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CLAR: “Salgamos aprisa al encuentro de la vida”

CONFEDERACIÓN CARIBEÑA Y LATINOAMERICANA DE RELIGIOSAS/OS – CLAR
“Salgamos aprisa al encuentro de la vida”
XX Asamblea General
Medellín-Colombia, 23 – 26 (Congreso Medellín 50 años) /
27 – 29 de agosto 2018

MENSAJE FINAL

Urgidos como María, con la prontitud de quien se sabe llamada/o a estar disponible a la voluntad de Dios y a permanecer en una constante búsqueda en la cotidianidad, hemos sido convocadas/os a participar en la XX Asamblea General de la CLAR. Nuestro contexto fue enriquecido por la gracia de celebrar el Congreso Eclesial Medellín 50 años, en donde junto a los pastores, laicos, hermanas/os de otras confesiones religiosas, hemos orado y trabajado con el fin de crecer en comunión y hacer camino, buscando y ofreciendo horizontes de esperanza, para vivir como verdaderos discípulos misioneros, al servicio de nuestros pueblos, especialmente aquellos que sufren en las periferias.

Motivadas/os por la experiencia de la reflexión teológica que estimuló el diálogo en el Congreso, hemos querido apoyarnos en la vivencia de la sinodalidad, que hace realidad la llamada a ser Iglesia en comunión. Se nos invitó a tener en cuenta la renovación de las estructuras eclesiales, y dentro de ella, a innovar en particular la liturgia, la animación bíblica de la pastoral, el protagonismo de la mujer, la escucha respetuosa de los más vulnerables, de la migración, refugio y trata de personas y el crecimiento en la conciencia del respeto por la tierra, reforzando el cuidado de la casa común.

Reconocemos que nuestra Asamblea ha sido un tiempo de gracia, un soplo vivo del Espíritu, que sigue alentándonos a salir de nosotros mismos para encontrarnos con los rostros sufrientes de hoy, esos hermanos/as que reclaman y desean una Vida Consagrada coherente y creíble, que no se pierde en los discursos, sino que se encarna, hace visible la ternura de un Dios y sigue apostando por el ser humano frágil y necesitado. Nos unimos de corazón a los pueblos de Nicaragua y Venezuela que están viviendo el flagelo de la opresión por defender los derechos humanos. Queremos agradecer la entrega generosa y valiente de nuestras/os hermanas/os consagradas/os que los acompañan, les aseguramos nuestra oración y la búsqueda de alternativas solidarias.

También nos sentimos llamadas/os a asumir actitudes de misericordia, sobre todo, con aquellas/os hermanas/os que han sido víctimas de abuso en todas sus expresiones. En medio de tanto silencio y encubrimiento, queremos escuchar con humildad para poder ser parte de los procesos de justicia y acompañar con compasión, para ser odres nuevos y fuentes de vida nueva en la Iglesia. Queremos reconocer públicamente y pedir perdón a Dios, a las víctimas, a sus familias y a la sociedad por los delitos cometidos, revistiéndonos de sayal y cenizas, abriendo nuestro corazón al grito de los pobres.

Nos comprometemos a colaborar con los medios de justicia para apoyar las decisiones que se tomen a favor de las víctimas y prometemos nuestra oración y acompañamiento, a fin de que se garantice elcamino hacia la reconciliación y a la conversión. Queremos hacernos corresponsables de proteger y establecer medidas que favorezcan el cuidado y la seguridad de los menores y vulnerables con quienes trabajamos.

Reconocemos el momento histórico en que vivimos y queremos responder a este kairos en el que somos enviados a formar parte de una nueva forma de ser Iglesia. Inspiradas/os por la visión profética del Papa Francisco, que nos anima a encontrar la santidad en la puerta de al lado y que nos interpela a promover  una cultura del encuentro, queremos reiterar nuestra fidelidad a su magisterio, asegurándole nuestra cercanía, apoyo total y compromiso en el esfuerzo de continuar viviendo en solidaridad con toda la creación que gime desde lo más profundo por la justicia y la paz.

Queremos seguir apoyando las iniciativas de las Nuevas Generaciones, reconociendo que ellas, con su apertura y alegría, nos ayudan a integrar un nuevo modo de SER Vida Consagrada. De igual manera, ofrecemos una palabra de gratitud a nuestras/os hermanas/os mayores que dan testimonio de fidelidad y son siempre referencias en nuestro caminar.

Agradecemos a la Presidencia de la CLAR saliente todo su apoyo, cercanía, respeto a las Juntas Nacionales, sus desvelos por impulsar a toda la Vida Religiosa de Latinoamérica y el Caribe, y acogemos con cariño a la nueva Presidencia, asegurándole nuestra oración, apoyo y colaboración en este nuevo trienio.

Ante María, la Madre de América, dejamos a toda la Vida Consagrada, bajo el nuevo icono que nos acompañará en este trienio: las bodas de Caná (Jn 4), en donde María intercede por aquellos que no tienen vino, y les regala la alegría de la confianza en Aquel que puede convertir el agua en el mejor vino. Que Ella, con su maternal ternura nos siga conduciendo con la seguridad de que solo «Haciendo lo que Él nos diga», podremos vivir coherentemente nuestro seguimiento, en fidelidad alegre y renovada.

Participantes de la Asamblea General de la CLAR
Medellín-Colombia, 29 de agosto de 2018

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