Rabinal, 15 de noviembre de 2007
"El Reino ya está entre ustedes"
Después de la experiencia que hemos tenido… pensé en qué decir … qué compartir, le pregunté a nuestra querida Madre Dios qué podría ayudar … y una vez que los sentimientos de dolor, pena, rabia contenida… sentimientos encontrados fueron encontrando su propio cause … tuve un sueño y es lo que les quiero compartir.
Se abrieron las puertas de la gran ciudad… y una figura de hombre, con rostro cansado hasta el extremo cruzó la puerta … ¡pronto preparemos el lugar principal!… al instante se movieron muchas figuras que se apresuraban a cumplir aquellas palabras… instantes después empezaron a surgir muchos rostros por la gran puerta de la ciudad, eran niños y niñas; mujeres jóvenes y mayores; hombres jóvenes y mayores… lisiados, heridos, torturados, luchadores sociales, sacerdotes, religiosos y religiosas, obispos, catequistas, celebradores, campesinos, madres hijas, esposas, abuelas… fueron llevados a una gran explanada por el que todo lo sabe… paso seguido se escucho una firme pero tierna voz que comenzó el pase de lista de los presentes:
*Creyentes, catequistas, celebradores víctimas y mártires
A una voz la asamblea respondió
R . Amigos de Dios y profetas
Continuó
* Hombres y mujeres víctimas y mártires de Chichupac
R. Amigos de Dios y profetas
*Hombres y mujeres de Chijaa víctimas y mártires
R. Amigos de Dios y profetas
*Hombres y mujeres de Río Negro víctimas y mártires
R. Amigos de Dios y profetas
* Mujeres y hombres de Plan de Sánchez víctimas y mártires
R. Amigos de Dios y profetas
* mujeres y hombres de Chitucan, Panakal, Xesiguan víctimas y mártires
R. Amigos de Dios y profetas
*Melchor Fraj
R. Amigo de Dios y profeta
*Carlos Morales
R. Amigos de Dios y profeta
*Monseñor Gerardo profeta y mártir
R. Amigo de Dios y profeta
*Monseñor Romero profeta y mártir
San Alberto Magno
R. Amigo de Dios y profeta.
*Hombre y mujeres víctimas y mártires venidos de los cuatro rincones de la tierra
R. Amigos de Dios y profetas
Finalmente aquella voz dijo: La sangre de estos hombres y mujeres se funde y es semilla de resurrección.
A continuación todos aquellos seres vieron ante sus ojos: sus hogares, sus chozas, sus aldeas, sus campos, sus lugares de trabajo floridos… llenos de colores… de pronto surgió la música de la región de cada uno de los ahí presentes, empezaron a circular la jícara roja, la jícara negra, la jícara blanca, la jícara amarilla; con su pozol o pinol, su atolito, sus tamales, su fríjol, la tortilla… su comida llena de fiesta…
Y aquellos que habían sido humillados, torturados se fueron levantando y sus rostros brillaban con tal luz que sus pasos se tornaron llenos de dignidad y ternura… aquellos hombres y mujeres de maíz recuperaban su libertad, se reconocían como iguales, respetaban unos a otros y el gran Señor- Señora, Corazón del cielo corazón de la tierra… el de la Jícara Verde, el de la Jícara azul se regocijaba con ellos; porque al fin habían alcanzado la Esperanza y vencido la muerte.
Aquel lugar maravilloso era nada menos que aquella gran casa por la que habían trabajado, luchado, soñados,… aquella gran casa construida con la lucha de la dignidad rebelde, con la fuerza de aquellos corazones animados por la persecución, la resistencia y la propuesta de alternativas… se habían organizado, se habían hecho cómplices de la vida hasta derramarla cuando ya no hubo otra salida, cuando fue es y era necesario, cuando la quitaron,… la arrebataron.
Desperté de este sueño y abrí los ojos… me dije es verdad el reino de Dios ya esta entre nosotros – nosotras, pues nuestras mentes y corazones han vibrado, han sentido, han llorado con el dolor de nuestros pueblo.
Hasta aquí pareciera que me he olvidado de San Alberto a quien celebramos hoy, pero no, como San Alberto fue un hombre como dicen aquí cabal, un hombre conocedor de las ciencias, un hombre sencillo y humilde, un hombre sabio… le conocemos como el gran doctor de la Iglesia, que fue provincial, obispo, que fue maestro de santo Tomás de Aquino…
Yo lo quiero reconocer hoy como aquel hombre lleno de humanidad y ternura… como aquel hombre de coherencia de vida y lleno de sabiduría y en su honor quiero hacer mención de los sabios de nuestros pueblos, que al igual que San Alberto aman la naturaleza, la respetan, se sienten parte de ella y es en ella donde experimentan también el gran amor de Dios
Para nuestros sabios la tierra es madre… es el lugar donde están los antepasados, es el lugar de los abuelos, es también donde hay que pedir luz para saber los caminos que hay que seguir.
Pregunte a unos hermanos ¿Qué es la sabiduría? A lo que me respondieron:
*La sabiduría viene de Dios, no se puede comprar… nos hace hacer lo que se debe en la vida, sin ella no podemos vivir. Nos mueve a que seamos hombres y mujeres con dignidad… nos hace ser personas verdaderas, es un don… se conoce a la persona sabia por su forma de actuar y ser.
Por tanto, nosotras y nosotros buscadores de la verdad, luchadores por la justicia… mujeres y hombres cabales… verdaderos constructores del Reino, de la gran casa, de la nueva humanidad… construyamos, caminemos, vivamos, luchemos… amemos.