Codalc

Carta final del Encuentro de Justicia y Paz CODALC-CIDALC 2015 (español y portugués)

segundo dia 2Los participantes de V Seminario de Justicia y Paz para la Familia Dominicana del Cono Sur y del 26 Encuentro de Justicia y Paz de la Familia Dominicana, realizado del 3 al 6 de setiembre en Brasil, firmaron una carta final renovando su compromiso de seguir promoviendo justicia y paz.

CARTA FINAL

5° SEMINARIO DE JUSTICIA Y PAZ DE LA FAMILIA DOMINICANA DEL CONO SUR
26° ENCUENTRO DE JUSTICIA Y PAZ DE LA FAMILIA DOMINICANA DEL BRASIL

“Yo siempre sueño que una cosa genera, nunca nada está muerto. Lo que no parece vivo, fertiliza. Lo que parece estático, espera” (Adélia Padro).

Bajo el cielo de Brasilia y el trazo del arquitecto, llegamos de diez diferentes países para el 5° Seminario de Justicia y Paz del Cono Sur y el 26° Encuentro de Justicia y Paz de la Familia Dominicana del Brasil. Éramos 100 participantes y con nuestras maletas, simbolizamos la prerrogativa de ir y venir, el afecto y el amor por la justicia y paz que fundamentan la posibilidad de los encuentros.

Espíritu predicador, peregrino, evangélico, apostólico. Hay barreras, todavía, que continúan separando personas: morimos contra 65 muros alrededor del mundo y en tantas cercas que nos impiden de vivir y de amar. Somos refugiados en busca de tierra, apátridas reivindicando derechos. Huyendo del infierno de las guerras, del hambre y del desespero, morimos en la travesía. Prohibidos de andar somos impedidos de habitar y de vivir. Somos la humanidad entera.

Con Pablo Romo, nuestro hermano de México, hicimos memoria emocionada de hermanos y hermanas que lucharon contra los muros y las cercas a lo largo de los 800 años de la Familia Dominicana. Formamos el álbum de nuestra familia y recordamos sus textos, pretextos, contextos.

Por ellos y ellas, somos convocados a la solidaridad. Hombres y mujeres –frailes, hermanas, laicos y laicas que, desde Domingo, siguen luchando por los derechos humanos, por la justicia y la paz. Movidos por la misericordia, por la audacia y por una radical sensibilidad con los dolores del pueblo; e inspirados por la verdad evangélica que torna posible ver a Dios en los pobres, ellos y ellas nos convocan al coraje de resignificar nuestras prácticas, alterar las herramientas hermenéuticas y cambiar el lugar teológico desde donde hablamos y actuamos.

Nutridos en las utopías, marcados por la lucidez, por la mística enraizada y por una metodología de compasión que promueve la horizontalidad de las relaciones humanas, somos desafiados a construir también hoy aquel otro mundo posible que nuestros precursores ya iniciaron.

Con Thomaz Jensen, del Brasil, reflexionamos sobre la realidad de nuestros países, comprendiendo las macro-decisiones y las estrategias político-económicas que fundan nuestros horizontes particulares. Identificamos los principales desafíos de nuestros países, cuáles son nuestros enemigos (los internos y los externos) y cómo estamos actuando en esas realidades.

La concentración de la tierra, el agronegocio, la exploración y la destrucción ambiental, el tráfico de personas, las migraciones, el narcotráfico, la violencia y la crisis de la democracia y de los sistemas de garantías de derechos humanos, son algunos de nuestros principales problemas político-sociales, delante de los cuales identificamos el desafío de potencializar nuestra articulación en cuanto familia dominicana. Delante de tantos desafíos, identificamos en el Papa Francisco un organizador de esperanzas que, por sus prácticas, viene sirviendo de inspiración y de entusiasmo. Con él, podemos vislumbrar señales de esperanza alrededor del mundo en innúmeras alternativas de acción en defensa de la vida.

A partir de la memoria y del desafío en torno a la lucha por los derechos humanos nosotros nuestros países (Chile, Argentina, Paraguay Uruguay y Brasil) y envueltos en los temas de la educación, de la tierra, de la migración, de la mujer y de las relaciones de género, convocamos a toda la familia dominicana para participar y fortalecer los procesos de lucha de nuestros pueblos, articulados en la Rede Eclesial Pan-Amazónica, en los movimientos populares, en las entidades no gubernamentales, en redes de intercambio, compartir informaciones y experiencias, en proyectos de formación y educación, en apoyo y divulgación de la Agenda Latinoamericana Mundial.

Seguimos viajando de las manos. Siendo muchos, vencemos aquellos muros. Nos envolvemos en las actividades de los 800 años de la Familia Dominicana y sugerimos al equipo organizador la inserción de temáticas emergentes y mayor participación de laicos y de las hermanas y convocamos a todos/as para hacer de este un momento de renovación de nuestros compromisos con la justicia, la paz y los derechos humanos.

Brasilia, 3 al 6 de septiembre de 2015.
Familia Dominicana del Cono Sur

FOTO OFICIAL

CARTA FINAL

5O SEMINÁRIO DE JUSTIÇA E PAZ DA FAMÍLIA DOMINICANA DO CONE SUL
26O ENCONTRO DE JUSTIÇA E PAZ DA FAMÍLIA DOMINICANA DO BRASIL

“Eu sempre sonho que uma coisa gera, nunca nada está morto. O que não parece vivo, aduba. O que parece estático, espera.” [Adélia Prado]

Sob o céu de Brasília e o traço do arquiteto, chegamos de dez diferentes países para o 5o Seminário de Justiça e Paz do Cone Sul e o 26o Encontro de Justiça e Paz da Família Dominicana do Brasil. Éramos 100 participantes e com nossas malas, simbolizamos a prerrogativa de ir e vir, o afeto e o amor que nos comprometem com a justiça e a paz que fundamentam a possibilidade dos encontros.

Espírito pregador, peregrino, evangélico, apostólico. Há barreiras, contudo, que continuam separando pessoas: morremos contra 65 muros ao redor do mundo e em tantas cercas que nos impedem de viver e de amar. Somos refugiados em busca de terra, apátridas reivindicando direitos. Fugindo do inferno das guerras, das fomes e do desespero, morremos na travessia. Proibidos de andar somos impedidos de habitar e de viver. Somos a humanidade inteira.

Com Pablo Romo, nosso irmão do México, fizemos memória emocionada de irmãos e irmãs que lutaram contra os muros e as cercas ao longo dos 800 anos da Família Dominicana. Formamos o álbum de nossa família e recordamos seus textos, pretextos, contextos. Por eles e elas, somos convocados à solidariedade. Homens e mulheres – frades, irmãs, leigos e leigas que, desde Domingos, seguem lutando pelos direitos humanos, pela justiça e pela paz.

Movidos pela misericórdia, pela audácia e por uma radical sensibilidade com as dores do povo; e inspirados pela verdade evangélica que torna possível ver Deus nos pobres, eles e elas nos convocam à coragem de ressignificar nossas práticas, alterar as ferramentas hermenêuticas e mudar o lugar teológico desde onde falamos e agimos. Nutridos nas utopias, marcados pela lucidez, pela mística enraizada e por uma metodologia da compaixão que promove a horizontalidade das relações humanas, somos desafiados a construir também hoje aquele outro mundo possível que nossos precursores já iniciaram.

Com Thomaz Jensen, do Brasil, refletimos sobre a realidade de nossos países, compreendendo as macro-decisões e as estratégias político-econômicas que fundam nossos horizontes particulares. Identificamos os principais desafios de nossos países, quais são os nossos inimigos (os internos e os externos) e como estamos atuando nessas realidades.

A concentração da terra, o agronegócio, a exploração e a destruição ambiental, o tráfico de pessoas, o trabalho escravo, as migrações, o narcotráfico, a violência e a crise da democracia e dos sistemas de garantias de direitos humanos, são alguns de nossos principais problemas político-sociais, diante dos quais identificamos o desafio de potencializar a nossa articulação enquanto família dominicana. Diante de tantos desafios, reconhecemos no Papa Francisco um organizador de esperanças que, por suas práticas, vem servindo de inspiração e de entusiasmo. Com ele, podemos vislumbrar sinais de esperança ao redor do mundo em inúmeras alternativas de ação em defesa da vida.

A partir da memória e do desafio em torno da luta pelos direitos humanos nos nossos países (Chile, Argentina, Paraguai, Uruguai e Brasil) e envolvidos nos temas da educação, da terra, da migração, da mulher e das relações de gênero, convocamos toda a família dominicana para participar e fortalecer os processos de luta de nossos povos, articulados na Rede Eclesial Pan-Amazônica, nos movimentos populares, nas entidades não governamentais, em redes de intercâmbio e troca de informações e experiências, em projetos de formação e educação, no apoio e divulgação da Agenda LatinoAmericana Mundial.

Seguimos viagem de mãos dadas. Sendo muitos, venceremos aqueles muros. Envolvemo-nos nas atividades dos 800 anos da Família Dominicana e sugerimos à equipe organizadora a inserção de temáticas emergentes e maior participação dos leigos, leigas e irmãs e convocamos a todos/as para fazer deste um momento de renovação de nosso compromisso com a justiça, a paz e os direitos humanos.

Brasília, 03 a 06 de setembro de 2015.
Família Dominicana do Cone Sul

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