“Nuestra forma de vida provoca la asfixia de los pueblos indígenas y también nos ahoga a nosotros”. Con estas palabras, fr. Francisco Faragó, Director de Selvas Amazónicas, expuso la motivación que ha llevado a esta institución a preparar un informe que estudia las repercusiones que la explotación de recursos naturales en el sur de la Amazonía de Perú, tiene en la vida de los indígenas.
El informe tiene como finalidad “elaborar un detallado análisis de las actividades extractivas de la madera, oro y gas en el suroriente peruano; identificar los impactos socioculturales, económicos y ambientales; y, finalmente, identificar la respuesta dada por los Misioneros Dominicos frente a la incidencia de estas actividades”, como recordó fr José Antonio Lobo, director de Acción Verapaz, encargado de presentar el estudio.
La extracción de recursos naturales es un proceso habitual en esa zona desde hace siglos, por eso el informe comienza con algunos apuntes históricos de los que se aprende que esta explotación, a la larga, aporta pocos beneficios a la población local, provocando desigualdades y un grave deterioro del entorno natural que es su fuente de vida.
Actualmente la extracción de la madera, el oro y el gas está teniendo un fuerte impacto a nivel sociocultural, provocando restricciones de libertad de acción, pensamiento y movilidad del indígena amazónico, dificultades de relación entre trabajadores inmigrantes y comunidades nativas, un aumento de desigualdades sociales, está creando unas relaciones sociales basadas en paternalismo y servidumbre, trata de personas, conflictos entre Estado e indígenas…
En el ámbito económico, la extracción dinamiza el crecimiento económico de los mercados locales, incrementa el comercio y servicios de transporte, concede mayores oportunidades laborales… Todo ello provoca una sensación generalizada de prosperidad que es artificial porque no mejora la calidad de vida de la población. Al contrario: actualmente la desnutrición de la población es mayor que antes del boom de la extracción de madera, oro y gas. Los trabajos muchas veces son precarios, con unas relaciones laborales basadas en la servidumbre y privación de libertad, la riqueza se concentra en las élites sociales provocando graves desigualdades, aparecen actividades económicas ilícitas (narcotráfico, trata de personas), aumenta el número de robos y fraudes, etc…
La explotación de los recursos provoca graves impactos medioambientales, algunos irreversibles como la deforestación por la tala ilegal, el cambio de comportamiento de biomas amazónicos, cambio de uso del suelo amazónico, cambio del curso de los ríos y su contaminación por derrames y fugas que se ocultan, pérdida de biodiversidad, escasez de recursos alimenticios de caza y pesca para indígenas…
El problema es grave, como dejó claro el Cardenal Turkson hace un par de semanas en la presentación, en el Vaticano, de La Red Eclesial Pan Amazónica. El presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz denunciaba las graves consecuencias que la deforestación estaba provocando en la Amazonía, y pedía proteger la Amazonía del saqueo y de la actividad de empresas mineras, petroleras y de gas.
Los misioneros dominicos, sin negarse al desarrollo, han reaccionado siempre frente a los daños que la extracción de recursos provoca en el medioambiente y en las poblaciones indígenas. Desde que se hicieron presentes en esa zona de Perú, hace cien años, trabajan por la libertad y dignidad de los pueblos indígenas, poniéndose a su lado, levantando la voz frente a abusos de las empresas extractivas que sacan madera, oro y gas de la selva amazónica, preocupándose de las víctimas que a veces rozan la esclavitud, aconsejando a la población para que no sean engañados, denunciando la trata de personas…
Selvas Amazónicas, además de sostener económicamente las obras de misión y solidaridad de los dominicos en Perú y otras zonas del mundo, tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad española a través de campañas como #Asfixia que ofrece recursos formativos y educativos que nos demuestran que no debemos vivir con más de lo que necesitamos. “Estamos interconectados y debemos vivir de forma responsable aquí para evitar la explotación allí. Es la mejor manera de ayudar a las misiones”, afirmaba Alexia Gordillo, responsable del área de sensibilización de Selvas Amazónicas.
El informe, encargado por Selvas Amazónicas-Misioneros Dominicos y el Centro Cultural Pío Aza, está hecho por dos profesionales: Donaldo Humberto Pinedo Macedo (antropólogo) y Marko Alejandro Calsina Holgado (economista) a través de información cuantitativa (estadísticas) y cualitativa (entrevistas a misioneros, responsables de empresas extractivas, políticos, trabajadores, líderes indígenas, etc). Se presentó el martes 17 de marzo, en el Salón de Actos del Colegio Virgen de Atocha.
Fuente: selvasamazonicas.org