UNA PALABRA DE ESPERANZA (Por: Fray Héctor Herrera OP / Provincia San Juan Bautista – PERÚ) El lema de este año, hacia el Jubileo 2016, es: “ Ve y diles a mis hermanos (Jn 20,17) Las Dominicas y la Predicación”. Al repensar la presencia de la Orden Dominicana, 50 años de la llegada de los primeros misioneros de la Provincia de San José de Nueva York, para fundar el Vicariato Dominicano de Chimbote, que en 1998 pasa a la Provincia de San Juan Bautista del Perú, con la única casa de San Pedro Apóstol, nos hace reflexionar en la abnegada labor de mujeres valientes que se unieron a la predicación, como las Hermanas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Grand Rapids, que desde hace 48 años (1964) defendieron el derecho a la vida, al fundar la Maternidad de María.
Desde el inicio frailes y hermanas de vida apostólica apostaron por la predicación del evangelio en la Iglesia local, y contribuyen en la formación de la familia. Ser familia dominicana, siguiendo el espíritu del gran varón evangélico es vivir el amor de Dios, para comunicarlo a través del testimonio de vida. Por eso el anuncio alegre y gozoso de la Buena Nueva de Jesús, sigue siendo una novedad para toda la familia: laicos, hermanas y frailes, sentimos que con oración, comunidad, estudio, reflexión y aplicación de la Palabra, un nuevo estilo de vida y de testimonio, será siempre el camino hacia una nueva humanización y espiritualidad como seguidores y discípulos de Jesús.
Con intuición profunda Domingo supo unir contemplación, estudio y misión, juntos mujeres y varones, religiosas, os, y laicos en esta misión: ¡Ay de nosotros, si no predicamos el Evangelio! (1 Cor. 9,16).
Al mirar a nuestro Padre Santo Domingo, recordamos la presencia de tantos hermanos y hermanas misioneras, que dejaron huella, con su testimonio de predicación encarnada en una realidad difícil. Que el Señor bendiga y acoja a Fr. Juan Corr, Fr. Agustín Evans, Fr. Bernardo Smith, Fr. Eduardo Ferrick, Fr. Guillermo Cassidy, Fr. Francis, Fr. Albiano, Fr. Vicente, Fr. Teodoro, Fr. Eugenio Cahouet, nuestro recordado primer Obispo Prelado, Mons. Carlos Santiago Burke. A las hermanas dominicas, como Hna. Adela.
Dios bendiga todo el apostolado con las familias, jóvenes, niños, enfermos, estudiantes de secundaria y universitarios, pobres y ancianos. Y que el espíritu de Domingo, nos anime siempre a volver a las fuentes del Evangelio. ( Foto: Fray Héctor Herrera y el Obispo de Chimbote, Mons. Ángel Simón Piorno)
Les saluda y les bendice a nombre de toda la Familia Dominicana,
Fr. Héctor Herrera, O.P.