25 AÑOS DE FAMILIA DOMINICANA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE.- Fr. Baltasar Hendriks o.p., comparte unos apuntes del comienzo oficial de la Familia Dominicana en América Latina y el Caribe. Los inicios, los retos, las esperanzas y las experiencias atesoradas en 8 años de continuo peregrinaje por conventos, casas de formación y diversas comunidades dominicas, forman parte del "recuerdo vivo", que considera " los mejores años" de su vida dominicana
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25 AÑOS DE FAMILIA DOMINICANA
EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE
Hace 25 años, Fr. Baltasar Hendriks o.p, fue pionero en lo que se asomaba como una misión nueva en la Orden de Predicadores en América Latina y el Caribe: la coordinación de la Familia Dominicana.
Los inicios, los retos, las esperanzas y las experiencias atesoradas en 8 años de continuo peregrinaje por conventos, casas de formación y diversas comunidades dominicas, forman parte del “recuerdo vivo” que comparte Fr. Baltasar de los que considera, sin dudar, “los mejores años” de su vida dominicana.
REMEMORANDO LOS INICIOS
« Con gusto y gratitud comparto, mediante unos apuntes de recuerdo vivo, el comienzo oficial, hace justamente 25 años, de la Familia Dominicana en América Latina y el Caribe.
En la asamblea de CIDAL de enero 1983, se aprobó una petición oficial al próximo Capitulo General, en el sentido de nombrar para America Latina y el Caribe un coordinador de la Familia Dominicana. Efectivamente, durante el Capitulo General de Roma en 1983, se exhortó al entonces Maestro Damian Byrne op, a que se aprobara esta nueva función dentro de CIDAL y a que nombrara a alguien para realizar esta nueva misión .
Con fecha del 2 de noviembre del 1984, el Maestro Damián (después de haber consultado a los superiores de toda America Latina y del Caribe), escribió una carta a un servidor nombrándome para esta nuevo puesto.
El enconces Vicario de Puerto Rico, Fr. Vicente Van Rooij op, en señal de un espíritu dominicano sin fronteras, que sobrepasa los límites de su Vicariato, se sintió honrado de cederme para esta nueva misión.
Al mismo tiempo, el Provincial de Colombia, Fr. Adalberto Cardona op, me ofreció gentilmente, en el Convento Santo Domingo en Bogotá, una habitación para mi residencia y una sala espaciosa como oficina de la Familia Dominicana. Allí se pudo desarrollar, poco a poco, una biblioteca que, según el testimonio del Provincial de Argentina, Fr. Domingo Basso op, era la mejor instalada y más completa de documentos, libros y revistas relativas a la vida dominicana. Comencé entonces a funcionar allí, el dia 6 de enero del 1985.
En esos primeros años pude disfrutar de la sabia y eficiente colaboración de sor M. Angelina Silva op, de la Congregación colombiana de Santa Catalina de Siena, gran experta y conocedora de la historia y del carisma de la Orden como Familia.
¿CÓMO, POR DÓNDE Y CON QUIÉNES COMENZAR ?
No habiendo experiencia previa alguna en esta misión, se me ocurrrió proponerme un lema que aún serviría para mis sucesores : ‘NO SE PUEDE HABLAR DE LA FAMILIA DOMINICANA SIN HABLAR CON LA FAMILIA DOMINICANA'. De esa conviccón surgieron una metodología y unas prioridades para la acción.
La metodología consistió en realizar visitas personales con jornadas de estudio y propiciar asambleas congregacionales, regionales, nacionales e internacionales. Lo que mejores resultados arrojó fueron la gran cantidad de retiros (ejercicios espirituales) predicados a laicos y a frailes por doquier, incluso, al comenzar asambleas o capítulos congregacionales.
Enseguida sentí la necesidad de establecer prioridades: las monjas de clausura, los laicos , las casas y los centros de formación, y la coordinación entre las diferentes (y tantas) congregaciones femininas, promoviendo, al mismo tiempo, reuniones de equipos coordinadores con representantes de cada una de las cinco ramas de la Familia Dominicana en cada pais o provincia.
A veces me sentía como un Santa Claus por llevar a dondequiera que fuera libros, documentos y folletos de autores de la Orden sobre la vida y la espiritualidad dominicana. Incluso, pude hacer una edición sencilla de unos diez libritos y folletos sobre estos temas tan candentes y actuales. Por cierto, llevar personalmente los libros era más barato que enviarlos por correo, pero resultaba un método más pesado. Por eso, valió tanto el don de la buena salud, así como la riqueza de poder compartir la gracia de la predicación dentro de la Familia Dominicana.
EL CORAZON DE LA FAMILIA DOMINICANA
Poco a poco se llegó a concientizar a las diferentes ramas sobre la certeza de que la vida y la misión de nuestras monjas de clausura son EL CORAZÓN DE LA FAMILIA DOMINICANA. En el proceso me di cuenta de la realidad de una u otra enfermedad cardíaca, aunque no hubo necesidad de transplante….
Apareció, asimismo, como otra necesidad, la formación de formadoras, especialmente en el área de la espiritualidad de la Liturgia Dominicana. Por otra parte, pude compartir oportunamente con todas las ramas una inquietud heredada de Ntro. Padre Santo Domingo: que toda la Familia Dominicana se diera cuenta de lo mucho que debemos a nuestras monjas por su vida de oración, tan fervorosa como constante, por el bien de toda nuestra Familia.
Una atención inmediata a una necesidad urgente consistió en facilitar a todas las monjas (unas 956) el nuevo libro de sus constituciones y, poco después, entregarles unos 1200 ejemplares del propio de la Orden de Predicadores, Litugia de las Horas, con unos documentos profundos, a modo de introducción, a cargo del Maestro Fr. Vincent De Couesnongle op. ¡Qué sorpresa fue descubrir que después de un año y medio, en un monasterio se tenia guardado el paquete de los libros litúrgicos ! Mejor tarde que nunca !
La compra y distribución de estos valiosos libros se pudo concretar gracias a los donativos de Adveniat (Alemania) ; de las Misiones Dominicanas de Madrid (España) ; y de otros benefactores como, por ejemplo, de Holanda, quienes donaron lo necesario para la instalación de un Centro de Primera Ayuda en Colombia, así como unos 14 vehiculos (carros y yeeps) para unas cuantas comunidades provinciales o locales (por ejemplo, para Perú, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador…), una silla de odontologia (Mexico), etc.
Cuando en una conversación con el Maestro Damian manifesté cierto « escrúpulo » por tantos gastos por concepto de viajes, me tranquilizó diciéndome sabiamente : « Baltasar, tú no gastas, sino inviertes mucho en una causa tan noble y justa. ADELANTE ! ». Y este consejo fue válido tambien para mis sucesores.
Así fue que crecía como una bola de nieve….una Familia Dominicana “itinerante”.
ALGUNAS EXPERIENCIAS PARTICULARES
- 1. El congreso mundial del laicado en Montreal (Canadá), 1985.
- 2. El primer congreso a nivel latinoamericano y del Caribe para el laicado, en Bogotá Colombia), 1987.
- 3. El Capítulo General de California (USA), 1989.
- 4. Ver surgir respuestas animadas e iniciativas locales por doquier.
- 5. Un primer curso de formación para formadores/as en Puerto Rico.
- 6. El apoyo absoluto de todos/as los/as superiores/as de todas las ramas y de los asistentes el Maestro para América Latina y el Caribe
- 7. La feliz continuación de esta función (desde el 1992) y misión mediante nuevos promotores competentes
- 8. La formación creciente de nuevas agrupaciones: Justicia y Paz ; Dminicas Internacionales (DSI) ; el Secretariado de la Juventud Internacional (IDYM); el Voluntariado (DVI) ; la Comisión de Monjas; la Comisión de Predicación…, etc.
- 9. El surgimiento (¡esperanza única !), en los ultimos años, de nuevas formas de pertenencia a la Familia Dominicana y de solidaridad con los más sufrientes.
Bendito sea el Señor de la Vida por Santo Domingo y su Obra que juntos hemos podido continuar. Con gratitud recuerdo los 8 años que dediqué a esta misión tan desafiante como fascinante ! Los mejores años de mi vida dominicana !
Con todo, NOS RESTA A TODOS UN CAMINO POR HACER que se hará caminando, orando, itinerando en todo sentido, pero JUNTOS!”.
Fr.Baltasar Hendriks o.p,
HOLANDA – Fiesta de Sta.Catalina de Siena-2009.