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Semana de los Derechos Humanos en Honduras (Editorial)

EDITORIAL- SEMANA DE DERECHOS HUMANOS

HONDURAS 2008

LA JUSTICIA SOCIAL y VIH/ SIDA

  Hna Doris Regan O.P

A los finales de este mes celebraremos la semana de los Derechos Humanos. Por eso, es apropiado hablar de VIH en el contexto de los derechos y especialmente en el contexto de la justicia social que proclama la Iglesia. La justicia social es una exigencia vinculada con la cuestión social, que hoy se manifiesta con una dimensión mundial; concierne a los aspectos sociales, políticos y económicos y sobre todo a la dimensión estructural de los problemas y las soluciones correspondientes.

En el documento de los obispos de Honduras en 2006, “Por Los Caminos de la Esperanza” ellos dicen que “La justicia nos lleva a reconocer a los demás como sujetos de derechos y deberes y a crear las condiciones económicas, sociales y políticas adecuadas para que nuestro mundo garantice con mayor equidad el derecho a vivir de acuerdo con la dignidad de personas que Dios mismo ha concedido. Cuando la Biblia habla de justicia, se refiere primeramente a la justicia de Dios – una acción salvadora y fiel de Dios para con su creación. En segundo lugar se refiere a la conducta humana que busca seguir el ejemplo de Dios, respetando su plan y corrigiendo o poniendo correcto lo torcido del mundo.

En las conclusiones de la Quinta Conferencia Episcopal de América Latina que tomó lugar en Aparecida, Brasil en 2007,los obispos hablan de Pastoral de Salud y la gran necesidad de “fomentar una pastoral con Personas que viven con VIH Sida, en sus amplios contextos; “que promueva el acompañamiento comprensivo, misericordioso y la defensa de los derechos de las personas infectadas: que implementen la información, promueva la educación y la prevención con criterios éticos, para que despierte la conciencia de todos a contener este pandemia. Piden también a los gobiernos el acceso gratuito y universal de los medicamentos para la enfermedad y las dosis oportunas.” (No. 421)

Podemos acercarnos al tema de la justicia de diferentes ángulos: desde la perspectiva jurídico-legal, de la perspectiva bíblica, etc. Muchas veces lo que está conforme al derecho (la ley) no es necesariamente justo. Durante siglos por ej., la esclavitud era conforme al derecho, es decir, legal. Pero no fue justo. Otro ejemplo: El título de una casa está al nombre de un hombre que decide venderle e ir a juntarse con otra mujer, dejando a su compañera e hijos en la calle, sin nada. Aunque fuera legal la venta de la casa ¿será justa?

Entonces, al hablar de justicia social hay que regresar al principio, hacia la creación- a un Dios cuyo plan fue humanizar este mundo que El creó. En el libro de Génesis ya vemos el sello de la justicia impreso en la creación. Dios crea a todas las personas con la misma dignidad a la imagen y semejanza de Dios ( 1, 26-27 ). La tierra y todo lo que en ella existe es don de Dios igualmente puesto al servicio de todos y todas ( 2, 15-19). Sólo Dios es el dueño de su creación. Nosotros somos co-creadores y co-responsables en el servicio de cuidar lo creado ( 2,15 ) Vivir según el Espíritu del Creador es apostar por la vida, generar vida, amar la vida, defender la vida.

La justicia tiene que ver con la armonía de la creación: la persona en relación equitativa con Dios, con sigo mismo, con los demás y con el cosmos. La injusticia se ocurre cuando hay desequilibrio en cuanto a todas estas relaciones. La espiritualidad del Antiguo Testamento es una espiritualidad de liberación ( Ex 7, 3-12 ), de restaurar el equilibrio que Dios ha querido desde la creación y todavía quiere para su pueblo. Desde la libertad que emana del Espíritu, el profeta interpretó la historia, buscó recrear la conciencia y cambiar la manera de pensar y de actuar del pueblo. Señaló e iluminó el camino que conduce hacia una nueva humanidad. Descubrió e identificó con el sueño de Dios – un mundo equilibrado. Vivió identificado con el Proyecto de Dios, su Reino

En la sagrada Escritura, la justicia siempre está relacionada con la fidelidad de Dios, con su amor compasivo hacia los pobres, los excluidos. He escogido a Abraham para que instruya a sus hijos, a su casa y sucesores, a mantenerse en el camino del Señor, practicando la justicia y el derecho. Así cumplirá el Señor a Abraham cuanto le ha prometido (Gen 18,19) Es Dios que nos exhorta a practicar la justicia y el derecho, a defender a los pobres y oprimidos ( Isaías) y proclama dichosos a los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados (Mateo ) Y es esta espiritualidad que vivía Jesús. Se presentó al mundo en la sinagoga de Nazaret para “anunciar buenas noticias a los pobres…. para proclamar a los oprimidos la libertad …” ( Lc 4, 18-19). Pablo dice “ Para ser libres nos liberó Cristo .” Gál 5,1. Toda liberación humana (espiritual, psicológica, social, económica, política…) es signo y anticipación de la liberación total y definitiva, en la plenitud del Reino de Dios.

¿ y Qué tiene que ver todo esto con nosotros y nosotras y con el VIH? . La justicia resulta particularmente importante en el contexto actual, en el que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, a pesar de las proclamaciones de propósitos, está seriamente amenazado por la difundida tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del tener.

Según la tradición cristiana, recogida en la Doctrina Social de la Iglesia, la práctica de la justicia social abarca las dimensiones individuales, colectivas y públicas. En el mundo de personas viviendo con VIH, necesitan y gritan para la justicia a nivel individual, colectivo y público para que todas personas tengan acceso a los medios que satisfacen sus necesidades básicas y que nadie sea excluido de los bienes y logros sociales; que los convenios se hagan equitativos; que todas personas tengan posibilidades de participar en la construcción de una sociedad cuyos miembros llevan una vida verdaderamente humana.

Los valores del amor y de la compasión-justicia del corazón realmente son los únicos valores del evangelio. La justicia, la paz, la honestidad, la reconciliación, la verdad y el perdón caen como ramas del amor de Dios para con nosotros y nosotras, como maneras de amar y practicar el amor. Pero la justicia en sí, que sea individual o social, necesita el elemento de amor para ser completa. Los valores del evangelio viven en personas como los han vivido en Jesús y los valores mencionados enfatizan la importancia de personas. Y son precisamente personas de que hablamos en nuestra pastoral, personas viviendo con VIH/SIDA- hijos/hijas de Dios también, hermanos/hermanas en la vida y en el vivir del amor. Allí practicamos la justicia social.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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