Del 23 al 28 de abril tuvimos la grata visita de nuestro Maestro Fray Gerald Francisco Timoner III, con motivo de su visita canónica a sus hermanos de la Provincia del Rosario que hacen vida en Venezuela.
Con esta grata visita, la familia dominicana se vuelve a encontrar fraternalmente, esta vez para darle gracias a Dios, celebrar y compartir fraternalmente como familia dominicana en Venezuela. Su acompañamiento nos deja claro que la predicación es creíble y posible cuando va acompañada de Jesús quien nos envía a ser predicadores de la Buena Noticia del Reino.
Juntos celebramos alrededor de la mesa de la Eucaristía, para dar gracias por el don de la vocación dominicana, por el don de ser parte de la familia de Santo Domingo, con la misión de predicar la Palabra de Dios al mundo. El Maestro nos deja su mensaje a la luz de Jn 15, 1-8: Yo soy la Vid y ustedes los sarmiento. “El Evangelio nos habla de pertenencia; significa que todos pertenecemos a Jesús y nos pertenecemos unos a otros, no de cualquier manera, cualquier tipo de relación simbólica, imaginaria o teórica, sino una pertenencia a Jesucristo en sentido plenamente vital, una relación fundada en el Bautismo y profundizada en la Eucaristía, pertenecer a Jesucristo y pertenecernos unos a otros…”
“Nuestra esperanza se basa en la certeza que Dios está con nosotros, que Dios no nos abandonará. Estamos llamados a vivir el presente y abrazar el futuro con Esperanza, no con optimismo, el optimismo surge de una evaluación cuidadosa de las perspectivas futuras con respecto a las propias capacidades y recursos; por eso si alguien me pregunta si soy optimista acerca de la Orden en Venezuela con sólo 18 frailes, mi respuesta inmediata sería ¡No! No soy en absoluto optimista, pero tengo mucha esperanza…La esperanza se basa en la certeza de que Dios nunca nos abandonará…Dios es la maravillosa esperanza prometida por Domingo como nuestro constante compañero en el santo empeño de anunciar la Palabra de Dios y hacer que se extienda a través de los mares, más allá de los horizontes de nuestra mirada”.
Otro motivo para celebrar como familia dominicana fueron los 100 años de afiliación a la Orden de Predicadores de las hermanas Dominicas de Santa Rosa de Lima.