Hoy en la eucaristía escuchamos en el Evangelio de Mateo: “Dejen que los niños se acerquen a mí…”. Fue una invitación para dejar que desde nuestro niño/a interior las formandas, formandos y formadoras/es nos acerquemos a Jesús.
Coordinadora del día Hna. Noemí Zambrano, O.P
Se dio la bienvenida a Fr. Franklin Buitrago, O.P, quien será uno de los expositores en este curso de formadoras y formadores.
La primera exposición del día fue: “Las nuevas generaciones, ¡Piden la Palabra!”, expositora la Hna. Juliana Triana Palomino, O.P, Dominica de la Presentación. Hizo una exégesis de Jn 6,1-15 “Panes y peces en abundancia” para un éxodo hacia una formación humana y cristianamente liberadora. “El muchacho del evangelio posee lo necesario para alimentar adultos: panes y peces”. Grandes y pequeños estamos llamados a aportar y a recibir y nadie está por encima de nadie.
La segunda exposición fue: “Las estructuras de gobierno en una comunidad formadora: Formar para el diálogo y la democracia dominicana. Reuniones comunitarias, capítulos, consejo de casa, consejo local y provincial de formación” expositor Fr. Vivian Boland, O.P. Habló sobre los cuatro aspectos que hay en un ecosistema.
Presentó algunos números de la Ratio Formationis Generalis (RFG) que hablan de la formación en el diálogo y participación en nuestra forma de auto-gobierno. Para los dominicos y dominicas las estructuras de autogobierno son esenciales si queremos florecer según nuestra naturaleza. No podemos ser felices si no estamos involucrados en el gobierno de nuestras vidas y en la vida del ecosistema.
Por la tarde la Hna. Juliana Triana Palomino nos dio una introducción para trabajar en clave femenina los ecosistemas formadores, habló de la importancia de reconocer nuestra esencia femenina, nuestro valor como mujeres y el construir juntas.
Las hermanas formamos comunidades de vida donde compartimos en un ambiente de confianza, libertad, escucha, apertura y sororidad, las alertas y desconexiones de la formación recibida y de la formación actual y los tesoros que descubrimos en nosotras mismas y en nuestras formandas.
Cerramos nuestro día con una oración en la capilla ante el Santísimo expuesto donde cada comunidad de vida dio gracias y presentó los tesoros descubiertos.