El 18 de marzo de 2013, a sus 87 años, falleció fr. Baltazar en Nimega, debido a las complicaciones cardíacas que venía padeciendo. Este año 2013 cumpliría sus 60 años de vida presbiteral, junto a los 50 años de la promulgación de la constitución conciliar Sacrosanctum Concilium sobre la renovación litúrgica, coincidencia que le emocionaba mucho. (Cidalc Noticias)
Jacobus Theodorus Hendriks Out nació en Nimega, Holanda el día 11 de agosto de 1925. Fue el tercero de siete hijos nacidos del amor entre papá Leonardo y mamá Gertrudis. De niño y adolescente estudió con los jesuitas en el Colegio San Ignacio de Nimega.
El 8 de septiembre de 1946 visitó por primera vez el hábito dominico, y recibió el nuevo nombre de Baltazar, en recuerdo de uno de los Santos Reyes Magos. Hace su primera profesión en la Orden de Predicadores el año siguiente. El 25 de julio de 1953 recibió la ordenación presbiteral.
Fr. Baltazar llegó en noviembre de 1955 al entonces Vicariato Regional de la Provincia de Holanda en Puerto Rico (El Caribe). Durante 30 años se dedicó al trabajo parroquial, especialmente con campesinos y la juventud. En Bayamón, Puerto Rico, dirigió “La Casa de Predicación San Vicente Ferrer”, centro de convivencias a través del cual logró tocar las vidas de cientos de jóvenes.
Durante el Concilio Vaticano II, desarrollo su apostolado litúrgico hasta dedicarse por entero a la formación de catequistas tanto en Puerto Rico, como República Dominicana y las comunidades hispanas de los EEUU. Se trató de una época de itinerancia unida su nombramiento como coordinador arquidiocesano de Liturgia (Arquidiócesis de San Juan) y después, como Secretario de la Comisión Episcopal de Liturgia de Puerto Rico.
Su contacto con la vida religiosa femenina, a través de la formación litúrgico-catequética le hizo profundizar en la orientación espiritual de comunidades y casas de formación. Todo ello hizo que sus superiores en Puerto Rico le encargaran de la pastoral vocacional logrando el florecimiento de vocaciones puertorriqueñas para la Orden. Asimismo, se dedicó con esmero a promover la conciencia de Familia Dominicana en Puerto Rico.
En noviembre de 1984 fue nombrado por fr. Damian Byrne, Maestro de la Orden, como primer promotor de la Familia Dominicana en El Caribe y en América Latina, labor que llevó a cabo incansablemente por seis años que, luego, fueron prolongados por tres años más hasta 1993. Por esta razón, fr. Baltazar vivió y trabajó en Colombia de 1985 a 1991, mientras que, para su último período como Promotor, pasó al Ecuador.
Durante estos seis años fr. Baltazar se dedicó con entrega a la formación en el carisma dominico de decenas y decenas de congregaciones religiosas femeninas en la Orden, así como de fraternidades laicales y de los mismos frailes, sus hermanos. Fruto de esos años son sus conocidas publicaciones, entre otras: Santo Domingo ayer y hoy. (Editor). Bayamón: CEDOC, 1984; Oraciones y pensamientos para el orante de hoy. Bogotá: Convento Santo Domingo, 1987 y Santoral Dominicano en América Latina: Laudes y Vísperas. Con fr. Andrés E. Bejas y la Dra. Sabine Splitzlei. Quito: Oficina de Coordinación de la Familia Dominicana, 1992.
Terminada su tarea como Promotor de Familia Dominicana, regresa en 1995 al recién erigido Vicariato General de la Santa Cruz de Puerto Rico. Se detiene sólo dos años más en El Caribe para entonces regresar definitivamente a su tierra natal, Holanda. Todavía en el Antiguo Continente, continuaba aceptando invitaciones de congregaciones de hermanas dominicas para predicarles sus retiros anuales. Pero también se dedicó, en sus años de “semi” jubilación, a atender pastoralmente comunidades hispanas en Holanda. Durante sus últimos años fue activo colaboradora del portal electrónico de los Frailes Dominicos de la Provincia de Holanda, sitio en el cual terminó un Santoral Dominicano (http://www.dominicanen.nl/?page_id=43537).
Su último gesto de predicación lo hizo en enero de 2013 a través de la apertura del blog en castellano “Orar y pensar” (http://www.orarypensar.org/) con la colaboración de María Luisa Valdés. El blog está dedicado a la espiritualidad dominica y a la formación litúrgica.
Una amiga suya, Margarita Roldán de Puerto Rico, nos compartió una oración compuesta por fr. Baltazar Hendriks en 1996, ante su partida definitiva a Holanda luego de más de cuatro décadas de vida y misión en El Caribe y América Latina:
Padre Santo, Padre Bueno,
en tu Providencia divina me muevo,
porque existo en Ti y vivo en Ti.
Tus designios son insondables,
Tus caminos superan mi camino.
Tus proyectos no son como los míos.
Me encuentro de despedida.
Tú sabes de quiénes y de cuál trabajo.
Todo esto me lo has regalado Tú,
sin merecerlo ni imaginármelo yo.
Gracias, Padre, por lo que dejo atrás
y alabado seas por todo lo que vendrá.
Permíteme hacer mías las palabras de Jesús:
“He manifestado Tu Nombre a los que me diste;
las palabras que me confiaste,
se las he entregado y las han recibido Padre Santo,
guárdalos en Tu Nombre y hazlos santos en Tu verdad.
Gracias por lo que me inspiraste a hacer;
perdón por lo que hice mal,
y por lo que no hice o no logré ser con toda dignidad y autenticidad:
testigo fiel de tu amor en todo y para todos,
instrumento de tu paz sin escandalizar,
inspiración y fuerza para los débiles,
esperanza para los desesperados,
alegría para los tristes,
luz para los confundidos,
compañero de los que Te buscan,
amante de todos.
Padre, fiel y providente,
confirma en la fe a los que se han sentido defraudados por mí;
bendice a los que me han aconsejado,
y a los que me han criticado o mal entendido.
Hazme ser Tu palabra más digna y transparente,
y en mi despedida final de esta tierra
acógeme con igual Misericordia en Jesús, Vida y Resurrección mía.
AMEN