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Carta del Maestro: «El laicado dominicano y la predicación»

bruno(CIDALC) Dentro del marco de la novena de preparación para el Jubileo Dominicano, fue publicada la carta del Maestro de la Orden: “El laicado dominicano y la predicación”.

En la carta Fray Bruno subraya lo determinante del compromiso laical para la misión de predicación de la Orden. “En esta época de llamada a renovar la evangelización, me parece que la Orden de los Predicadores está especialmente invitada a integrar en la dinámica de su misión una atención prioritaria a la promoción de la vocación laical de llevar el Evangelio al mundo. Sería una hermosa manera de servir hoy a la Iglesia”, expresa.

El Maestro de la Orden subraya, asimismo, que “en el seno de la Orden, los laicos dominicos tienen la tarea de recordar a los otros miembros esta primera evidencia: los laicos en la Iglesia no son, ante todo, destinatarios de la predicación, de la evangelización y de la pastoral, sino que son personas llamadas a ser los actores de las mismas”.

“Me parece que los laicos dominicos pueden permitir que la predicación de la Orden alcance más plenamente su finalidad por el hecho mismo de la realidad de la vida laica, y esto de varias maneras. Al igual que con los frailes y las hermanas de la Orden, la predicación de los laicos dominicos se arraiga de modo concreto en la experiencia de la vida. Es por eso que la riqueza de su contribución específica a la predicación de la Orden viene de su experiencia de vida familiar y profesional, su experiencia de paternidad, su experiencia de vida de Iglesia, la experiencia de ser joven en las sociedades contemporáneas, la experiencia singular del bautizado que debe dar cuenta de su fe en medio de una familia o de un grupo de amigos a los cuales está cotidianamente y afectivamente ligado pero que sin embargo no comparten la misma fe y a menudo, no manifiestan ningún deseo de compartirla…”, destaca Fr. Bruno.

Refiriéndose a los desafíos de la predicación del laicado en los tiempos actuales, el Maestro de la Orden reconoce que los laicos “viven de un modo particular la dificultad del testimonio de la fe: en muchos de los lugares del mundo contemporáneo, la situación habitual de un laico lo confronta a la indiferencia, al escepticismo y a la incredulidad, de un modo bien diferente al de los religiosos, y esto debe enriquecer la predicación del conjunto de la Orden”. “Asimismo, a través de las actividades de su vida profesional, familiar o militante, un laico experimenta cómo las exigencias cristianas de fraternidad y de verdad según las cuales él busca contribuir a la transformación del mundo son una predicación esencial propia de su estado, que se conjuga con la predicación del conjunto de la ‘familia de los predicadores’”, acota.

Texto completo de la carta en
http://www.op.org/sites/www.op.org/files/public/documents/fichier/cadore-jubilee2014-es.pdf

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