En Brasil, inicia hoy Miércoles de Ceniza, la tradicional Campaña de Fraternidad 2017, promovida por la Conferencia Episcopal del país sudamericano. «Fraternidad: ecosistemas brasileños y defensa de la vida», es el tema de esta 54° edición que hace referencia al pasaje bíblico «El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara» (Gn 2,15).
Mensaje del Papa
Francisco une su voz a aquellos que se adhieren a la Campaña de Fraternidad 2017, organizada por la Conferencia Episcopal brasileña. Esta iniciativa, que se celebra desde 1963 en Brasil durante la Cuaresma, cada año propone a la comunidad, una motivación para la conversión y el cambio de vida. En esta edición número 54, el foco de atención se centra en el cuidado de los ecosistemas nacionales y en la protección de la vida en toda su esencia. El Papa anima en particular a «ampliar la conciencia» de que este reto global requiere «la participación de toda persona junto con el esfuerzo de cada comunidad local».
Signos de agresión a la naturaleza en Brasil
El Creador, escribe el Papa en su mensaje, ha sido muy generoso con Brasil regalándole una diversidad de ecosistemas de «extraordinaria belleza». Pero lamentablemente, añade el Santo Padre, también están presentes los signos de agresión a la creación y la degradación de la naturaleza. La iglesia en Brasil, en cuanto al respeto y cuidado del medio ambiente y de los pobres, ha sido una «voz profética». La iglesia ha llamado, no sólo la atención sobre cuestiones ecológicas y sus desafíos, sino que también ha indicado sus causas y, sobre todo, las formas de superarlos.
Es necesario cuidar la creación y promover las relaciones fraternas
Entre las muchas iniciativas y acciones impulsadas por la Iglesia, el Santo Padre recuerda que ya en 1979 la Campaña de Fraternidad manifestaba su preocupación por cuestiones ambientales y por el comportamiento humano en relación con los dones de la naturaleza, bajo su lema: «preservar lo que pertenece a todos». El objetivo de la campaña de este año, dice el Pontífice, inspirado en el verso bíblico “El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara” (Gn 2,15), es «cuidar de la creación y especialmente de los ecosistemas de Brasil, de los dones de Dios y promover las relaciones fraternas con la vida y la cultura de los pueblos a la luz del Evangelio».
La degradación medioambiental está siempre acompañada de la injusticia
No podemos dejar de considerar, añade el Obispo de Roma, los efectos de la degradación ambiental, el modelo actual de desarrollo y la cultura del descarte que arrasan con la vida de las personas. Esta campaña nos invita a contemplar, admirar, agradecer y respetar «la diversidad de la naturaleza que se manifiesta en los diferentes ecosistemas de Brasil, un verdadero regalo de Dios, a través del fomento de “relaciones respetuosas» de los pueblos que viven en tales contextos. Este es uno de los mayores desafíos en toda la tierra, porque la «degradación del medio ambiente está siempre acompañada por la injusticia social», señala el Santo Padre.
De los pueblos indígenas se puede aprender un modelo de desarrollo sostenibile
Los pueblos indígenas, originarios de cada ecosistema, son un claro ejemplo de cómo la convivencia con la creación puede ser respetuosa, fructífera y misericordiosa. Es necesario conocer y aprender de estos pueblos la forma en que se relacionan con la naturaleza. De esta manera, concluye el Papa, se puede alcanzar un modelo sostenible que pueda ser una alternativa viable al desenfrenado deseo de obtener ganancias, a cambio de explotar los recursos naturales y daña la dignidad de los pueblos. Cada año, recuerda finalmente el Papa, la Campaña de Fraternidad se lleva a cabo durante el tiempo de Cuaresma. Es por tanto, una invitación a vivir con mayor conciencia la espiritualidad Pascual.
(Síntesis ofrecida por nuestro colega Amedeo Lomonaco).
Fuente: radiovaticano