"Rabinal a los 25 años de resistencia y martirio" Al término del encuentro de Justicia y Paz en GUATEMALA, los miembros de la familia dominicana presentes en el seminario-taller emitieron un documento de compromiso. La relatoría de este encuentro, testimonios y prédicas en nuestra sección JUSTICIA Y PAZ. Además ofrecemos fotos en NUESTRA GALERIA.
DECLARACIÓN FINAL
DEL II SEMINARIO-TALLER DE JUSTICIA Y PAZ
DE LA ZONA MESOAMERICANA DE CIDALC-CODALC
I. Introducción
1. Del 12 al 16 de noviembre de 2007 tuvo lugar en la ciudad de Guatemala y Rabinal el Segundo Seminario-Taller de Justicia y Paz de la Zona Mesoamericana. Convocado por la Provincia de San Vicente Ferrer de los Frailes de América Central y las Promotorías Regionales de Justicia y Paz de CIDALC y CODALC, con la colaboración de las Promotorías de Justicia y Paz de la Zona Mesoamericana. El Seminario-Taller tuvo como tema el de "Resistencia y Martirio", y el concepto central que orientó nuestras discusiones y nuestra reflexión fue el de la memoria.
2. Teniendo en cuenta la declaración del Capítulo General de los Frailes en Bogotá (2007), en la que hace memoria del vigésimo quinto aniversario de los mártires de la fe y de la caridad en El Salvador y Guatemala, con él se quiso conmemorar el martirio de nuestro hermano Fray Carlos Ramiro Morales López, a los veinticinco años de su asesinato, y rendir con el pueblo de Rabinal un homenaje agradecido a nuestro hermano Melchor Fraj.
3. Participaron 47 hermanos, hermanas, laicos, laicas y jóvenes provenientes de México y los países de América Central. Se contó igualmente con la participación del Promotor y la Promotora Regionales de América del Norte, así como con la participación del Promotor de Familia Dominicana de CIDALC.
4. Al cumplirse también los 25 años de la masacre de Rabinal, con el Seminario-Taller se quiso en primer lugar tomar conciencia de esa realidad y sus consecuencias, y hacer de ello una lectura teológica. Escuchando y reflexionando sobre testimonios de fe y martirio de sobrevivientes y familiares de las víctimas, se pretendió igualmente reflexionar sobre el significado y trascendencia del martirio del pueblo. Y en torno a la pregunta acerca de la situación actual de Guatemala y Rabinal, así como de los desafíos pastorales que hoy presentan a la Orden en la dimensión de justicia y paz de la predicación dominicana, se quiso igualmente diseñar algunas líneas y criterios de solidaridad y acompañamiento de la Orden en situaciones similares.
5. Con la ayuda de Juan Hernández Pico S.J. y Fernando Suazo, el primer día por la mañana lo dedicamos a recuperar la memoria y a hacer una lectura del contexto de Guatemala y Rabinal hace 25 años. Con el apoyo igualmente de Fernando Suazo, y teniendo en cuenta esos contextos, la tarde de ese día fue dedicada a hacer una lectura teológica del tema del Seminario-Taller, y a escuchar testimonios vivos sobre las figuras proféticas de nuestros hermanos Fray Carlos Ramiro Morales López y Fray Melchor Fraj, así como sobre la importante labor de recuperación de la memoria histórica de Guatemala (REMHI) por la hermana Rosario Celis, proyecto interdiocesano encargado de recoger los testimonios de las víctimas del conflicto armado que duró 36 años en Guatemala, que ofrece un documento confiable para fundamentar las denuncias contra los victimarios de esa época, y exigir del gobierno verdad, justicia y reparación de los profundos daños causados, para poder construir una nueva Guatemala. Esa misma tarde fray Cirilo Santamaría OCD presentó un testimonio y reflexión teológica acerca de Monseñor Juan Gerardi, director pastoral del Proyecto REMHI, quien fue por ello ejecutado el 26 de abril de 1998.
6. El segundo día muy temprano los participantes del seminario-taller nos trasladamos primeramente a Rabinal, donde fuimos fraternalmente acogidos por los miembros de las comunidades eclesiales de base de la parroquia de San Pablo Apóstol, encomendada a nuestros hermanos dominicos, y después a la comunidad indígena achí de Plan de Sánchez, en la que fueron vejadas, torturadas, masacradas e incineradas 184 personas (hombres, mujeres y niños) por el ejército guatemalteco, el 18 de julio de 1982. Allí celebramos la Eucaristía, en el santuario donde yacen los restos de los mártires que fueron exhumados de las fosas comunes encontradas en los alrededores de lo que fue la casa de habitación de una de las mujeres masacradas, y escuchamos los testimonios de varios de los sobrevivientes y familiares de las víctimas.
7. Acompañados por ellos, al bajar de la aldea visitamos el museo comunitario de Rabinal, en el que se encuentran las fotografías de personas víctimas del conflicto armado. Posteriormente fuimos al cementerio, donde se encuentran varios monumentos con los nombres de las personas que fueron masacradas en Rabinal y las comunidades indígenas de los alrededores. En ese lugar sagrado tuvimos una celebración cristiano-maya con un sacerdote maya y algunos miembros de Plan de Sánchez, una ofrenda al Creador y Formador en honor a ellos, fue como un banquete donde los difuntos eran los protagonistas y nosotros nos unimos a su encuentro en la celebración de la vida junto al Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra.
8. Entrada la noche nos dirigimos a la casa de las Hijas de la Caridad, donde pudimos escuchar los testimonios de siete de los sobrevivientes: 2 de la Comunidad de Río Negro, 4 de Plan de Sánchez y 1 de la comunidad de Chichupac. Uno de ellos narró las gestiones que han llevado a cabo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos para exigir verdad, justicia y reparación de los daños.
9. El día 15 fue dedicado a analizar la realidad actual de Guatemala y Rabinal, así como el problema siempre actual de la violencia específica contra las mujeres, antes y después del conflicto, presentado por la licenciada Johana Lemus y a detectar y reflexionar sobre los retos que plantean a la vida y misión de la Orden esas situaciones de violencia, resistencia y martirio. Finalmente, el Seminario-Taller aprobó el día 16 esta Declaración Final, luego de que el Promotor y la Promotora Regional de Justicia y Paz presentaron una motivación sobre las principales líneas de acción y compromisos de la Orden en la realización de esta dimensión de nuestro apostolado dominicano.
10. Como al autor de la carta a los Hebreos, nos faltaría tiempo para contar todo lo que en este Seminario vivimos, para contar la memoria que hermanas y hermanos, entre ellos hermanas y hermanos sobrevivientes de las masacres perpetradas en Rabinal y alrededores nos hicieron recuperar, y con su memoria nuestro identidad como Familia Dominicana y nuestro compromiso.
II. Importancia y Significado de la memoria
11. La memoria es mucho más que un ejercicio de recuerdo. Nuestro hermano Jesús Tapuerca nos lo recordó desde el comienzo del Seminario. La memoria es parte esencial de cada uno de nosotros como seres humanos y proyecto que somos. Es decir que sin ella no seríamos humanos ni tendríamos proyecto. De igual manera los pueblos de los que somos parte y a los que servimos: no hay pueblo sin herencia y sin proyecto; no hay pueblo sin memoria; y mientras más viva y auténtica es ésta, más fiel es a sí mismo, a los suyos, y a Dios.
12. En el Seminario lo experimentamos. La memoria es mucho más que un ejercicio de recuerdos. Es un recordar que moviliza todo el ser, que lo interpela, lo modela y lo proyecta. Al realizarla nos transformamos. La memoria recibida toca las fibras más profundas de cada uno de nosotros y nosotras.
13. A ello nos ayudó la naturaleza y calidad sapiencial y testimonial del mismo. Los diferentes ponentes supieron dejar de lado los formalismos académicos, para hacer historia, antropología y teología desde adentro, desde las entrañas y con ellas. Igualmente entrañables y auténticos, es decir verdaderos, fueron los testimonios sobre Fray Melchor Fraj, Fray Carlos Morales y el proyecto de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI). Especialmente emotivo fue el testimonio sobre nuestro Hermano Fray Carlos Ramiro Morales López dado por tres hermanos de la Casa de Formación de la Provincia de Centroamérica que no lo conocieron. Un ejemplo de lo que es la memoria como parte constituyente de nuestro ser, que se transmite como la vida y la verdadera tradición de mayores a jóvenes.
14. En su lenguaje simbólico el pueblo de Rabinal se auto-percibe y se define como ombligo del mundo, y de hecho está en el centro geográfico de Guatemala. Desde los primero años de la Conquista, y desde el comienzo de la evangelización pacífica de la Verapaz por Fray Bartolomé de Las Casas y sus compañeros, Rabinal es un lugar profundamente marcado por la Orden hasta el día de hoy. Por esta realidad histórica y por la represión tan brutal que sufrió en la década de los ochenta, es además un compromiso a mantener por la Orden. Y por la manera como la violencia humana se ensañó contra su población, un símbolo de desafíos a toda la Familia Dominicana. A la escala de nuestra historia, tiene un valor de interpelación y de reto que tiene que tocar nuestro ser, nuestra comunidad y nuestra misión, estemos donde estemos y cualquiera que sea nuestro trabajo.
15. El culmen de la experiencia fue la visita que el miércoles 15 hicimos a Rabinal y especialmente a la aldea Plan de Sánchez, al cumplirse los 25 años (18 de julio de 1982) de la masacre por el Ejército de Guatemala, las Patrullas de Autodefensa Civil, las llamadas Comisiones Militares y las Judiciales en la tarde de un domingo sólo sobrevivieron 20. Una experiencia de memoria y resistencia.
III. Constataciones
16. Constatamos que en Centroamérica se han dado políticas de "tierra arrasada", las cuales han causado en su momento y después de su ejecución etnocidio y traumas a poblaciones enteras, así como desapariciones en contextos de guerras fraticidas. De manera especial, reconocemos y visibilizamos la victimización y vejación múltiple contra la mujer, a los niños y las niñas mayas de estas poblaciones vulneradas en su historia y en su presente.
17. Que los procesos de paz en los países de América Central que han padecido conflictos, han sido endebles, lentos y complicados para la restauración y el resarcimiento de las víctimas y de los sobrevivientes. Los procesos de reconciliación y de perdón deben tomar en cuenta las circunstancias y respetar los ritmos y los tiempos de las personas y de las poblaciones vulneradas. Por más que se esté dispuesto a concederlo, no puede acordarse el perdón sin esclarecer los hechos, sin justicia y sin que éste no sea pedido públicamente con sinceridad.
18. Constatamos que la violencia, especialmente contra la mujer, sigue dándose silenciosamente en nuestros pueblos y de múltiples maneras. Que las perspectivas superficiales que ofrece al ser humano el actual proceso de globalización neoliberal amenaza de nueva cuenta la memoria de las víctimas, y que es necesario recuperarla y tomarla en cuenta en la reconstrucción de la historia de la Orden, de los pueblos y de la humanidad entera.
19. Constatamos que la recuperación de esa memoria debe ser una tarea de la familia dominicana en todo el continente, como elemento fundamental de nuestro compromiso por la Justicia y la Paz en América Latina y El Caribe, pues el martirio de nuestras hermanas y hermanos, así como las causas por las que lucharon, sigue cuestionándonos.
20. Constatamos que como familia dominicana debemos seguir optando por los excluidos, los vulnerables, los pobres y las víctimas de la injusticia o de la inhumanidad en la historia. Por lo tanto, la realidad y sus consecuencias nos invitan a responder de manera articulada como familia dominicana. Debemos programar acciones formativas teóricas y prácticas claras en la formación de nuestras hermanas y hermanos. La dimensión de la justicia y la paz debe ser un eje que atraviese todas nuestras actividades de formación inicial y permanente. Hemos de saber construir una pedagogía asociada con la compasión y empatía hacia las víctimas, y con las exigencias de sinceridad, verdad y justicia por parte de los victimarios.
21. Tenemos que seguir optando por los pobres, los excluidos y de las víctimas en la historia, y desde ellos leer el Evangelio y realizar nuestro carisma de contemplación y predicación. Debemos vencer el miedo y movilizarnos como familia en acciones concretas. No podemos construir el Reino de Dios sin trabajar incansablemente por transformar la realidad social, por la justicia y por edificar una paz fundamentada en la vida digna de todas las personas y el cuidado de la naturaleza.
IV. Acciones concretas
1. Nos comprometemos a realizar acciones concretas el próximo año, con motivo del Décimo Aniversario del asesinato de Monseñor Juan Gerardi. Con este y otros motivos nos comprometemos también a promover y animar eventos y celebraciones en memoria de las víctimas.
2. Nos comprometemos a difundir y apoyar las exigencias de justicia y reparación de daños de las víctimas de la violencia en Guatemala ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos.
3. Debemos realizar nuestro quehacer teológico y pastoral con un enfoque crítico y ético que nos permita realizar siempre acciones concretas en beneficio de las víctimas de la historia.
4. Intentar formar REMI en el Salvador, promover acciones comunes a favor de la Justicia y la Paz dentro del testimonio martirial de los pueblos de América Latina.
5. Como hombres y mujeres comprometidos con la vida y la defensa de los derechos humanos de nuestros pueblos, desde la Ciudad de Guatemala, tierra bañada con la sangre de los mártires, queremos solidarizarnos una vez más con el pueblo de Estados Unidos que hoy se encuentra alzando su voz en repudio de la Escuela de las Américas o Base Militar en el estado de Georgia que ha sido por varias décadas el lugar donde se han cimentado y fortalecido sentimientos de odio y exterminio contra la Vida y los Derechos de nuestros pueblos iberoamericanos.
6. Pedimos la realización de un Encuentro Norte-Sur de la Familia Dominicana sobre movilidad humana el año próximo en Ciudad Juárez, Chihuahua, México, en el que participen los promotores y promotoras de Justicia y Paz de América del Norte y de América Latina y El Caribe.
Ciudad de Guatemala, 16 de noviembre de 2007