CARTA DEL MAESTRO DE LA ORDEN, fray Carlos A. Azpiroz Costa OP, en la fiesta de nuestro padre Santo Domingo, desde Montevideo (Uruguay). " Labios abiertos para anunciar la Palabra de Dios en todas sus expresiones, en los más diversos modos… a todas las naciones", nos dice en su carta.
Fiesta de Santo Domingo 2008
Montevideo, 8 de agosto 2008
Queridos hermanos y hermanas
Desde Montevideo, capital de Uruguay, en América del Sud… (invierno) los saludo deseándoles de corazón una muy feliz Fiesta de Santo Domingo.
A todos mi gratitud personal por el ministerio que despliegan en favor de la Orden, de la Familia Dominicana, de la Iglesia… y colaborando conmigo más estrechamente en el servicio que los hermanos me confiaron hace ya 7 años.
La visita a Brasil ha sido muy intensa (distancias enormes para llegar a todas las comunidades) y alegre… rica en experiencias y preñada de esperanza.
Luego estuvimos en Paraguay donde pudimos conocer de cerca la vida y misión de los frailes y diversas congregaciones de hermanas, de las fraternidades laicales… ¡Cuánta vida! ¡Qué bella misión! No son ajenas a nuestros hermanos y hermanas las situaciones de marginación y pobreza extremas… realmente comparten la vida de la gente, sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias.
El 30 de julio hemos recordado a nuestro querido (+) fray Dominique al cumplirse el aniversario de su pascua… He podido hablar con su mamá y expresarle la cercanía de todos. Dios lo abrace eternamente en su luz y amistad.
Ahora estamos, con fray Javier acompañándome siempre, en Uruguay. A pesar de ser Paraguay y Uruguay dos países limítrofes con la Argentina, nunca había estado en estas tierras. Sorprende la belleza de esta patria Oriental. De nuevo el trabajo de los hermanos y hermanas animan a seguir adelante…
En fin, los saludo en esta fiesta, pidiendo al Señor, por intercesión de Santo Domingo, la gracia de la predicación a todos y a todas… Ojos abiertos para contemplar la realidad de Dios, de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, la belleza de la creación, y la más admirable belleza de la gracia derramada en nuestras vidas. Corazones abiertos para que todos encuentren sitio en él, como en Santo Domingo, quien amando a todos por todos era amado. Labios abiertos para anunciar la Palabra de Dios en todas sus expresiones, en los más diversos modos… a todas las naciones.
Fraternalmente en Cristo, María del Rosario y Santo Domingo
Los abraza y pide el recuerdo en sus oraciones
fray Carlos A. Azpiroz Costa OP
Maestro de la Orden