RESISTENCIA Y MARTIRIO
SEMINARIO-TALLER DE JUSTICIA Y PAZ
CIDALC-CODALC Y LA PROVINCIA DE SAN VICENTE FERRER DE CENTROAMÉRICA, GUATEMALA 12-16 DE NOVIEMBRE DEL 2007
PRONUNCIAMIENTO
Como hombres y mujeres comprometidos con la vida y la defensa de los derechos humanos de nuestros pueblos, congregados en la Ciudad de Guatemala, tierra bañada con la sangre de los mártires, queremos solidarizarnos una vez más con todos ustedes que hoy se encuentran alzando sus voces en repudio a la existencia de lo que ha sido por varias décadas el lugar donde se han cimentado y fortalecido sentimientos de odio y exterminio contra la Vida y los Derechos de nuestros pueblos iberoamericanos.
La Escuela de las Américas o Base Militar en el Estado de Georgia ahora denominada Instituto Hemisferio Oeste para la Cooperación de la Seguridad, ha sido el lugar donde se ha fomentado la manipulación de las mentes y los corazones de manera aberrante e irracional en líderes y políticos militares con el fin de ejecutar la destrucción y el exterminio brutal de muchas poblaciones tanto en el campo como en la ciudad, de campesinos e indígenas; hechos que han vestido de luto a millares de familias, obligándoles a resignarse a vivir con el dolor que les produjo el secuestro, desaparición y asesinato de sus miembros: Todos ellos Obispos, Religiosos y religiosas, Sacerdotes, Catequistas, Delegados de la Palabra, mujeres y hombres comprometidos con la solidaridad y el bienestar de sus comunidades, la justicia y la Paz de nuestros pueblos.
Esta vez al encontrarnos en la conmemoración del XXV aniversario de la Masacre de algunos de los pueblos Mayas en Guatemala, y en memoria de todos y todas los Mártires de Latinoamérica, expresamos nuestro repudio e indignación por el mantenimiento de este centro de impunidad y muerte que hoy sigue siendo signo real de una cultura que continúa forjando la Muerte y la impunidad en contra de la Vida Humana.
También elevamos nuestras voces a la Comunidad Internacional, grupos de solidaridad y en particular a los Estados Unidos de Norte América, para que CESE por completo y de manera definitiva su resistencia su empecinamiento que causa desde el cuerpo militar el derramamiento de sangre de las víctimas de los conflictos armados que se ven involucrados inocentemente en las luchas de poder, sufriendo las consecuencias de violaciones y destrucción de su soberanía y dignidad como pueblos.
Como lo hicieron nuestros obispos mártires de El Salvador y Guatemala, Romero y Gerardi, también hoy nosotros alzamos nuestras voces para Gritar unánimemente:
Cese a todo aquello que provoca dolor y muerte… en Guatemala y en el Mundo Entero, Nunca más!!!