PALESTINA, tierra santa y ocupada Breve narración de un viaje de la Coordinadora Internacional de DSI, viaje que fue la escucha de voces e historias de cristianos palestinos de Belén, donde las Hermanas Dominicas Internacionales (HDI) llevan un proyecto de solidaridad en la producción y en la exportación de rosarios y de productos de madera de olivo.
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Palestina, tierra santa y ocupada: breve narración de un viaje
"Amo Palestina como una madre ama a un hijo discapacitado: Sé que tiene problemas pero de todos modos la amo profundamente" (Samah Jabr)
Este viaje fue sobretodo la escucha de voces e historias de cristianos palestinos de Belén, ciudad en la cual las Hermanas Dominicas Internacionales (HDI) hace cinco años dieron inicio a un proyecto de solidaridad con una familia cristiana, que ha sabido involucrar a otras en la producción y en la exportación de rosarios y de productos de madera de olivo.
Este proyecto nació de la escucha del grito del pueblo palestino por parte de un fraile y una hermana dominicana en 2003: Margaret Ormond y João Xerri, luego de un viaje a Palestina. El grito es de los cristianos en particular -minoría entre las minorías-, pero también de las familias palestinas en general: había poco trabajo en 2003 y hoy en 2008 tampoco hay, al menos cuando nosotros realizamos esa visita. Muchos cristianos están dejando Palestina.
El muro y la segunda Intifada (iniciada en el 2000) destruyeron la débil economía de Palestina y en particular de Belén, donde los turistas están sólo de paso.
Esto ha llevado a muchos pequeños negocios de artesanías a cerrar o a concentrarse solamente en la exportación, a través de canales como los nuestros, la Caritas u otras realidades religiosas.
Al regreso de este viaje decidimos continuar escuchando y acogiendo ese grito: los palestinos no piden limosna sino justicia; y que les sea permitido vivir con dignidad y trabajar para ganarse la vida. Sentimos que contribuir a esta "liberación" responde al compromiso que HDI ha tomado para contribuir con la realización de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Los palestinos viven bajo una tierra ocupada ilegalmente por el gobierno israelí a través de los asentamientos y los retenes (checkpoints) y todos pagan por un pequeño grupo que elije liberar Palestina con actos de terrorismo indiscriminado.
Los Israelíes, al menos una parte de ellos, sueñan el Grande Israel libre de los palestinos, otros desearían únicamente vivir en seguridad y piensan que construir muros puede ayudarlos.
La situación no se puede simplificar, sin embargo una cosa es cierta: no puede haber paz en Medio Oriente si a los dos pueblos no les es garantizado un tratamiento simétrico y paritario. Samah Jabr (1) sostiene: "Creo firmemente que quien desea esta situación de opresión y de guerra es una minoría, pero una minoría muy violenta y agresiva.
La mayoría de las personas tiene buenas intenciones, yo tengo fe en la bondad del ser humano, pero son muchos los que están desinformados." Y además: "Este es mi pasaporte y mi carta de residencia: los palestinos que viven en Jerusalén no son ciudadanos, son sólo residentes.
Un residente puede ser "deportado" en cualquier momento, incluso sin ninguna razón legal. He vivido y estudiado en París por tres años y allí tenía una carta de residencia que me garantizaba más derechos de los que gozo aquí, la tierra donde nací, donde mis padres y mis abuelos nacieron y vivieron.
En este documento de residencia está escrito que soy una Jordana que vive en Jerusalén, obviamente el gobierno Jordano no me reconoce como tal, de hecho no puedo ir. Cuando estaba en París tenía que pedir visa para regresar a mi tierra; una de mis colegas francesas vino conmigo en una ocasión y ella no tuvo que solicitar su visa. En mi pasaporte está escrito "ciudadanía indefinida". No obstante todo estoy orgullosa de mi identidad."
Cuando encontramos a Jack Curran (Vice Presidente) de la Universidad de Belén, nos conmovieron muchas cosas de la vida de los estudiantes palestinos, pero una frase en especial nos tocó el corazón para devolverles esperanza, esa esperanza que sentíamos dejaba espacio a la impotencia. Nos dice: "Pero el muro un día caerá". ¿Es una esperanza o una utopia? Quizás ambas.
Luego nos muestra un libro con todas las imágenes del muro de seguridad que Israel está construyendo alrededor de Cisgiordania (West Bank), en especial se trata de la parte que interesa a Belén: están reproducidas sobre todo fotos de personas con gestos y expresiones de burla, una de éstas es la suya. ¿Puede parecer una paradoja que ante un muro que se está construyendo sobre su tierra las personas encuentren el espacio para hacer bromas? Y sin embargo el muro está lleno de escritos, de graffiti y de caricaturas, quizás es una manera para no dramatizar.
Sabemos que Palestina hoy es uno de tantos lugares de fractura y sufrimiento donde la Orden está presente (visitamos la comunidad de Hermanas iraquíes que están en Belén, ¡son únicamente dos!) La escuela bíblica de los Frailes y la comunidad de las Hermanas Dominicas de la Presentación en Jerusalén: pero el aislamiento que el Muro está creando es realmente contra todo sentido de humanidad (¡y de legalidad!).
Por esto renovamos la invitación a conocer mejor la realidad cotidiana de los dos pueblos en lucha y de sostener la economía del las 100 familias de Belén involucradas en el proyecto adquiriendo su trabajo. No solamente rosarios y productos de madera de olivo, sino también pequeñas bolsas y separadores de página realizados a mano por un grupo de personas con discapacidad. Para ver y saber más pueden consultar el sitio del DSI, www.dsiop.org.
Como muchos de los que visitan Palestina afirman, para entender es necesario encontrarse allí y respirar el aire, hablar con la gente, "tocar" con las manos y el corazón el muro. La invitación que los cristianos de Belén nos hacen es el de decir a las personas de no ir con las grandes organizaciones de peregrinajes, sino con quien los puede hacer vivir entre las personas, entre israelíes y palestinos, para escuchar, entender y compartir.
La Tierra Santa no es únicamente un lugar santo para visitar como turistas: es un lugar donde Jesús muere cada vez que opta por la violencia en lugar del diálogo; cada vez que elije de hacerse explotar en lugar de gritar la propia rabia; cada vez que un obrero construye otro pedazo de muro y otros colonos ocupan la tierra que no es de ellos; cada vez que violan los derechos humanos de los Palestinos con humillaciones deshumanas en los retenes. Nos dice George Sa’adeh que la paz es la mejor solución para los dos pueblos, en la guerra son perdedores incluso los que militarmente vencen. La ocupación deshumaniza incluso aquellos que la ocupan.
¿Qué cosa podemos hacer ante este conflicto? Los invitamos a buscar sus propias respuestas; nosotros pensamos que conocer mejor la realidad es un deber de cada dominico o dominica contribuir a la sobrevivencia de quien sufre es un acto de justicia evangélica. No nos/les queda que ir y escuchar y vivir… Buen viaje…
(1) Samah Jabr es una de las 13 psiquiatras de Palestina (para una población de 3,5 millones de personas). Es musulmana, vive en Jerusalén y trabaja en el reparto psiquiátrico de los hospitales de Belén y Ramallah. La entrevistamos durante un encuentro en Jerusalen.
(2) George Sa’adeh es palestino cristiano nacido en Belén, trabaja en el gabinete del síndico de Belén y director de una escuela, forma parte de los Parents Circle, grupos de padres y madres de familia israelíes y palestinos cuyos hijos fueron asesinados por la parte adversa. George hace cinco años perdió a su hija por un error de una fuerza militar especial israelí antiterrorismo
Sor. María Fabiola Velasquez, OP – Coordinadora Internacional del DSI
Patrizia Morgante – secretaria