Ante la cercanía de la Navidad, monseñor Genival Saraiva de França, obispo emérito de la diócesis de Palmares, en Brasil, reflexiona sobre el sentido de la ciudadanía cristiana.
Recordando las connotaciones y algunos sentidos posibles frente a la noción de ciudadanía, el obispo emérito expresa que “en razón a los trazos cívicos, culturales y políticos que se establecen, la ciudadanía nata tiene siempre un gran sentido en la vida del ciudadano y la adquirida siempre es portadora de un gran significado para quien la recibe”.
Desde el punto de vista cristiano, afirma que “bajo el prisma humano, el período de navidad es muy propicio para hacer la lectura de la importancia de la ciudadanía, gracias al espíritu de fraternidad y solidaridad que suscita en la mente y en el corazón de las personas”.
Así, al manifestar que “la Navidad recuerda a la humanidad que el nacimiento de Cristo, además de traer dignidad a su ciudadanía terrestre, le confiere el derecho de pertenecer a la ciudadanía eterna”, monseñor Saraiva también invita a considerar que “la comunidad de los discípulos de Jesús es el lugar de la solidaridad, donde los olvidados son recordados y pueden encontrar nueva esperanza y nueva vida”. Acoger a los hermanos y hermanas que sufren la injusticias, como los presos, los torturados, las víctimas de todo tipo de tráfico humano, los dependientes químicos, los enfermos y abandonados, es, por tanto, uno de los rasgos distintivos de los ciudadanos del Reino de Dios.
Fuente: celam.org