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8 de marzo: Día Internacional de la Mujer

Oficializado por la ONU en 1975, el Día Internacional de la Mujer tiene como objetivo despertar a la sociedad sobre la importancia y el respecto de los derechos de las mujeres. Esta fecha se instituyó gracias a la lucha, la audacia y las manifestaciones de mujeres de diferentes países.

«El 8 de marzo es un día de celebraciones, fiestas, reuniones, círculos de conversaciones… poniendo en el centro la vida de las mujeres, sus luchas y logros, así como los desafíos y barreras que enfrentan, aún hoy, en el mundo.

No se puede dejar de hablar de la importancia de los que dedican su vida al servicio, al cuidado de la Vida. Estas mujeres son de todas las edades, razas y colores. Están en todas partes, en el campo y en la ciudad, en el centro y en la periferia… «El lugar de la mujer está donde ella quiere.»

Las mujeres en el siglo XXI son reconocidas como una fuerza vital para la sociedad. La búsqueda de la igualdad de género es continua, con énfasis en la deconstrucción de estereotipos y la inclusión de la diversidad… La participación de las mujeres en puestos de liderazgo en los diversos ámbitos de la sociedad, la economía, la política… de la Iglesia, contribuye al fortalecimiento del empoderamiento de las mujeres.

A lo largo de los años, el Día Internacional de la Mujer se ha convertido en un hito en la lucha contra la discriminación, violencia, exclusión… Además de ser un momento de celebración de los logros alcanzados por ellas.

La lucha de las mujeres hoy no es solo contra la desigualdad salarial, como lo fue en sus inicios, sino también contra la violencia doméstica, el machismo, el patriarcado, el feminicidio y todas las formas de dominación, discriminación, esclavitud, prejuicio y exclusión.

Celebrar el 8 de marzo es recordar a tantas mujeres que lucharon y siguen luchando hoy por sus derechos, especialmente por el derecho a ser mujer. Entre las miles y miles de estas mujeres luchadoras, heroínas, audaces, profetisas, artistas de la vida y del amor… destaco aquí a la profetisa del departamento Goiás – Brasil, su nombre es Cora Corina, la mujer que aprendió a amar la vida y nunca dejó de luchar…

Soy esa mujer a la que el tiempo me ha enseñado mucho. Él nos enseñó a amar la vida. No abandones la lucha. Volver a empezar en la derrota. Renuncia a las palabras y pensamientos negativos. Cree en los valores humanos. Sé optimista.

Creo en una fuerza inmanente que une a la familia humana en una corriente luminosa de fraternidad universal. Creo en la solidaridad humana. Creo en la superación de los errores y las ansiedades del presente.

Creo en los jóvenes.
Alabo su confianza, generosidad e idealismo.
Creo en los milagros de la ciencia
y en el descubrimiento de una futura profilaxis
de los errores y la violencia del presente.

He aprendido que es mejor pelear
que cobrar dinero fácil.
Más vale creer que dudar.

De manera muy especial , por último, destaco a las mujeres indígenas, quilombolas y ribereñas cuyas voces no se callan y no se cansan de gritar e inspirar la lucha por los derechos y la reconstrucción de nuestros países.

El 8 de marzo también quiere ser un espacio para repensar estrategias, actitudes y acciones para construir una nueva sociedad interconectada por la «corriente luminosa de la fraternidad universal«, basada en el amor, el compartir y la comunión.

Hna Margarida Ludovico (Guida)

Dominica de Nuestra Señora del Rosario de Monteils

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