GRACIAS A TI JESÚS Desde mi ventana congelada veo como la nieve está cayendo suavemente sobre el suelo, es difícil de creer que hace apenas una semana estaba cogiendo el avión y dejando atrás la hermosa tierra soleada de Zambia.
El tiempo que estuve en Zambia como Voluntaria dominica, estuvo repleto de bendiciones- alegrías y retos. Antes de dejar Zambia, una de las hermanas me preguntaba cuál había sido el “hilo de oro” en esta experiencia, yo me siento muy bendecida en poder decir que el hilo de oro para mí fue “la Gratitud”
Mi corazón está lleno de gratitud- gratidud por las oportunidades y experiencias que hicieron posible DVI, mi comunidad de envío Hermanas Dominicas de la Paz en Colombus y la comunidad de acogida las Dominicas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús en Zambia.
Algunas veces Dios nos da oportunidades que están muy lejos de nuestros más anhelados sueños, pasados o profundos deseos. En esos momentos Él llama nuestra atención y nos enseña algunas de las mejores lecciones sobre la vida y sobre el amor que nos ti.
Mi experiencia me lleva a recordar desde el día que salí para Zambia, el tiempo que pasé allí y ahora mi regreso- estoy experimentando a Dios de una manera que nunca me lo había imaginado. Mi corazón se siente cambiado para siempre gracias a este país, a la gente, las experiencias y los retos.
Ahora pido por los futuros voluntarios, para que Dios los ayude a estar atentos a su llamada y al soplo del Espíritu Santo que está trabajando en sus vidas y en su misión. Mis oraciones por los voluntarios para que tengan un corazón lleno de coraje y de compasión- y que sientan la necesidad de escuchar los susurros de la voz de Dios entre las voces tan altas de este mundo.
Ojalá que DVI y todas las hermanas que me han acompañado y apoyado en este viaje estén bendecidas por siempre en sus vocaciones- ojalá que estén llenas de la profunda paz y alegría de servir a Dios y su gente.
San Pablo dice, “ El ojo nunca puede imaginarse lo que Dios tiene preparado para los que lo aman”. Imaginemos las cosas más hermosas que nunca hayan visto nuestros ojos – y nos daremos cuenta de los planes que tiene Dios para nosotros son grandiosos, espectaculares y hermosos –nuestros ojos no podrían resistir tantos planes si El nos los mostrase al mismo tiempo- ojalá que nuestros ojos no estén ciegos para ver la claridad de sus planes -estos se nos revelaran en el momento justo, día tras día.
Finalmente, cuando miramos hacia atrás en nuestras vidas – cuando revisamos nuestros recuerdos- la gente que ha nos ha tocado más nuestro corazón- no podemos llevarlos físicamente con nosotros pero si los llevamos en nuestros corazones. Estas personas continúan estando dentro de nosotros – así como Dios se queda también – gente que deja huella en nuestras vidas. El tiempo que pasamos con alguien o en algún lugar no es siempre un indicador de lo profundo que han estado en nuestro corazón lo importante que han sido en nuestras vidas. Es, sobre todo lo abiertos que hemos estado al recibir las bendiciones que ellos nos han brindado.
Todo y todos aquellos que pasan por nuestras vidas tienen un por qué . Nuestras experiencias y relaciones sirven como caminos a través de nuestro viaje. La realidad de la vida en este viaje, es que caminamos cuesta arriba- sí, todos las dificultades y obstáculos que encontramos son más difíciles son más difíciles cuando subimos, pero una vez arriba- cuando llevas una actitud de agradecimiento -el paisaje siempre es mejor cuanto más arriba estemos.
Me fui de Zambia llena de preciosos memorias y mi corazón lleno de gratitud por todas las bendiciones que Dios me ha dado.
Christine Patella
Fuente: op.org