HNA. LUCÍA FERNÁNDEZ OP: “EL VOLUNTARIADO ES HOY UN SIGNO DE LOS TIEMPOS Al cumplirse este mes un año desde que asumió su nueva responsabilidad en la Orden de Predicadores como Directora del Voluntariado Dominicano Internacional, la Hna. Lucía Fernández OP, accedió a ser entrevistada por Cidalc al Día y no dejó temas en el tintero. (Cidalc Noticias)
Compartió que su mayor preocupación es la falta de oferta por parte de comunidades de acogida frente a los numerosos voluntarios que están capacitados e ilusionados con compartir la misión. “Las puertas no se abren tan fácilmente”, reconoce la Hna. Lucía, y lo atribuye al hecho de que se teme perder la intimidad y al desconocimiento de lo que significa el Voluntariado Dominicano Internacional.
En la entrevista, la dominica española, no duda en llamar a toda la Familia Dominicana a tomar conciencia de que “tener laicos comprometidos con la Predicación del Evangelio es un don de Dios y como tal tenemos que cultivarlo y cuidarlo con mucho esmero”. Confiesa que su sueño es que haya muchas más comunidades de acogida y aumenta su apuesta:, “que toda la Familia Dominicana sea un lugar de acogida y que los voluntarios no tengan que esperar más que el tiempo justo de preparación para poder irse a la misión”.
– Hna Lucía, Ud. se ha desempeñado fundamentalmente en el ámbito académico, en la Pastoral Familiar y se ha dedicado también al trabajo con los jóvenes, ¿qué desafío le presenta a Ud. esta nueva misión dentro de la Orden como Directora del Voluntariado Dominicano Internacional (DVI)?
– Es cierto que siempre he estado en el ámbito académico, pero cuando llegaba el momento de dedicarme a la Pastoral Familiar o con los jóvenes, he intentado hacerlo desde la perspectiva de entrega a otro nivel. Quiero decir, olvidaba un poco mi papel de profesora para acomodarme a quienes tenía delante de mí. Por eso al entregarme a esta nueva misión en la Orden sí, se trabaja de una manera diferente de lo que había hecho hasta ahora. La comunicación es generalmente a través de los medios de comunicación actuales y no de una manera directa, física, frente a otro como se hace en las clases y en la pastoral. En este sentido es distinto, ahora tengo más tiempo para reflexionar mis respuestas.
– En este lapso de tiempo que lleva como directora del DVI ¿qué impresión ha recibido de las experiencias transmitidas tanto por los voluntarios como por las comunidades de acogida? ¿El saldo es siempre positivo para unos y otros?
– Llevo casi un año en DVI y ha sido una experiencia intensa y enriquecedora, sobre todo por la relación humana y constante que he mantenido con los candidatos, voluntarios, ex voluntarios y a veces con sus familias, sobre todo en los momentos de partida a la misión.
Con las comunidades de acogida también, sobre todo al principio cuando uno intenta conectar al mismo tiempo comunidades y candidatos para que se conozcan antes de partir, o sea, antes de que el voluntario llegue a ser parte de esa familia. Hay comunidades de acogida extraordinarias, hay otras que no lo demuestran tanto pero luego los voluntarios siempre han sido muy bien acogidos y eso es lo que más me interesa.
– En la actualidad ¿en qué comunidades hay voluntarios dominicos y de dónde proceden dichos voluntarios?
– No voy a nombrar a las comunidades que han acogido voluntarios con anterioridad, voy a referirme a las comunidades actuales que son las que conozco y con las que me he comunicado desde que estoy como responsable. Tenemos en la República Dominicana a Rocío, de Perú, con los Hermanos dominicos. En Timor Leste, Oecussi, a Jorge, de Portugal, con las Hermanas Dominicas del Rosario. En Méjico, Cuernavaca, a Renessa, de Trinidad y Tobago, con las Hermanas de Sinsinawa. A María Ángeles, de Méjico, con las Hermanas de Siena Etrepagny en Trinidad y Tobago. A Luke Samy, de Australia, con los Hermanos Dominicos en Filipinas y por último a Astrid, de Guatemala, en Cuba con las Hermanas dominicas de Granada.
También han regresado de la misión hace poco, Geisson de Colombia, que ha estado en Ecuador con los Hermanos Dominicos; Stephanie, de Trinidad y Tobago, en Perú con las Hermanas del Rosario y Matías, de Uruguay, en Méjico, con los Hermanos Dominicos. Pero estamos esperando comunidades de acogida para otros 12 voluntarios.
– En el Proyecto de misión dominicana propuesto por DVI se encuentran involucrados 4 participantes activos: la comunidad de envío, la comunidad de acogida, los voluntarios y los directores de DVI en este momento, ¿esos participantes gozan por igual de buena salud? ¿Hay unos que se encuentran más consolidados mientras otros flaquean? ¿Cuáles?
– Las comunidades de envío tienen un papel muy importante en la selección de candidatos. Yo no conozco personalmente a los que quieren tomar parte en nuestra misión y son las comunidades de envío quienes les conocen y pueden ver si el candidato es apto o no para la misión. Por eso se pide a las comunidades de envío que les acompañen durante cierto tiempo, sobre todo para saber cuáles son las motivaciones que les lleva a querer entregar un tiempo al Señor y a tomar parte en la Predicación, aunque después continúe la preparación en contacto con la responsable de DVI. Las CE son las que tienen que enviarnos una carta de Recomendación del candidato que es un requisito para empezar el proceso y es cierto que las CE están siendo una gran ayuda para DVI.
En cuanto a las comunidades de acogida ¿qué puedo decir? Aquí quisiera dar un toque a todas las comunidades de la gran Familia Dominicana: hermanos, hermanas, monjas y laicos. Yo pienso que no tenemos todavía muy claro lo que significa DVI como Proyecto de la Orden y también porque estamos como un poco encerrados en nosotros mismos y quizá tememos perder la intimidad que, el voluntario o la voluntaria nos va a quitar. Creo que es un gran error puesto que nuestros voluntarios conocen y se preparan para la misión en todos los aspectos y saben lo que significa la misión dominicana o el carisma de la Orden.
Son muy pocas las que abren sus puertas a los voluntarios, aun cuando tenemos gran necesidad de ayuda para llevar a cabo nuestra misión. Esto me preocupa porque en este momento hay muchos voluntarios con gran capacidad e ilusión por compartir la misión con nuestros hermanos y hermanas y las puertas no se abren tan fácilmente. Y sigo creyendo que muchas veces no es que no les queramos en nuestra comunidad sino por falta de conocimiento de lo que significa el Voluntariado Dominicano Internacional. En parte es culpa nuestra porque no hemos hablado mucho de él y de lo que significa hoy día que tanto escasean las vocaciones. Creo que el voluntariado es hoy un signo de los tiempos y de que nuestras misiones necesitan laicos misioneros con un compromiso serio con la Orden para llevar a cabo la predicación del Evangelio. Es alguien convocado por Dios a esa misión. Esto es muy importante.
Tenemos que compartir nuestra misión, tenemos que ayudarnos, tenemos que trabajar juntos. Esto nos lo dice con mucha frecuencia el P Maestro, Bruno Cadoré. Es un hecho que los hermanos y hermanas que han tenido voluntarios son los que nos piden voluntarios. Creo que es buena señal.
QUIERO SER VOLUNTARIO
-¿Cuáles son los requisitos para ser voluntario?¿Y para ser comunidad de acogida?
– Son varios los requisitos para ser voluntarios, pero nombraré los que me parecen indispensables para ser voluntario al estilo de Santo Domingo.
Conocer la espiritualidad, vida y misión de la Orden Dominicana.
Buena salud física y emocional
Ser capaz de adaptarse y aprender de los demás
Saber respetar ritmos de las personas con paciencia
Ser discreto, optimista y alegre
Libre de responsabilidades económicas y familiares durante el tiempo del voluntariado
Saber interpretar los acontecimientos cotidianos a la luz de la fe.
Para ser comunidad de acogida lo más importante es querer compartir la predicación del evangelio con aquellos que el Señor llama y para ello abre las puertas al voluntario, compartiendo con él su vida y misión. Es el estilo de Jesús, misionero, compasivo y también el de Domingo: predicador, hermano, hombre comunitario y plenamente humano.
– ¿Cuál es el perfil del voluntario dominico?
– El voluntario dominico es una persona que como Santo Domingo, siente compasión por los demás y responde a la llamada de Dios con un compromiso personal, ofreciendo su tiempo y su trabajo de forma desinteresada. Que descubre en el otro a su hermano o hermana con quien va a convivir para ayudarse mutuamente.
– ¿Cuáles son los principales desafíos que afronta actualmente DVI?
– Desearía que todos los que formamos la Familia Dominicana fuéramos conscientes de lo que significan también para la Iglesia los laicos y la ayuda que son en un mundo tan secularizado y donde el sentir de Dios se va alejando. Tener laicos comprometidos con la Predicación del Evangelio es un don de Dios y como tal tenemos que cultivarlo y cuidarlo con mucho esmero. Y este es un gran desafío para mí como responsable de DVI por eso creo que dar a conocer nuestro Proyecto y todo lo que significa es parte de mi tarea y que quisiera hacerlo lo mejor posible para que cada año surgieran más voluntarios. Esto es, más oportunidades de proclamar el Evangelio en el mundo, aunque lo nuestro sea una pequeña parcela en esta gran “viña del Señor”. Agradezco a CIDALC esta oportunidad que me brinda de hablar de DVI y quisiera añadir que muchos de los voluntarios son de América Latina que en algún tiempo fue tierra de misión y que hoy día es tierra de misioneros. Esto es una gran verdad y tenemos que agradecérselo de todo corazón.
– ¿Cuáles son los pasos a dar para ser voluntario?
– Todo es tan fácil como ponerse en contacto con la Directora de DVI, en este momento conmigo, por medio de una carta o email y después se les va diciendo los pasos que tiene que dar. Nosotros tenemos nuestra página web ( www.dviop.org ) la que todos pueden visitar y nuestra página de facebook ( Dominican Volunteers International, Facebook) Allí pueden ver testimonios de nuestros voluntarios en campo de misión y también de otros que ya volvieron y que pueden ser un testimonio para todos aquellos que quieran dar su tiempo y su trabajo por los demás, especialmente por los más necesitados en el campo de misión dominicana y que por cierto está repartida por el mundo entero. Esto sería por un periodo de un año o dos.
– ¿Qué objetivos se ha fijado para su período como directora de DVI?
– Mi objetivo es hacer de este Proyecto un campo de Predicación al estilo de Domingo, con su carisma, con su humanidad y que toda la Familia Dominicana tuviese su sitio en él, en el Proyecto, pero no solo de palabra sino y sobre todo, de obra. Somos hermanos y el proyecto es nuestro.
Y un sueño: que hubiese muchas más comunidades de acogida. Aun más, que toda la Familia Dominicana fuese un lugar de acogida y que los voluntarios no tuviesen que esperar más que el tiempo justo de preparación para poder irse a la misión.
“EL SER HUMANO ES SIEMPRE EL MISMO”
– Ud. ya ha hecho algunos viajes por comunidades de acogida ¿qué imágenes han quedado impresas en sus retinas y grabadas en su corazón?
– La verdad es que no he visitado todavía ninguna comunidad de acogida donde haya voluntarios, sino que visité comunidades que fuesen en un futuro próximo comunidades de acogida, como por ejemplo el Congo y Kenia. Fue una experiencia muy gratificante. Las comunidades lo mismo de hermanos que de hermanas y laicos son de una gran humanidad. Todas ellas abrían sus brazos a los voluntarios, pero hay una gran barrera en el Congo que es la lengua. Tenemos una voluntaria que va al sur de África y un matrimonio de habla española que está deseando compartir su experiencia con alguna comunidad de Guinea Ecuatorial que le abra sus puertas y su corazón, seguro que pronto las habrá.
Lo que me llamó mucho la atención en la República Democrática del Congo y en Kenia fue el ver a tanto niño en las calles. Era increíble por todas partes aparecían y me encontraba a los dos minutos rodeada de ellos. Fue de una gran satisfacción y alegría.
– ¿Qué le han aportado a su persona sus experiencias en los campos académicos y en las pastorales familiar y juvenil?
– En la vida todo trabajo te aporta una experiencia nueva, y generalmente distinta una de otra. En los colegios la relación con los alumnos y los jóvenes me ha aportado juventud, vivir entre jóvenes siempre es gratificante y se aprende a escuchar, a compartir sus sueños, sus inquietudes y también a tener mucha paciencia. En el campo de la pastoral siempre me he sentido muy a gusto siendo los encuentros, especialmente con los matrimonios, donde he sentido el calor humano y el agradecimiento más profundo por ambas partes. Es una relación distinta más de tú a tú donde la confianza y el cariño siempre están muy presentes y los encuentros son más enriquecedores y profundos.
– De los países y continentes donde ha vivido ¿qué ha aprendido de su gente de sus culturas?
– He aprendido una cosa muy importante y es que el ser humano es siempre el mismo. Gente que sufre, que goza, que tiene anhelos que desea la felicidad y la busca con todas sus fuerzas, sea cual sea su raza, religión y color. He aprendido más que lo que he enseñado y conservo de todos los lugares donde he estado amigos que lo seguirán siendo durante toda la vida.
-¿Qué es lo que más le ha costado en su vida como dominica y de donde toma fuerza para superar las dificultades y continuar para adelante?
– En la vida religiosa hay dificultades como en todas partes. Creo que lo que más me ha costado es la vida de comunidad y al mismo tiempo es uno de los lugares donde más alegrías he recibido. Formamos una comunidad y cada una tenemos nuestra manera de ser y de actuar y de ver las cosas que puede chocar con las mías. Este roce, a veces, produce cierto malestar y por qué no decirlo, cierto sufrimiento. Pero si la vida religiosa no es fácil en lo que se refiere a la vida en común también puedo decir que la vida en comunidad te da muchas alegrías cuando puedes compartir con las hermanas tu vida, tu apostolado, tus inquietudes. Y los momentos de oración compartidos te dan fuerzas para superar cualquier dificultad.
– ¿Cómo se siente viviendo en Santa Sabina? ¿Qué añora de su país? Y qué le gusta de la vida en Roma?
– Estar en Santa Sabina no me ha costado. He encontrado entre los hermanos mucha comprensión y afecto, lo mismo que con las personas que trabajo y cuando uno es bien recibido, todo lo demás se lleva bien.
De mi país echo de menos a mi familia y amigos, el poder compartir con ellos esos momentos de alegría familiar, pero Roma no está lejos de España y puedo ir a visitarles cada año. He pasado mucho tiempo fuera, como misionera: Filipinas, Taiwan, Chile… por eso ya estoy acostumbrada a los cambios y lo tomo como parte de mi vocación. Estar bien en Santa Sabina y en mi comunidad de Roma me hace feliz. Vivir en Roma es como una oportunidad única por la belleza de las cosas que cada día descubro en la ciudad y por la cultura que ella representa.
– ¿Cómo es la vida de una hermana acostumbrada a vivir entre pares ahora rodeada por una abrumadora mayoría de frailes de distintos puntos del orbe?
– En una entrevista que me hicieron al poco de llegar aquí ya dije que pertenezco a una gran familia de 5 hermanos y 7 hermanas, entonces no es nuevo para mi, ni tampoco lo extraño y también porque he vivido y vivo en mi comunidad de Roma donde somos de 8 nacionalidades distintas. Esto me parece muy normal y no tengo dificultad de convivencia, sean de donde sean, estoy acostumbrada a ello.