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Crónica del Encuentro de Artistas Dominicas en México

CRÓNICA DEL ENCUENTRO DE ARTISTAS DOMINICOS (AS) EN MÉXICO En la Basílica de Guadalupe, la Eucaristía celebrada como familia dominicana ha sido el gesto de bienvenida y de comunión que inauguró el Encuentro (del 11 al 18 de mayo) con 23 participantes de Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, México y EE.UU.

"Déjame abrasARTE con el Fuego de mi Palabra"

Segundo Encuentro de Artistas Dominicas/os

de Codalc – Mèxico 11 – 18 de mayo de 2008

En la Basílica de Guadalupe, la Eucaristía celebrada como familia dominicana ha sido el gesto de bienvenida y de comunión que inauguró el Encuentro con 23 participantes de Argentina, Costa Rica, Puerto Rico, México y EE.UU.

Desde la Villa de Guadalupe, el viaje nos condujo hacia Amecameca, donde las rosas multicolores y las paredes blancas del convento Porta Coeli simbolizaron tal vez – desde la primera noche – la predicación que queríamos compartir: entrega recíproca de colores, movimientos, música, imágenes y vivencias con que iluminarnos de vida para dejar huellas de vida. Nos recibieron con una celebración en la que la música y el baile nos dispuso nuestro corazón para acoger al Espíritu.

Al día siguiente, mientras crecía la familiaridad entre todos y todas, el convento se fue poblando de cuadros, de tapices, de acuarelas, de música,  de esculturas en papel maché, de signos de nuestro Rosario y de la calidez de lo artesanal.

De extranjeros/as y desconocidos/as pasamos a ser nuestro nombre y a compartir retazos de biografía personal a través de una presentación dinámica que pronto creó equipos para empezar el encuentro con un análisis de la realidad. Nos guiaron Enrique y Alberto de Serapaz (Servicios para la Paz) y si,  una vez más , frente a la mirada de nuestro corazón se fue extendiendo muy macizo  el dolor que llaga al mundo; pudimos sin embargo visualizar que se ensancha también un manto de bondad tejido entre muchas manos y ancho para abrigar, para curar y para seguir acunando semillas de justicia, de paz y de esperanza.

Sabemos de nuestro ofrecimiento como artistas: la belleza que emociona, un lenguaje que quiere provocar, gestos transgresivos hacia tierras vírgenes y miradas que anticipan lo que aún no amanece, son apenas un mosquito picando el poderoso lomo del dragón… Pero el Espíritu que anima al artista, que hace a su identidad y a su misión, es un Espíritu provocador que incomoda e impulsa la profecía.

En los días siguientes, se fue creado un entramado armónico entre los momentos litúrgicos y los espacios reflexivos; éstos últimos apelaron a nuestro estilo de Encarnación, al arte como "lugar teológico" y como espacio humanizador; al proceso de creación  como transparencia para vislumbrar lo divino que nos habita.

Las obras de arte que configuraron un bello espacio  y el  marco para el encuentro, despertaron vivencias, para engendrar nuevas creaciones bajo la guía de hermanos/as que con total sencillez y en un clima de respeto y de confianza, nos guiaron a pintar, a cantar, a danzar, a esculpir en papel, mientras risas en cascadas y en espiral a menudo cruzaban la sinergia del grupo y el silencio habitado.

En el transcurso del Encuentro algunas lluvias intensas arrancaron brillo y pétalos a las rosas: en cambio la pared blanca que se destaca en el claustro, como telón de fondo, se fue poblando de montañas, de vegetación, de frutos maduros, de animales y de personas. El fuego de la zarza  fue mezclándose a las entrañas incandescentes del Popo (el volcan que ha sido centinela grato del tiempo en Amecameca) y a las centellas de las antorchas dominicas, significando un abrazo de Amor disponible, en el Reino, donde todas/os y todo tienen su lugar.

Sí, el mural creció desde la primera noche en que lo soñamos juntas/os y vimos imágenes para plasmarlo, hasta la celebración litúrgica del  último día, cuando contemplando su nacimiento reciente, soñamos nuestro futuro y plasmamos compromisos para seguir tejiendo vida.

El tiempo compartido en Amecameca, ha sido un tiempo de Gracia favorable para experimentar que sólo en el silencio de la armonía y de la comunión afloran las imágenes interiores que "hacen posibles proyectar un mundo nuevo"

Y a las imágenes que fueron saliendo a nuestro encuentro intentamos acogerlas con amistad y con calor, porque sabemos que cada uno/una de nosotros es una unidad con la propia vida y que la imaginación es el espejo de nuestro ser.

A la vez prometimos ayudarnos  para  seguir desentrañando gestos personales  auténticamente nuestros/as y del Espíritu que nos habita y así ser facilitadores que traducen  el Misterio, sin traiciones ni vileza.

El paseo del viernes a Puebla nos permitió conocer espléndidos templos y lugares dominicanos testigos de la Fe encarnada en un pueblo creyente y plasmada en abundancia de arte. Al contemplar tanta hermosura se ensanchó nuestro corazón y nos sentimos confirmados/as en seguir sembrando el camino de la belleza como una auténtica predicación –

El ultimo día, junto a la familia dominicana de México celebramos, alegrados/as por danzas folklóricas y compartimos comida, arte, conocimiento mutuo, fraternidad y sororidad.

 

Como un gran ofertorio de Vida, culminamos el día en el fuego, la sangre y los abrazos de la Eucaristía.

Después, mientras iba cayendo la tarde, en la aldea de Porta Coeli, los y las Artistas dominicos desarmaron  el escenario y guardaron en maletas la exposición; en un  clima  de gratitud mezclado a nostalgia y profundo deseo:

"Oh Espíritu de Vida

Madre Ruah

Fecundidad escondida

en los océanos, en los vientos

en las llamas ,  en los surcos de la tierra,

en las entrañas de todo lo que vive,

ayúdanos a ofrecer Arte capaz de Florecer

capaz de hablar al hombre y a la mujer

con todos sus sentidos.

De forma tal que sus Vidas

se enriquezcan con cada minuto

esgrimiendo lo mejor del tiempo ya vivido"

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