Los invito a inclinarse para escuchar los gemidos de la tierra que se unen a los gemidos los abandonados en un territorio concreto, Santiago del Estero, lugar teológico donde Dios Padre-Madre nos habla. Escuchemos el testimonio de uno de sus protagonistas.
Entrevistador: “¿Dónde viven y cómo es el lugar?
Américo: “Vivimos en La Pajosa, departamento de Jiménez, Santiago del Estero, Argentina. Es un pueblo rodeado de fincas. Viven aproximadamente 200 familias. Se dedican a la actividad rural, siembra de hortalizas, zapallo, cría de animales: pollos, gallinas, conejos, cerdos, venta de su producción en la feria. Toda actividad rural. Esas son las actividades esenciales.
E: “¿Cuál es el hecho que denuncian, cómo y cuándo sucedió?”
Américo: “Denunciamos que, el 12 de setiembre del corriente año, se produjeron las fumigaciones y después se volvieron a producir otras fumigaciones el 7 de octubre, nos fumigaron con avión.
Denunciamos que el veneno pasa para las casas. Se ve afectada la producción de verdura, de cría de animales. Se mueren los animales. En la gente produce irritación, dolor de estómago, dolor de cabeza.
Denunciamos que ninguna autoridad toma cartas en el asunto.
Denunciamos que las fumigaciones se hacen para el lado de la población y las personas se enferman, los animales se mueren, las producciones se ven afectadas tanto como el agua, el monte, las verduras.

Denunciamos porque queremos un ambiente sano, agua sin contaminar, sembrar y poder usar lo que producimos naturalmente para consumir o comercializar.
Queremos una vida digna.
E: “¿Es la primera vez que sucede?”
Américo: “Nos vemos afectados desde el año 2000 hasta el día de hoy. Ellos siembran trigo, soja, maíz. Ellos producen y todo el tiempo fumigan. Fumigan durante todo el año, en diversas épocas para prevenir las enfermedades que puedan afectar a la soja transgénica producidas por gusano, oruga, picudo. Pasa la fumigación. Pasan sobre la casa y tiran sustancias tóxicas.
E: “ ¿Hay otros hechos como ese que los preocupan ? ¿Por qué? ”
Américo: “Nos preocupa que la policía no nos quiere recibir la denuncia. No nos quieren escuchar. Nosotros perdemos las cosechas y nunca más las recuperamos. No nos devuelven, no nos pagan.
Además, luchamos contra el desmonte.
No podemos producir lo que nosotros queramos. Nos quieren reducir a la soja transgénica y al trigo. Nos quieren quitar los campos. Quieren acorralarnos y arrendarnos los pocos campos que nos quedan.
E: “¿Hay una organización de vecinos o cada uno se las arregla solo?”
Yo, Ramón Américo Escobar, me vengo arreglando solo porque hay mucha gente que teme denunciar a los finqueros grandes.
De las organizaciones los únicos que me apoyan son el MOCASE y el párroco.
Los otros vecinos están en el anonimato. Son unos 5 vecinos los que están en esta situación. Yo lucho por ellos y por el pueblo. Ellos temen a las represalias.
E: ¿Qué respuesta han recibido de las autoridades?
Américo: “Las autoridades deberían estar con nosotros, los vecinos damnificados. No nos escuchan. Las autoridades deberían ayudarnos a sobrellevar esta situación.”
E: “¿Cómo se han visto particularmente afectados en este tiempo de aislamiento por el COVID 19?
Américo: “Me dedicaba a hacer feria en la banda del río Salí, Tucumán a 50 km de acá, se cerró el puesto fronterizo, no podemos pasar.
Pero la actividad de los sojeros siguió. Durante toda esta pandemia ellos siguieron produciendo, fumigando y sacando la soja y el trigo transgénico.
En el tema salud también nos hemos visto afectados. Normalmente vamos al médico en Tucumán. Ahora no podemos ir a Tucumán y tenemos que ir a Termas de Río Hondo. No tenemos transporte hacia Termas de Río Hondo. Un taxi nos sale 2500 pesos y pueden ir dos personas de la misma familia.”
En el relato de Américo vemos como la comunidad de La Pajosa sufre, desde hace más de 20 años, las consecuencias del avance de los agro negocios y los monocultivos que arrasan con todo lo que encuentra en su camino: usurpación de la tierra, desmonte, migración o extinción de animales, desalojos y migraciones de las familias, amenaza a la vida y la salud de campesinos y campesinas y de su soberanía alimentaria.
Las Hnas. Dominicas de Sta. Catalina de Siena, a partir del año 2019, nos hemos integrado a la Asociación Civil de Ecología Integral Laudato Sí como un medio para hacer concreto nuestro compromiso con la justicia, la paz y la integridad de la Creación.
Dicha asociación está integrada por un grupo de personas de Santiago del Estero y Chaco, que al haber escuchado el llamado del Papa Francisco en su Encíclica «Laudato Si» y sensibilizada por los pueblos originarios que convocan al «Buen Vivir», asumen los principios, valores y desafíos “sobre el cuidado de la casa común”.
La Asociación Civil de Ecología Integral Laudato Sí y las parroquias de Jiménez, Pellegrini y Choya han encarado un proyecto pastoral que pretende acompañar el proceso de fortalecimiento de las comunidades campesinas de la región que padecen las fumigaciones, quienes son los principales protagonistas de este proyecto; concebido como “Largos procesos de regeneración” a partir de la mística de la compasión y el cuidado.
Trabaja, desde una organización ágil y participativa, haciendo denuncias de acciones de degradación de la naturaleza; y anuncios en defensa de la ecología integral, asumiendo el compromiso del «cuidado de nuestra casa común», centrado en el cuidado de las personas más débiles y de la tierra; estudiando los problemas ambientales más urgentes en las comunidades; ofreciendo soluciones prácticas, apropiadas y apropiables; y acompañando la ejecución de respuestas concretas.
Sobre el tema de las fumigaciones se han hecho denuncias dirigidas al gobernador de la provincia de Santiago del Estero y al ministro de medio ambiente de la Nación.
Desde la Asociación Laudato Sí, las hermanas acompañamos a los sacerdotes que trabajan pastoralmente en las zonas fumigadas, reflexionamos sobre esta problemáticas, participamos en la elaboración cartillas de formación y organización de las comunidades campesinas desde la perspectiva de una conversión ecológica integral.
Hna. Sandra Saraceno.
21 de octubre de 2020.