Se trata también de nuestros miedos, de nuestra caridad, de humanidad. Se trata de no excluir a nadie, de seguir la propuesta evangélica de poner a los últimos en el primer lugar. Se trata de mirar a todas las personas en su totalidad… de construir la ciudad de Dios y del hombre, de acoger, proteger, promover e integrar. En el día mundial del refugiado, compartimos el documento del Papa Francisco para la “Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado 2019”.
“La fe nos asegura que el Reino de Dios está ya misteriosamente presente en nuestra tierra; sin embargo, debemos constatar con dolor que también hoy encuentra obstáculos y fuerzas contrarias. Conflictos violentos y auténticas guerras no cesan de lacerar la humanidad; injusticias y discriminaciones se suceden; es difícil superar los desequilibrios económicos y sociales, tanto a nivel local como global. Y son los pobres y los desfavorecidos quienes más sufren las consecuencias de esta situación”, recuerda Francisco.
Afirma asimismo que “la presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra existencia cristiana y de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades”. No se trata sólo de migrantes “significa que al mostrar interés por ellos, nos interesamos también por nosotros, por todos; que cuidando de ellos, todos crecemos; que escuchándolos, también damos voz a esa parte de nosotros que quizás mantenemos escondida porque hoy no está bien vista”.
El documento, escrito para la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado 2019 que la Iglesia celebrará el 29 de septiembre, se refiere, entre otros aspectos, al miedo que generan los extranjeros que “llaman a nuestra puerta en busca de protección, seguridad y un futuro mejor”. “El problema no es el hecho de tener dudas y sentir miedo. El problema es cuando esas dudas y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar hasta el punto de convertirnos en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas. El miedo nos priva así del deseo y de la capacidad de encuentro con el otro, con aquel que es diferente; nos priva de una oportunidad de encuentro con el Señor”, indica el Papa.
El mensaje completo se puede descargar en http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/migration/documents/papa-francesco_20190527_world-migrants-day-2019.html