos en muchos casos insostenibles, o por lo menos opinables. Y en varios casos -al menos bíblicamente, insisto- sin aplicar una metodología seria y acorde a la cuestión. Cuando se entra en el terreno del Jesús histórico, por ejemplo, falta todo análisis serio que justifique lo que se plantea. Y al analizar textos (Juan, por ejemplo), falta un serio análisis histórico-crítico que es -según la misma CDF como es "la interpretación de la Biblia en la Iglesia".

3. No me parece mal que haya una congregación Vaticana para el crecimiento de la fe. Que organice congresos, seminarios, debates… pero, dedicada a mirar con lupa (y muy distorsionada a veces), que falte a la verdad, y ¡sobre todo! a la caridad, no me cierra como algo conforme con la "defensa de la verdad". Escuchar a Hering decir que prefería los interrogatorios de la policía de Hitler a los interrogatorios de la congregación vaticana no habla muy bien de los "inquisidores".

Pero, además, si una congregación se preocupa por la fe, ¿no escandaliza más la fe de los pequeños y a las multitudes un arzobispo que sale de garante de un delincuente que un libro que pocos leerán, y que sólo mirándolo con lupa puede -arrevesadamente- interpretarse como "perjudicial a la fe". Si uno escucha que un obispo yanqui les dice a un grupo feminista; "No molesten, que ¡Dios es varón!", ¿no hace tropezar en la fe? ¿nadie sanciona o censura semejante herejía? una jerarquía cercana o cómplice a la dictadura ¿no aleja de la fe? ¿Quién hace caer en la fe a la comunidad creyente? ¿los libros de Sobrino o las acciones y omisiones de la jerarquía? ¿Qué escandaliza más: la teología de Sobrino o que se conozcan estas dos noticias que no son precisamente Evangelio?

4. Es probable que Benedicto 16 crea que a la Iglesia de mañana la salvarán las pequeñas comunidades fieles (Legionarios, Comunión y Liberación, Opus Dei, etc…) y que lo que hay que proponer es "la verdad" y que quede en el camino quien quede. Y que por eso no le preocupe que queden en el camino los que rechazan el latín, los que siguen la teología de la liberación, etc…

Pero otros podemos creer que hay otras estrategias pastorales, que hay otras cosas que el Espíritu dice a las Iglesias, y que hay otros lenguajes y lugares para anunciar la buena Noticia del Reino. Allí es que elijo estar. En rebelde fidelidad… Creo -a modo de conclusión- que es muy recomendable el excelente artículo de Codina que recomiendan a su vez los de "Cristianisme i Justicia" al comentar la censura a Jon Sobrino: "Sentirse Iglesia en el invierno eclesial".  

4.- ¿Condenará el Vaticano a Jon Sobrino, teólogo de la misericordia? (Xavier Pikaza

 Llevaba un tiempo escuchando las voces: ¡Van a condenarle ya! Pero no lo había podido creer. La inquietud ha crecido en estos últimos días y ayer mismo he llamado a tres amigos, que conocen mejor el tema, y me han dicho: ¡Le condenan dentro de unos días, pero vamos a callar hasta entonces, no nos precipitemos! Pues bien, J. M. L. Vidal ha publicado hoy la noticia en El Mundo y en Religión digital.

No se podía ya ocultar: ¡Van a condenarle! Y con él condenan al mayor referente vivo y activo de la Teología de la Liberación, pues L. Boff ha tomado una línea algo distinta y G. Gutiérrez está más callado. Introducción. J. SobrinoTodo parece indicar que quieren condenar una vez más a la Teología de la Liberación, pero si lo hacen condenarán a uno de los mejores cristólogos del momento actual, al mayor teólogo de la misericordia. Quedaremos todos (o, al menos, muchos) un poco más huérfanos de Roma, un poco más alejados de la Curia Vaticana. Por ella lo sentimos, por la Curia Vaticana, que parece alejarse de las raíces del evangelio y de la misericordia.

No lo sentimos por Jon, que ha realizado y realiza de un modo admirable su trabajo.Jon Sobrino nació en Barcelona el año 1938, de familia vasca, que tuvo que trasladarse a la Ciudad Condal a cauda de la guerra civil española. Ingresó en la Compañía de Jesús en el Salvador (1957), estudió después en Europa. Desde 1974 enseña en la UCA, del Salvador. Por hallarse aquel fuera de la UCA (dando conferencias) sobrevivió al asesinato de I. Ellacuría y sus compañeros (16.XI.1989).

Se mantuvo firme en su opción por la justicia y el evangelio y sigue promoviendo una teología de la liberación comprometida con la realidad social, una teología fundada en la misericordia de Dios, que a su juicio constituye el principio y base de la vida de los hombres, como indicaré el texto que citamos.

Conforme a la visión teológica de J. Sobrina, centrada en el Cristo Liberador Misericordioso, la misericordia de Dios (que está en el centro de la Biblia) no puede entenderse en sentido intimista, como algo que se opone a la justicia, sino como principio radical de justicia, es decir, de cambio humano. De esa forma ha vinculado Jon Sobrino, desde el más hondo misterio de Dios, lo que parece más espiritual (la rica misericordia divina, por emplear una palabra de Juan Pablo II, Dives in misericordia) con aquello que es más exigente en un plano social y estructural.

Sus obras han sido traducidas a varios idiomas y ofrecen una de las aportaciones más significativas de la teología actual, no sólo en América Latina, sino en todo el mundo, incluso fuera de los límites de la iglesia católica. Su primera gran obra fue Cristología desde América Latina, CRT, México 1976. Cfr.. además Liberación con espíritu. Apuntes para una nueva espiritualidad, Sal Terrae, Santander 1985; El principio misericordia, Sal Terrae, Santander 1992; Jesucristo liberador I-II, Trotta, Madrid 1993/8.

El proceso de condena que parece culminar ahora, si es que Dios no lo remedía, comenzó que yo sepa con trabajo crítico de su hermano jesuita J. Galot en “La Filiation divine du Christ. Foi et interprétation”: Gregorianum 58 (1977) 239-275, donde analizaba las postura de tres teólogos hispanos que “llaman la atención por su orientación no calcedonense y por la posición que adoptan con respecto a la divinidad de Cristo, que se puede llamar la de una divinidad antropológica”.

Galot aludía a JON SOBRINO, por su Cristología desde América Latina (CRT, México 1976) donde se vinculaba la figura y reflexión sobre Jesús a las condiciones sociales de América. También criticaba a J. I. GONZÁLEZ FAUS, en La Humanidad Nueva. Ensayo de Cristología (Madrid 1974) y me criticaba, igualmente, a mí, por mi libro sobre Los orígenes de Jesús (Sígueme, Salamanca 1976).

Aquella crítica ha seguido actuando desde el fondo de los dicasterios vaticanos, como una bomba de relojería, que ha estallado treinta años después con Jon Sobrino ¡después de treinta años!. En este tiempo Jon Sobrino ha trabajado de forma incansable por la Iglesia, es decir, por los pobres… Pero ha trabajado y trabaja en línea de evangelio, no de curia vaticana. Por eso, cuando su vida ha llegado a una cumbre intelectual y humana, quieren condenarle. No es que no tenga cosas criticables, como las tienen todos los que escriben de un modo comprometido.

Pero condenarle de esa forma ha sido lo peor que ha podido hacer (si lo hace) el Vaticano, echando así piedras contra su tejado.Cuando la noticia sea firme, si llega a serlo, comentaré mejor algunos de sus rasgos teológicos, algunos de los elementos distintivos de su teología. No sé cómo será esa condena, si es que al fin se pronuncia, como asegura J. M. L. Vidal en el mundo. Pero estoy convencido de que, si llega a producirse, será una condena contra el Teólogo de la Misericordia, que eso para mí J. Sobrino.

Y, sin más, paso a presentar a los lectores una página clave de su obra, una página sobre la misericordia. Gracias, Jon, por haberla escrito. Gracias por haber sido y ser quien eres y por lo que desde ahora has de ser, como deseamos tus admiradores y amigos. Todo lo que sigue es tuyo, Jon, de tu libro entrañable sobre El principio misericordia.  

5.- Declaración de la Junta directiva de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII ante la 'Notificación' de la Congregación para la Doctrina de la Fe a Jon Sobrino

 La Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, tras conocer y analizar la Notificación de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los libros de Jon Sobrino Jesucristo Liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret (1991) y La fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas (1999), quiere hacer las siguientes reflexiones. 

1. Consideramos que la reflexión de Sobrino sobre Jesús de Nazaret es una de las más importantes e influyentes en la teología cristiana del siglo XX, que ha iluminado la fe de los creyentes e inspirado su compromiso solidario con los pobres y excluidos, al tiempo que ha contribuido a dar significación y relevancia a la figura de Jesús. 

2. Una de las principales aportaciones de la cristología de Sobrino es la de recuperar la humanidad y el carácter histórico de Jesús de Nazaret, acentuando al mismo tiempo su condición divina, dentro de la mejor tradición cristiana, desde el Nuevo Testamento hasta nuestros días, como reconocen muy cualificados teólogos que han analizado minuciosamente la obra del teólogo hispano-salvadoreño.

3. Haciéndonos eco de un importante sector de teólogos y creyentes, creemos que Jon Sobrino es un impresionante testigo de la fe para mucha gente, que, mucho nos tememos, recibirá con escándalo la descalificación de su obra. Es también testigo de miles y miles de víctimas de la violencia estructural en América Latina, muchas de ellas consideradas con razón mártires. El martirio se ha convertido en los últimos años en tema y fuente de inspiración de su teología.

4. Nos parece que el análisis que la Congregación hace de la obra cristológica de Sobrino opera con categorías no radicadas en la historia y descuida uno de los datos fundamentales del Nuevo Testamento, cual es la dimensión liberadora de la vida, del mensaje y de la praxis de Jesús. Igualmente desconoce o, al menos no tiene en cuenta, las aportaciones de los métodos histórico-críticos, sociológicos y de la antropología cultural, aplicados al estudio del Nuevo Testamento y a la figura de Jesús en las últimas décadas. La Notificación extrae de los libros de Sobrino afirmaciones sacadas de contexto, que desfiguran su pensamiento. 

5. La Notificación del Vaticano olvida principios teológicos oficialmente asumidos por el magisterio papal, como la Iglesia de los pobres, que fue principio inspirador de la convocatoria del concilio Vaticano II por Juan XXIII: “La Iglesia –dijo- se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser, Iglesia: como iglesia de todos y, particularmente, Iglesia de los pobres”.

6. Con esta descalificación se está cuestionando seriamente la teología de la liberación, que constituye un referente fundamental para nuestra propia reflexión teológica y nuestra praxis, como consta en la Carta Fundacional de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII.

7. El procedimiento seguido en este y otros casos similares por el Vaticano, con secretismo, ausencia de diálogo y autoritarismo, resulta inaceptable para un sector creciente del pueblo cristiano y escandaloso para los ciudadanos identificados con los valores democráticos. Consideramos urgente crear espacios de diálogo en el interior de la Iglesia católica y de ésta con la sociedad que, en un clima de respeto al pluralismo y de legítima libertad de expresión y de investigación, nos permita escucharnos y enriquecernos mutuamente, renunciando a toda pretensión de poseer la verdad en exclusiva.

8. Valoramos positivamente la ausencia de sanciones en la Notificación. Ahora bien, si ésas se produjeran posteriormente, las consideraríamos injustas y contrarias al Evangelio.

9. Queremos expresar nuestro más sincero y profundo agradecimiento a Jon Sobrino por lo que significan para todos nosotros su obra teológica y su testimonio evangélico informado por la opción por los pobres.

10. En estos momentos dolorosos por los que seguramente está pasando, queremos hacer pública nuestra inquebrantable solidaridad con su persona y su pensamiento, y expresar nuestro reconocimiento por su ejemplar estilo de vida.Madrid, 18 de marzo de 1007 

SOLIDARIDAD CON JON SOBRINO

CAMPAÑA DE APOYO A JON SOBRINO

El reciente posicionamiento del Vaticano de castigar al teólogo jesuita Jon Sobrino – considerado uno de los grandes nombres de la Teología de la Liberación – repercute en varios sectores ligados a la Iglesia.  

Esta semana, está haciéndose un llamado internacional para que se envíen cartas de apoyo al religioso, resaltando los valores contenidos en sus escritos, objetos de la investigación iniciada en 2001 por el Vaticano. Para expresar el rechazo a la decisión, emitida por el papado de Benedicto XVI, está iniciándose la campaña “Querido Jon Sobrino, estamos juntos, juntas…”.

La campaña consiste en enviar cartas al religioso, donde las personas hablen sobre el provecho conseguido por la lectura de libros tales como “Jesús Cristo Libertador – Lectura Histórica/Teológica de Jesús de Nazaret” y “La Fe en Jesús Cristo – Ensayo a partir de las víctimas”, los dos que fueron analizados por la comisión del Vaticano, que acusa al teólogo de “humanizar por demás” la figura de Jesús Cristo.

Muchos sectores de la Iglesia vienen manifestándose sobre el asunto. Una de ellas es la Congregación de Defensa de la Fe. En palabras del fraile João Xerri, la Congregación “no va a cambiar, ni ablandar su posición – están premeditando esto hace años – pero la tarea esencial ahora es hacer que Sobrino sepa que no esta solo, que existen muchas otras personas en la iglesia que fueron inspiradas por sus escritos

cartas deben ser enviadas a la siguiente dirección: P. Jon Sobrino, S.J.
3a. Calle Poniente
Walter Soundy 1-1
04102 Santa Tecla (La Libertad)
El Salvador
Tel (503)-2228-3037
Fax (503)-2288-2245
E-mail: jsobrino@cmr.uca.edu.sv
O a:P. José Alberto Idiáquez Guevara, S.J.      
Ave. Río Lempa, 9N
Jardines de Guadalupe
Antiguo Cuscatlán (La Libertad)
El Salvador
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Oración de Solidaridad con Jon Sobrino

Padre bueno, te cantamos por tantas personas buenas que se solidarizan a diario con los excluidos y humillados de este mundo, con los explotados y oprimidos de esta América Latina, de este continente expoliado, victimado, martirizado, diezmado, en nombre del oro, del poder, de la ambición, cuando no en nombre de la extensión del mensaje cristiano.

Muchas personas buenas nos han enseñado a descubrirte siempre nuevo y siempre padre bueno y generoso, padre dolorido y solidario de todas las victimas, de todos los muertos antes de tiempo, de todos los despojados, envilecidos, torturados.

Hoy como ayer, Roma y la curia romana condenan, Padre bueno, a muchos de esas buenas personas que han puesto su inteligencia al servicio, voz y defensa de los pobres de la tierra, explicando los misterios del abandono de Dios, del crucificado ayer y hoy, y haciéndonos amarte a Ti más que antes, Padre bueno y generoso, y haciéndonos descubrir a Jesucristo crucificado en todos los crucificados de la historia.

Te damos gracias Padre bueno, por la vida y la obra de Jon, de Gustavo, de Leonardo, de Leonidas, de Oscar Arnulfo, y de tantos y tantas, porque las cocineras, los jornaleros, las lavanderas, los limpiabotas, los carretilleros, las empleadas, las madres solteras, los pescadores, los indígenas, los macheteros, y tanta gente sencilla, humilde y bondadosa aman, quieren, aprecian, y tienen en altísima estima a estas mujeres y hombres condenados por Roma, pero redimidos y salvados en el corazón de los pobres.

Gracias Padre, te alabamos y unimos nuestras voces a los ángeles, a los santos, a la multitud de los mártires de este pueblo,que te alaban sin cesar. 

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