Al concluir la Asamblea Ordinaria de la Pastoral de la Tierra Nor Oriente de Guatemala, el pasado 22 de abril, con la participación de representantes de la Pastoral Social, vicariatos, diócesis y parroquias de Izabal, Zacapa, Petén, Ixcán y Verapaz, quienes a su vez constituyen la Comisión de Pastoral de la Tierra de la Conferencia Episcopal de Guatemala, fue presentado un comunicado a la opinión pública.
El pronunciamiento se sitúa en consonancia con el llamado del papa Francisco a respetar y proteger a la Madre Tierra y acentúa la necesidad de promocionar el desarrollo rural, la justicia social, y el fomento de los derechos individuales y colectivos, particularmente “de los pueblos indígenas y la defensa de la Madre Tierra para transitar hacia el ‘Buen Vivir’ de los pueblos”.
Así, el comunicado denuncia, con indignación, “el constante agravamiento de la problemática agraria y socioambiental en la Región Nor Oriente”, el cual se deriva del modelo de acumulación y exclusión capitalista, y se visibiliza, particularmente, en “las políticas extractivistas que los gobiernos de turno han promovido”, despojando a los pueblos de su derecho milenario a la tierra, la riqueza natural, el autogobierno y la libre determinación. También se destaca que “estas políticas extractivas han incrementado paulatinamente la conflictividad agraria, socioambiental (…), la agudización de rompimiento de la dinámica comunitaria y el tejido social”, vulnerando también el derecho de las familias campesinas de la Región Nor Oriente de Guatemala a la alimentación.
Asimismo, el comunicado exhorta a “fortalecer la labor evangelizadora, de caridad y a la vez profética de la Iglesia católica, para promover la denuncia de la injusticia y para impulsar acciones articuladas a nivel de la Región Nor Oriente”. Similares pronunciamientos se dirigieron a las organizaciones sociales y campesinas, para “tejer la convivencia y la solidaridad entre los pueblos”; a las mujeres y hombres, pequeños campesinos agricultores, para “fortalecer su identidad con la Madre Tierra asumiendo la responsabilidad de su cuidado y cultivo para la producción de alimentos básicos y la custodia de las fuentes de agua”; a las municipalidades de la Región Nor Oriente, con respecto a la necesaria “consulta a comunidades o autoridades indígenas de los municipios” en términos ambientales; a las dependencias del Gobierno “en materia de derechos humanos y protección de la riqueza natural”; lo mismo que al Congreso de la República, al Gobierno central, y a la Procuraduría de los Derechos Humanos, con fines similares.
El mensaje concluye con “un llamado al amor cristiano y a la solidaridad con opción preferencial por los pobres, para unirse a los sectores más excluidos e incluir a los marginalizados”.
ÓSCAR ELIZALDE PRADA
FUENTE: CEG