Codalc

El sueño de Domingo: una Familia Dominica ¿es nuestro sueño?

¿Cómo mostrar el rostro de Familia Dominicana como la soñó Domingo? La hermana Marcela Soto Ahumada dmsf, Promotora de JPIC CODALC, nos invita a reflexionar y a repensarnos.

“Cantamos muchas veces en la comunidad:

Predicador, que por los caminos ibas

hablando de tu Señor

Predicador del Evangelio,

la sabiduría y del amor

Predicador nos enseñaste

el camino de la oración,

hablar con Dios de los demás

 y a los demás hablar de Dios.

En la Orden de Predicadores se repite siempre que somos familia. Entonces primero pienso en mi experiencia, lo que me hace sentir familia y es el sentarme a la mesa, en donde antes que nada, cada un@ ha colaborado, ha ayudado, y ya sentada nos vemos a la cara, viene la conversación dándonos la palabra, a veces se nos sube el tono de voz, nos disculpamos o le damos las gracias, todos tienen su tiempo y espacio, nos servimos un@s a otr@s y se nos llena el corazón, como los de Emaús… limpiamos, ordenamos y la vida sigue con nuestras responsabilidades, nos hemos fortalecido y llenado de sororidad, de fraternidad, de amistad.

Jesús también tiene su experiencia de familia, la de Nazaret, y ésta, con el tiempo, “madura” como lo vemos en Lucas 8,21 “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen por obra”

Y como dominic@s tenemos nuestra historia de familia, son siglos de una rica historia que comienza como la soñó Dios en Domingo de Guzmán.

Y seguimos cantando:

Pasando el tiempo creció el carisma de la predicación

Y aquellos frailes con sus hermanas en contemplación

Luego seglares colaboraron

y así nació la gran familia Dominica que en la Iglesia es comunión

En la palabra comunión encontramos otras dos: común y unión. Descubrimos una ruta con huellas de comunión, como son la colaboración, la ayuda, la solidaridad, la sinergia que favorecen el bien común, un servicio a la comunidad grande, y ese es el buen vivir, de este modo nos constituimos en personas que están en armonía con todo ser vivo, con toda la obra del Dios Trino.

¿Cómo mostrar este rostro de Familia Dominicana como la soñó Domingo? Domingo, comienza reuniendo a un grupo de mujeres, fundando de este modo a las monjas como casa de predicación, 9 años antes de los frailes. Ese es un signo profético que nos permite comprender lo que significa caminar juntos y juntas. El rostro de Familia Dominicana está presente desde los inicios, en esa primera fundación estaban presentes mujeres, laic@s, familias y posteriormente un grupo de hombres da forma a una vida religiosa, abriendo un estilo de consagración.

En el camino del tiempo se integran a la familia espiritual muchas congregaciones femeninas que asumen el carisma, tan rico como es el de Santo Domingo. También a fines del siglo XX se suman los jóvenes, el Movimiento Juvenil Dominicano. El árbol crece muchísimo, pero poco a poco se produce distancia y diferencias entre monjas, frailes, laic@s y religiosas.

¿Es un sueño crecer cómo familia dominicana? ¿De qué se trata?

Recuperando el espíritu de nuestro hermano Domingo de Guzmán, los Maestros de la Orden (1) dedicaron palabras proféticas ante un mundo que avanza hacia lo privado, reforzando el individualismo, la competencia, la eficacia, son algunos de los valores del capitalismo y la globalidad, frente a ellos está el valor de la comunidad pequeña y grande, que junto a otras constituyen este cuerpo de familia.

Para Aniceto Fernández (+1981), es la hora de examinar atentamente nuestras relaciones en este mundo moderno…todos estamos llamados a compartir el espíritu y tradición que nos legó Santo Domingo, a estudiar juntos y a construir juntos nuestras comunidades de hermanos y hermanas en servicio de la Iglesia.

En una de sus cartas, el maestro Vicente de Couesnongle (+1992), deja muy clara la dificultad a pesar de que es una prioridad en la Orden la colaboración entre hermanos, hermanas y laicos dominicos, llegando a afirmar ¡Cuánto pudiéramos hacer juntos hermanos y hermanas y mejor aún y más rápidamente en vez de sólo estimar lo que hacen o dirigen los hermanos!… lo que constituye a la Familia Dominicana es la Palabra de Dios rezada juntos, estudiada juntos, anunciada juntos, en la complementariedad de temperamentos, vocaciones y de riquezas personales…

El padre Damian Byrne (+1996) resalta la importancia de la Familia dominicana en la predicación, lo ve como una oportunidad de renovar la Orden y ello será posible si asumimos el sueño de Domingo: Una Familia en unidad de vida y compromiso de servicio a la Iglesia y al mundo. Y escribirá dos contundentes cartas Juntos en la misión y Juntos en colaboración, sobre la Familia Dominicana.

Y nuestro querido hermano Timothy Radclife, se pronuncia en Manila en el año 2000 a la Familia Dominicana, sintámonos invitad@s a leerla nuevamente, sigue actual y una exigencia a vivir desde el día a día.

Pues está claro que los maestros de la Orden hacían suyos el sueño de Domingo, predicador de la gracias y de much@s de nosotr@s, nada nuevo: colaboración, compartir, caminar juntos, complementariedad… todo ello en función de la predicación.

Es un sueño que nos exige caminar junt@s

Para el Papa Francisco, es claro que la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio (2) y no se cansa de animar a retomar esta dimensión constitutiva de la Iglesia, que exige a la Iglesia el fortalecimiento de las sinergias en todos los ámbitos de su misión. Este caminar se hace juntos en colaboración, de ahí se comprende que en los dos últimos sínodos convocados por el Papa, de los jóvenes (3) y de la Amazonía (4), insista en recuperar el espíritu sinodal, que nos convierte en sujetos cristianos activos, participando de los procesos de discernimiento como compañer@s en la andada, cada un@ compartiendo los dones, haciéndonos a tod@s corresponsables y colaboradores del proyecto de Dios.

Y recientemente se publica la Instrucción de la Congregación para el clero sobre La conversión pastoral (5), en donde se reconoce en cada bautizado su protagonismo activo en la evangelización, porque toda la comunidad es sujeto responsable de la misión, todo el Pueblo de Dios, que camina en la historia como “familia de Dios” y que en la sinergia de sus diversos miembros, trabaja para el crecimiento de todo el cuerpo eclesial, porque la Iglesia está llamada a activar en sinergia sinodal los ministerios y carismas presentes en su vida para discernir, en actitud de escucha de la voz del Espíritu, los caminos de la evangelización (6).

Sentirse familia hoy es un sueño profético

Hoy, estamos llamad@s a recuperar un legado presente desde los orígenes de la Orden y más aún de la propia la Iglesia, en donde las primeras comunidades nacen, se forman y cultivan la espiritualidad desde ese espíritu de colaboración, de sinodalidad, de sinergia…hoy decimos que de la pandemia sólo será posible superar este momento si lo hacemos junt@s, no hay otro modo…solit@s no nos salvamos…

Pero ¿dónde está la dificultad? ese estar en nuestras “islas” de frailes o de algunas congregaciones de hermanas. Muchos l@s laic@s y jóvenes claman por hacer este camino junt@s pero se encuentran con esta barrera, lo mismo nos sucede a algunas hermanas …no se valoran esos deseos santos o santa inquietud de hacer este camino de seguimiento junt@s, como se expresa en el Concilio Vaticano II, lo desean tant@s heman@s nuestr@s, es el estilo de una familia… se organiza, crece, supera los obstáculos entre todos sus integrantes, con sus diferencias pero unid@s en un mismo horizonte: el Reino de amor, de justicia, de paz.

En la actualidad vemos por los medios online cuántas misas de frailes solitos, “celebrando”, ¿celebrando? …Pues es momento de repensar en tiempos de pandemia como mostrar este rostro eclesial de la Iglesia doméstica, en donde aprendemos, descubrimos y vivimos el ser cristian@s, recordemos que nos hemos consagrado para vivir en fraternidad, como hermanas, como monjas, como frailes o promesas en la fraternidad o el MJD, lo hacemos desde una comunidad interconectada. Como dice el Papa Francisco: todo está interconectado, lo que afecta a un@ en la familia afecta al conjunto, por ello no vale la autosuficiencia, la arrogancia, la superioridad… en este tiempo de pandemia nos toca y sacude para repensar nuestro modo de vivir y ya es la hora de volvernos más humildes, sencill@s, cuidados@s, sensibles, porque nos hemos dejado tocar por el Espíritu presente en la vida cotidiana de nuestro ser de dominicas y dominicos”.

Marcela Soto Ahumada dmsf. Promotora de JPIC CODALC

 

Referencias

(1)  Alabar bendecir Predicar, Palabras de gracia y verdad (1962-2001)

(2) Discurso del Papa Francisco en Conmemoración del 50 aniversario de la institución del Sínodo de los Obispos (2015)

(3) Papa Francisco, Christus vivit (2019)

(4) Ref. Documento final (2018) y Querida Amazonia del Papa Francisco (2020)

(5) Instrucción La conversión pastoral de la comunidad parroquial al servicio de la misión evangelizadora de la Iglesia a cargo de la Congregación para el Clero (2020)

(6) COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL. La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia. Nº 53 (2018)

 

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