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Rodrigo Hidalgo op: «Tenemos el mejor producto de la historia, pero es importante saber venderlo»

rodrigo-hidalgo(Por: Jesús Bastante).-La falta de vocaciones no es problema sólo de un equipo que busca las vocaciones como quien busca meteoritos, sino que involucra a toda la comunidad cristiana, que no tiene sacerdotes para celebrar su eucaristía.

Rodrigo Hidalgo es dominico, responsable de Pastoral Juvenil Vocacional en España y Portugal. Nacido en Chile, viene a presentarnos las VI Jornadas de Pastoral Juvenil Vocacional llamadas «Conócenos más», en las que se hablará, entre otras cosas, de marketing cristiano: «Tenemos el mejor producto de la historia», dice Rodrigo hablando del cristianismo, «pero es importante saber venderlo».

Sobre la falta de vocaciones, Rodrigo afirma que «no es problema sólo de un equipo que busca las vocaciones como quien busca meteoritos, sino que involucra a toda la comunidad cristiana, que no tiene sacerdotes para celebrar su eucaristía».

Reconoce que esta realidad está empujando a algunas congregaciones a abrirse a la misión compartida más por necesidad que por convencimiento, pero defiende que para la familia dominica «los laicos no son un fraile o una religiosa a medio hacer, sino que tienen su espiritualidad propia».

Por último, de su larga experiencia trabajando con jóvenes, cuenta que «a los jóvenes siempre les digo que tienen que hablar de la Iglesia que ellos han conocido».

¿Qué pretendéis con las Jornadas?

Estas Jornadas son la culminación de una serie de jornadas previas, en las que durante todo un curso académico y pastoral hemos ido desarrollando los distintos valores que estructuran la vida dominicana. Empezamos con la comunidad, luego fuimos a la oración, luego el estudio, y la última fue la predicación. Y ahora, la jornada «Conócenos más» es como la síntesis de todos esos pilares que dan cuerpo a lo que es nuestra espiritualidad y nuestro estilo de vida.

¿La pastoral vocacional está sólo orientada a la vocación sacerdotal de padre dominico, o contempla todas las distintas vocaciones de un cristiano, concretamente dentro de la familia dominicana?

Correcto, incluye todas las vocaciones. Es una puerta abierta a la vida dominicana, que, como cualquier estilo de vida religiosa, intenta el seguimiento de Jesús, según el matiz y el carisma que el fundador le ha dado. La nuestra se estructura a partir de una serie de elementos que son la base de la vida: la vida en comunidad, el estudio, la oración, y la predicación, que es la función de todos los valores anteriores. La predicación como anuncio de la Buena Nueva de Jesús.

Cuando nosotros hablamos de familia dominicana, hablamos de sus distintas ramas: las religiosas de clausura, las hermanas de vida activa, los laicos, los seglares, y por supuesto los frailes dominicos.

¿Es distinta la pastoral con cada uno de estos grupos?

El trabajo pastoral que hacemos en la familia dominicana es precisamente el trabajo conjunto de todas esas ramas. No sé si otras familias religiosas lo hacen así.
Cuando diseñamos la campaña «Conócenos más» (como las anteriores «Atrévete a pensar» o «Camino interior») fue porque nació de la reflexión de todas estas ramas. Por tanto, a veces nos encontramos con la dificultad de que poner de acuerdo a tantas visiones cuesta. Pero de igual forma, cuando se da un paso en familia, ese paso tiene una fuerza, una vitalidad y una legitimidad a la hora de trabajar mucho mayor que si naciera solamente de un equipo de frailes, por ejemplo.

Sin embargo, a las congregaciones religiosas que estáis apostando por este modelo de familia, de integración de otras realidades, a veces se os critica por «pervertir el carisma fundacional»

Yo pienso que siempre hay que buscar el justo equilibrio. Saber que la espiritualidad laical es distinta, pero que los laicos no son un fraile o una religiosa a medio hacer, sino que tienen su espiritualidad propia y un ámbito propio desde el cual vivir su experiencia cristiana. Hacer de un laico fraile es malo, pero es igual de malo también hacer de un fraile laico. ¿Cómo se consigue el equilibrio? La palabra es comunión. Comunión entre los distintos carismas, entre las distintas formas de vivir la espiritualidad, pero todos unidos y unificados por el mismo horizonte que nos dejó el fundador, que en este caso es Santo Domingo, y vale para todos: laicos, hermanas y religiosos.

Llevas muchos años trabajando con jóvenes. ¿Cómo ves el panorama actual de la juventud en España?

Yo siempre he estado ligado a la educación, porque los derroteros de la vida religiosa me han llevado ahí. De un tiempo a esta parte he visto un cambio en los jóvenes a la hora de la receptividad. Son mucho más receptivos ahora que hace unos años. Hace unos años realmente tenías que gastar todo tu impulso, todas tus fuerzas y toda tu creatividad en intentar atraerlos.

¿Y a qué crees que puede deberse este cambio?

Yo creo que los seres humanos vamos por ciclos, como dice la teoría del péndulo. Y también creo que frente a una sociedad que deshumaniza, frente a la crisis de valores y la crisis en general, la gente busca fundamentos absolutos en los que sostener su diario caminar. Esto puede resultar un caldo de cultivo para que la gente descubra en la religión los valores que busca. Se percibe, de hecho, un lento retorno.

¿Hay un cambio de tendencia?

Sí, la gente está volviendo. Cuando la gente elige nuestras presencias educativas, cuando se acerca a nuestras iglesias, cuando va al confesionario… es porque quieren escuchar que les hablas de Dios.

¿Y es fácil hablar de Dios hoy en día, ante esa especie de indiferencia generalizada, que hace pensar que no es que les moleste, pero que la gente prefiere no saber? En la mayoría de las casas ya no se enseña a rezar, y hay un desconocimiento creciente de los pilares de la religión. ¿Esto hace más complicada la predicación?

Existen contextos diversos. Hay momento en los que la pastoral juvenil vocacional sólo llega a un punto, que es intentar convocar, y derribar prejuicios (que pueden ser heredados de los padres a los hijos o de las mismas familias). Después, cuando la gente quiere recibir evangelización, comienza otro proceso: catequesis de comunión y confirmación, etc., y luego los grupos que empiezan después de haber recibido los sacramentos.

No todos los procesos cuadran y no todos son igual de fértiles, porque a lo mejor te has quedado sólo en el nivel de convocar y de tenerles un poco motivados. Falta el proceso de formación y de experiencia, para que después de recibir los sacramentos la vida cristiana siga caminando.

¿Cómo crees que ven los jóvenes a la Iglesia?

A mí siempre me toca decir la misa de final de curso de secundaria y bachillerato en los colegios donde colaboro o donde faltan sacerdotes, y siempre les digo: «Vosotros tenéis que hablar de la Iglesia que habéis conocido». Es decir: la hermana que te estaba esperando en la portería porque llegabas tarde, la persona que te escuchó cuando tuviste un problema, el catequista que estuvo contigo en el campamento y al que no dejaste dormir esa noche, o el religioso que te acompañó cuando hiciste el camino de Santiago. Eso es lo que les queda a ellos, y lo que les marca. Ésa es la Iglesia en la que les digo que tienen que creer: una Iglesia que les acompaña, que sirve, que está cerca de los más necesitados.

En todos los colegios donde yo he estado existe lo que se llama la Semana de la Solidaridad. Por eso siempre sigo también en la homilía final que eso no es un elemento que se añade como si fuera la guinda de la tarta, sino que es el valor fundamental de nuestra espiritualidad cristiana dominicana. Por tanto, a los jóvenes les digo que esa Iglesia es la que tienen que defender y por la que tienen que dar la cara, porque es la Iglesia de Jesucristo, que no está para ser servida, sino para servir.

¿Tienen futuro las congregaciones religiosas tal como las hemos entendido siempre, o el cambio de modelo de sociedad también puede implicar que esos estilos de vida definidos durante muchos siglos también se modifiquen?

Los carismas no viven en el aire, sino que tienen su concreción histórica y su momento cultural. Un carisma fundacional creo que roza a Dios, y por tanto eso será así hasta el fin de los tiempos. En el caso de los dominicos, siempre predicaremos y comunicaremos la buena nueva de Jesús. Ahora bien, lo que es distinto es cómo se concreta eso.

Lo que creo que no tiene futuro son ciertas estructuras o súper plataformas que hemos heredado, o el pensamiento de que los religiosos vamos a poder estar en todas las instancias (ser directores, decanos, pastores…). Eso no es así. Creemos en la misión compartida.

¿Misión compartida por necesidad o por convencimiento?

Bueno, la vida es muy sabia, y lo que no se hace por convencimiento tarde o temprano tienes que hacerlo por necesidad. Y la virtud yo creo que está simplemente en hacerlo, ya sea por convencimiento o por necesidad; y una vez que lo hagas, apostar por ello, creértelo. En nuestro caso, hemos visto la comunión no sólo como una solución porque el número de vocaciones decrece, sino también como el camino. Porque nos hemos dado cuenta de que no tiene sentido mantener estructuras inútiles, y que hay áreas con cierta autonomía para las que existe gente totalmente preparada para poder llevarlas a cabo.

¿Cuándo serán las jornadas, a quién se dirigen y qué programa van a seguir?

Serán el 7 y el 8 de septiembre en Madrid, y se dirigen a todos. Hace años que el equipo comprendió que hay ciertas actividades que no tiene mayor sentido dejarlas en exclusividad para la familia dominicana. Porque la temática de la que vamos a hablar en estas jornadas es aplicable a cualquier familia religiosa, o a cualquier instituto que quiera hacer una integración real entre los juvenil y lo vocacional. Por lo tanto, la destinataria es la Iglesia Católica: religiosos, religiosas, profesores de Religión, evangelizadores, catequistas, gente que trabaja en el mundo de la juventud y en el mundo de la comunicación.

Detrás de estas jornadas hay un tema vocacional fuerte, que es dar a conocer de una forma nueva lo que es nuestro carisma de siempre, adaptado al siglo XXI. Pero también existe la preocupación de cómo se integra lo juvenil con lo vocacional.

¿Tienen nuestros planteamientos pastorales en un momento determinado que desembocar en propuestas vocacionales? Sí, pero entendiendo vocacional, como decíamos antes, en sentido amplio: vocación por la vida consagrada, vocación por el matrimonio… por la vida cristiana en general. La vocación consiste en que yo me siento llamado por un proyecto.

La pregunta es si llegamos a eso, o si nuestras pastorales juveniles se quedan en entretenimiento. El tema es cómo articular una pastoral que sea juvenil, pero que tiene que tener ciertos elementos que no pueden faltar, y a la vez algún gancho para que los jóvenes asistan. Son procesos en los que no nos podemos parar, tenemos que seguir caminando. La temática de importancia es ésta.

Las jornadas las empezaremos con dos teólogas dominicas (Carmen Román y Mari L. Martínez), que hablarán sobre las vocaciones y las Sagradas Escrituras. Ellas nos contarán cómo son las vocaciones bíblicas, porque si la Palabra de Dios es realmente la palabra de Dios, ese prototipo seguro que se repetirá a lo largo de la historia. Se repetirá en tu vocación y en la mía.

Después, seguiremos con el tema de la gestión de las pastorales juveniles, para ver cómo se puede coordinar una pastoral que debe iniciar en un proceso evolutivo a nivel infantil. Para eso contaremos con un claretiano.

Las jornadas también quieren ser un punto de inflexión en lo que es nuestra pastoral como familia dominicana, por el acento que suponen sobre lo vocacional.

Lo vocacional normalmente se suponía, y es ahora cuando nos estamos dando cuenta de que es un tema que involucra a toda la comunidad cristiana, que no tiene sacerdotes para celebrar su eucaristía. Es decir, que las vocaciones no son problema de una o dos personas, ni de un equipo que busca las vocaciones como quien busca meteoritos.

Entonces, seguiremos una experiencia de familia dominicana aplicable a cualquier familia religiosa, y después tendremos una ponencia sobre marketing cristiano. A veces parece que la palabra marketing está solamente asociada a las grandes casas comerciales, pero a las jornadas vendrá un experto en comunicación a mostrarnos grandes campañas exitosas en el mundo de la publicidad, y a compararlas con la imagen de nosotros mismo que presentamos a veces.

Veremos cómo cuando ese primer contacto que el joven tiene con nosotros no está claro el mensaje o no incide en el punto que queremos, tenemos muy pocas posibilidades de que el joven se sienta atraído.

¿La forma de presentar el proyecto es cada vez más importante? ¿Es cierto lo que se suele decir de que tenemos el mejor mensaje, pero no sabemos cómo venderlo?

Eso es. Tenemos que saber vender el mejor producto de la historia.
Por último, acabaremos las jornadas con talleres y con ejemplos prácticos que impartirá un laico cristiano. Al día siguiente tendremos una intervención muy interesante: la del responsable de pastoral juvenil de los jesuitas, que nos va a contar cómo se ha hecho la unificación de sus provincias, cómo trabajan ellos en pastoral juvenil vocacional, y qué puede ser aplicable a otras instancias religiosas.

La Compañía se destaca por ser una congregación que sabe gestionar muy bien sus procesos.
Luego acabaremos con la religiosa carmelita Lola Arrieta, que nos hablará del acompañamiento, que no es lo mismo que la comunicación.
Esperamos que estas jornadas sean un revulsivo en nuestra forma de hacer el trabajo.

¿Qué tiene que hacer quien quiera acudir a las jornadas?

En www.jovenesop.org está el formulario de inscripción. Las jornadas son completamente abiertas y nos sentiríamos muy felices de que pudiera haber un diálogo entre distintas perspectivas.

Algunos titulares:
-Los laicos no son un fraile o una religiosa a medio hacer, sino que tienen su espiritualidad propia
-Se percibe un lento retorno de la gente hacia la religión
-Hay momentos en los que la pastoral juvenil vocacional sólo puede intentar convocar, y derribar prejuicios que a veces se heredan de padres a hijos
-A los jóvenes siempre les digo: «Vosotros tenéis que hablar de la Iglesia que habéis conocido»
-La vida es muy sabia, y lo que no se hace por convencimiento tarde o temprano tienes que hacerlo por necesidad
-Los dominicos hemos optado por la misión compartida no sólo porque el número de vocaciones decrece, sino también porque nos hemos dado cuenta de que no tiene sentido mantener estructuras heredadas
-Los dominicos entendemos lo vocacional en sentido amplio: vocación por la vida consagrada, vocación por el matrimonio… por la vida cristiana en general
-La falta de vocaciones no es problema sólo de un equipo que busca las vocaciones como quien busca meteoritos, sino que involucra a toda la comunidad cristiana, que no tiene sacerdotes para celebrar su eucaristía
-Tenemos que saber vender el mejor producto de la historia

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