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«El rostro materno de Dios» (tapiz de Valeria Nougues)

 EL ROSTRO MATERNO DE DIOS (a propósito del Día de la Madre) Para la mayoría de las personas el día de la Madre tiene un significado cargado de ternura y gratitud para quien nos trajo a la vida y nos enseño a caminar en ella.  Más que hablar del significado en sí de la maternidad o de nuestras madres, deseo en esta oportunidad compartir con ustedes una imagen y en ella un proceso de adentrarnos en el Rostro  materno de Dios (título de la obra).

Por: Valeria Nougues (Área de Arte CODALC)

 

A propósito del Día de la Madre

Para la mayoría de las personas el día de la Madre tiene un significado cargado de ternura y gratitud para quien nos trajo a la vida y nos enseño a caminar en ella.

Más que hablar del significado en sí de la maternidad o de nuestras madres, deseo en esta oportunidad compartir con ustedes una imagen y en ella un proceso de adentrarnos en el Rostro  materno de Dios (título de la obra).

Donde que Jesús nos enseñó a llamar a Dios “Nuestro Padre”, parecería osado o más bien transgresor animarnos a llamarlo también “Nuestra Madre”, y es que esta dimensión tan entrañable en toda persona, como es el vinculo con quien nos gestó en sus entrañas y nos dios  a luz, parecería irrenunciable para nuestra vinculación con Dios.

Hace algunos años me sentí urgida a realizar esta imagen que comparto y desde la cual reflexionaremos siguiendo imagen y Palabra.

El Dios de la vida:

Toda la tradición bíblica nos presenta a Dios como el Señor y dador de la Vida, el que nos ha creado y nos mantiene en la vida. Aquel que, como dice el Ex. 3,1-15, ve la humillación de su pueblo, escucha sus gritos,  conoce sus sufrimientos, y baja a liberarlos.

Es un Dios atento, que quiere la vida de su pueblo, que no permanece indiferente a nuestros sufrimientos. Que, como dijo Jesús: “vino para que tengamos Vida y Vida en abundancia” Jn. 10,10

La tradición cristiana casi siempre ha representado a Dios como un hombre anciano, con cabello y barba blancas, mostrando en ellas su eternidad y su sabiduría, es la imagen que nos presenta el Apocalipsis 1, 14.

¿Cómo representar esta cualidad propia de Dios, de ser el Dios de la Vida, y el dador de la Vida?, porque no con una mujer joven y fecunda, una mujer con capacidad de llevar en sus entrañas la vida y de darla a luz. Este es nuestro primer acercamiento a la imagen bordada.

En los brazos de Dios:

Yo enseñaré a andar a Efraín y lo llevaré en mis brazos… Con cuerdas de ternura, con lazos de amor los atraía; fui para ellos como quien alza un niño hasta sus mejillas y se inclina hasta él para darle de comer… Oseas 11, 3-4

Esta profecía es la palabra más elocuente en la cual Dios se nos muestra claramente como Madre nutricia que no renuncia a su amor y ternura a pesar de la infidelidad de su pueblo.

En las manos de Dios:

SI observamos la imagen podemos percibir que con la mano izquierda la Madre sostiene con ternura al hijo, atrayéndolo hacia s, con la derecha, por su parte, a su vez que sostiene, invita hacia el centro  de la imagen, el corazón, las entrañas misericordiosas de Dios.

El rojo es el color propio del amor, de la pasión, de la fuerza, del fuego, de lo que arde y transforma

Tapiz: El rostro materno de Dios (imagen adjunta)
Valeria Nougues

 

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