Codalc

Compartimos reflexiones de la reunión de CODALC con las hermanas y monjas en Cuba

Reflexioines

Feliz la mujer dominica que venciendo los prejuicios predica en Cuba.

– Feliz la mujer dominica que predica desde lo que vive, es testimonio de vida para su comunidad y para el pueblo.

– Feliz la dominica que asume con gozo la austeridad de vida de este pueblo cubano.

Feliceslas mujeres dominicas que descubrimoslos valores de este pueblo: el compartir,la solidaridad,la resistencia.

– Felices las dominicas que somos capaces de acompañar y escuchar a los pobres y necesitados.

– Feliz la dominica que en esta realidad habla con Dios y de Dios.

– Bienaventuradas las/os predicadoras/es que generan esperanza y alegría.

– Bienaventuradas las/os Dominicas/os que aún con miedo se arriesgan a predicar.

– Bienaventuradas las/os Dominicas/os que se dejan enseñar por el pueblo.

– Bienaventurados los predicadores/as que se hacen compañeros en el camino.

– Bienaventuradas las predicadoras/es que se han aplatanado en el suelo que los recibe.

– Bienaventurados los/as predicadoras/es que es capaz de escuchar, que acoge y abraza la verdad que habita en el otro/a.

– Bienaventurada la mujer dominica que encuentra viva la esperanza en medio del pueblo.

– Bienaventuradas las mujeres dominicas que acompañan la soledad del otro.

– Bienaventuradas las dominicas que caminan con los jóvenes, ayudándoles a descubrir el sentido de su vida.

– Bienaventuradas las mujeres contemplativas que desde el silencio interpelan el silencio del miedo.

– Bienaventurada la mujer dominica predicadora que intenta mantener vivo el sentido de familia, pese a la separación.

– Bienaventurada la mujer dominica que a través de la palabra y el testimonio, contribuyen a despertar la conciencia de que otra Cuba es posible, fortaleciendo los valores del pueblo.

– Bienaventuradas las dominicas que han palpado cómo la fe se ha transmitido en Cuba gracias a la fortaleza de las abuelas.

– Bienaventuradas las dominicas que se reconocen sembrando a tiempo y a destiempo entre unos y otros, creyentes y no creyentes.

– Bienaventuradas las dominicas que han entrado a Cuba y admiran todo lo bueno que hay en el cubano.

– Bienaventuradas las dominicas que han acompañado a encender la Fe en los lugares que han permanecido.

Texto elaborado entre todas las presentes en el encuentro con equipo de CODALC

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