Marina Gerez es madre, trabajadora, terminó los estudios medios siendo adulta y ahora está a punto de recibirse de Licenciada en Trabajo Social. En esta nota nos cuenta cómo, con esfuerzo y el acompañamiento del grupo Juntos Abriendo Caminos (JAC), promovido por las Hnas. Dominicas de Ntra Sra. del Rosario y Sta. Catalina de Siena, pudo salir adelante. JAC es un espacio de apoyo para estudiantes de nivel terciario y universitario que funciona en Moreno, (Buenos Aires, Argentina) y está destinado especialmente a apuntalar la trayectoria educativa de quienes aspiran a ser profesionales de primera generación en sus familias. Este año tendrá sus primeros siete egresados.
«Un pedacito de mi Historia: Mis días en Juntos Abriendo Caminos (JAC) y el camino recorrido en la Universidad Nacional de Moreno 2020
Mi nombre es Marina Soledad Gerez soy del Barrio San José Moreno, de la Provincia de Buenos Aires. Estudiante de la Carrera Licenciatura en Trabajo Social en la Universidad Nacional de Moreno.
¿Cómo me siento? Súper bien, no me alcanzan las palabras para describir lo que siento porque no es el hecho de terminar la carrera sino lo que significó en mi vida terminar, llegar al objetivo: todo lo que tuve que pasar para estar acá es muy muy fuerte, la verdad no lo puedo creer estar en esta instancia a poquitos días de terminar la carrera.
Me acuerdo que en el 2012 retomé los estudios secundarios en el Bachillerato Popular Esperanzas de Cambios, tal como su nombre lo indica eso fue para mí, cambios muy profundos y lindos, tengo muchos recuerdos de esos dos años, compartimos saberes , aprendizajes, valores, a valorar lo que uno puede aportar al otro, a escuchar, a ser solidarios, valorar la presencia del otro y saber que, con muy poco hacíamos mucho ( en el sentido que nadie sabía más nadie todos aportábamos algún conocimiento, y así en cuanto a los profes que eran voluntarios, a la economía para financiar el espacio, a la limpieza del lugar, etc) compartimos muchas experiencias y momentos agradables.
Cuando estaba en el último año, hicimos test vocacional que me orientaba más a la parte social, también fuimos a la Universidad Nacional de Moreno a conocer y ver las carreras que había, me acuerdo que volvimos fascinados, por lo menos yo súper entusiasmada, no pensé que después de terminar el secundario iba a seguir estudiando noo ni lo había soñado. Ya quedaban pocos días de clases, y uno de esos días fue una Trabajadora Social hija de una de las Profes que nos acompañaban en el Bachi, me acuerdo que me encantó la charla, las cosas que hacían, en ese momento yo pensaba, yo quiero hacer eso sí, Trabajo Social y me dije, por qué no? ¿Si pude terminar el secundario a esta altura, con familia, hijos, miles de cosas tengo que poder!! y pude, lo superé!!
Y así fue, pregunté todo lo que necesitaba para anotarme y fui y me inscribí.
Empecé en el 2014 en el COPRUN es como un examen de ingreso y dije si paso esta prueba, ya está!!
Fueron momentos únicos los primeros días en la uni, mi querida universidad, yo ni me había imaginado en seguir estudiando, para mí era terminar el secundario y listo, ya con eso estaba feliz…. Pero después empecé la carrera y fue un año tras otro, tuve obstáculos, creo que como todos pero los fui superando, también recursé materias, tuve finales aprobados, desaprobados, pero seguí intentando, nunca bajé los brazos en cuanto a la uni, sabía que era algo para mí, y que tarde o temprano iba a tener mi recompensa, era algo personal, también estaban en juego mi familia en el sentido que yo, los dejaba horas de lado por decirlo de alguna manera al estar estudiando ahora de grande, después también tuve que salir a trabajar, porque estuve un tiempo separada, después volvimos a estar juntos, pero seguí trabajando hasta hace un año que estoy sin trabajar y me dedico solo a estudiar y a estar en casa, tengo cuatro hermosos hijos, los cuales resalto y destaco lo mucho que ellos me apoyan, ese apoyo incondicional de ellos y mi marido que están siempre conmigo bancándome en las buenas y en las malas, esas son las fuerzas que impulsan mis ganas de seguir y luchar por lo que uno quiere, poniendo todo, amor, sacrificio, sacando los miedos que algunos quedan pero que van saliendo de apoco y haciéndoles frente con toda fortaleza y poniendo el cuerpo y el corazón.
¿Qué significa mi pertenencia en JAC? JAC es esas palabras literalmente, es Juntos Abriendo Caminos, es muchísimo lo que significa JAC para mí, y lo que fue pasando en estos años, porque antes es como que sentía que me debía a JAC que no les podía fallar, pero fui comprendiendo que este camino era mutuo junto a otros, que estaban caminando junto a mí, a mi lado, por los mismos objetivos o por el acompañarnos a transitar este camino lo mejor posible, todas las actividades, talleres, muchos momentos compartidos que son inolvidables e insustituibles, porque el amor, la comprensión la solidaridad el abrazo que nos dan en JAC es mágico, son todos ellos, los compañeros en tu misma situación más o menos, que le pasan cosas, que tienen miedos e incertidumbres como uno, que entre nosotros sabemos escuchar, aceptar, reparar, respetar sus silencios, cuidar, contener, comprender, resolver conflictos, ser un poco cómplice de situaciones que nos atraviesan en lo más profundo, sabe secar nuestras lágrimas, a veces de alegría y a veces de dolor, también tiene un corazón enorme para que estemos todos dentro de él, y sobre todo JAC sabe abrazar.
JAC siempre estuvo para mí, en todos los momentos que los necesité, para escucharme, si alguna vez que fueron varias, para escucharme si me sentía mal, ese apoyo emocional que me faltaba.
Noemí (Hna. Noemí Zambrano) estaba ahí, a mi lado. Todas fueron muy buenas, atentas, amorosas conmigo pero siempre Noemí es la que estuvo siempre para mí, y es más, es por su aliento, su fuerza que hizo impulsar mis ganas de seguir estudiando.
Hubo una vez al comienzo de la carrera que titubee en dejar de estudiar no por mí, sino por el resto, familiares que no entendían algunas cosas, pero luego de varios días lo fui asimilando y lo pude superar con el apoyo incondicional de mi hija en seguir adelante y Noemí por supuesto siempre conmigo. Es valioso que tu familia te acompañe, si no es todo más difícil, más que tenés que tener fuerza para afrontar ese camino que es todo nuevo y necesitás apoyo constante para no caer, que si no estás fuerte te caes porque consideras que no es algo tan importante, como para pelear, que si no estudiás poder vivir igual, pero para mí no era así, yo quería algo más… para la vida y el rol de las Hermanas fue fundamental porque en cada paso ellas estaban ahí, mirándome, guiándome, dándome la mano para orientarme, sacándome dudas, siempre preguntándonos en qué nos pueden facilitar las cosas, hasta en los mínimos detalles, ellas estaban al pie del cañón, escuchándote, para darte su abrazo infaltable.
Ahí uno ya salía fuerte, lleno de energía, salía grande de ese lugar, ya no había males, ni situaciones de aprietos o de situaciones difíciles, salía renovada con las pilas súper cargadas para seguir andando. En cuanto a lo económico también fue fundamental, para la compra de fotocopias, cargar la sube, o algún material para la cursada. Más allá de todas las cosas que fui nombrando hay cosas que no se pueden materializar, pero si sentir, las miradas, los abrazos, los gestos de complicidad, a veces no hace falta decir que uno está mal, con solo mirarlos te das cuenta y eso las hermanas te lo hacían saber, que si ese día no tenías ganas de hablar más tarde u otro día te iban a estar llamando para ver cómo estás, siempre están alertas en cuanto a como estás. Siempre están ahí para lo que necesites, por ahí es una pavada pero con el sólo hecho de que ya le contás lo que te pasa o tus miedos ya sea en la vida personal o en cuanto en lo académico ellas están… y parece que todo después es más fácil. Porque ellas son positivas, son fuertes, te brindan su apoyo, te llenan de buena onda, te llenan de luz y esperanza son especiales para que no decaigan y puedan seguir hacia delante.
Noemí es muy especial para mí, más allá que soy estudiante como muchos de mis compañeros, siento que al estar desde el comienzo de JAC es como que debo o a veces sentía presión por tener que terminar y no decepcionarla, pero también sabía que en estos estábamos juntas, juntos porque somos un grupo que venimos con objetivo por cumplir. Y saber que estoy tan cerquita de la meta, que no lo puedo creer me vienen muchos recuerdos de este camino transitado desde el comienzo en la uni de esos días en el Coprun y se me caen las lágrimas de emoción… tantas vivencias compartidas, dentro y fuera de la uni, con JAC y fuera de JAC.
Es como un mundo aparte parece, textos, clases, parciales, finales, preparar exposiciones, orales puf muchos, muchos reniegos, enojos, alegrías, llanto, diferencias con compañeras, miles de cosas, actitudes, compañerismo, amigos de la uni, anécdotas varias, el dar la mano a otros que necesitan de uno, ser mejores personas y ponerse en el lugar del otro, el uso de la computadora la tortura para mí, pero ahora avancé un poco más, no guau pero mejore, jaja.
También en el 2018, lo elegí como centro de prácticas pre-profesionales de tercer año de la materia Taller, fue una experiencia muy rica si bien yo estaba inserta en la institución tuve, o me sentí con más responsabilidad a la hora de hacer los trabajos, de estar en el grupo junto a tres compañeros más, me sentí más mirada, y por ahí con la obligación de creer que tenía que saber más, no sé, cosas mías. Lo bueno es que puede conocer más a mis compañeros, limar asperezas por algunas contradicciones que tuvimos como todo grupo, pero siempre construyendo para el bien común y lo mejor para todos y es hoy que valoro mucho a mis compañeros. Sentí que crecí, que de los errores se aprende y que mientras sea constructivo todo se puede arreglar y sobre todo con respeto. Ese mismo año viajé a Victoria, Entre Ríos a un taller sobre Educación por la Paz junto a un compañero de mi grupo de taller. Fue una experiencia muy linda, conocer otros lugares tener la posibilidad de estar en contacto con gente que abre puertas al conocimiento y lucha por los jóvenes implementando talleres para concientizar. Y otra vez las Hermanas Dominicas abriéndonos las puertas de su casa y brindándonos su atención, conocimos otras Hermanas, la pasé genial, me sentí muy mimada y consentida esos días, me quedé encantada con el trabajo que realizan.
Y por último quiero decir lo que aprendí hasta hoy, en este camino que va dejando huellas al andar…
Aprendí… que el que no arriesga no gana. Que mejor tarde que nunca, y a no quedarme con las ganas de decir lo que sienta o lo que tenga ganas de gritar para bien o para mal. Que no todos sabemos todo y que no hay nadie, que no sepa nada. Aprendí a escuchar sin entrometerme. Aprendí a pelear por lo que quiero. Aprendí que sin sacrificio no hay nada. Aprendí a respetar las decisiones ajenas. Aprendí a ser paciente. Aprendí a valorar a las personas, a no juzgar. Aprendí a valorar la presencia del otro, a ponerme en el lugar del otro. Aprendí a ser más humana y demostrar más los sentimientos, eso me falta pero estoy en proceso. Aprendí a dar, a abrazar. Aprendí a comprender situaciones que son complejas.
Aprendí muchas palabras nuevas que van a contemplar mi mundo como Trabajadora Social, empatía, ternura, intervenir, abordar, conciencia social. Cuestión social, transformación, memoria colectiva. Políticas públicas, rol del estado, metamorfosis, ética, contexto social, cultural, económico, histórico y político, derechos humanos, instituciones, alojar, abrazar y así puedo estar nombrando palabras hasta el fin pero no es ese el objeto, sino lo que quiero decir con esto: es que me espera un lugar en el que todavía no sé… pero si sé que ya estoy preparada para enfrentar lo que me espera mañana, que es para lo que me estuve preparando todos estos años hasta ahora sin, más que decir sólo quiero darles mis infinitas gracias, gracias por todo lo que me acompañaron hasta acá y por hacer de mí esto que soy ahora, por apostar en mí, y en mi fuerza, porque creo que tuve mucha fuerza para llegar hasta acá, voy a estar eternamente agradecida de corazón.
Gracias Jac por ser mi incentivo, mi fuerza, lo que hoy soy y sobre todo a creer en mí».