Como mujer, amando como Jesús, le mueve la realidad, camina con Dios y los/as otros/as y se pone en salida (Por Marcela Soto Ahumada dmsf 30.04.22).
La vida con el Resucitado nos ofrece esta oportunidad de encontrarnos por este medio…pues la pandemia nos ha alfabetizado con los medios virtuales…lindo vernos junto a esta mujer de su tiempo y de todos los tiempos. Comparto algunos rasgos que personalmente me van ayudando a vivir en camino de seguimiento en medio de una realidad tan compleja que no es tan diferente al tiempo de Catalina.
COMO MUJER… ella constata la realidad a través de Dios y con ojos de mujer
Comencemos reconociendo, con palabras de Lucía Caram “En su vida, en su doctrina y en su lenguaje, vibra un rasgo curioso de este amor: la suya es una experiencia filial femenina, respecto al Padre, esponsal respecto a Jesús, y maternal respecto a los hijos de la amada esposa, la Iglesia»[1] . Todo su ser está en relación y conectado con Dios y con el prójimo, ello es posible porque desde su ser de mujer ella incursiona en su celda interior cultivando el conocimiento de sí y de Dios, experiencia y certeza que deja por escrito en muchas de sus cartas y en el Diálogo.
Catalina, como una auténtica «mamma», como mujer sabe intuir el dolor y el sufrimiento de los hijos, y los «intereses» desinteresados del Esposo, y por unos y otros se consume, intercede, se gasta y se desgasta. No puede permanecer indiferente, pues se siente requerida y reclamada por el amor [2].
Esa celda la concentra y le abre a la realidad. Es una morada que la persona lleva consigo a donde quiera que vaya y de allí brota el santo deseo y conocimiento de sí misma, conoce a Dios y su bondad actuando en ella [3]. De ese conocimiento se gesta su santo deseo de dar a conocer el gran amor de Dios a la humanidad y de toda creatura. Entonces comprendemos esa pasión, fuerza, “virilidad”, autoridad para escribir, para alzar la voz, para atreverse a intervenir en los conflictos, para salir a ayudar…
Yo me preguntaba dónde quedó mi santo deseo, nuestro santo deseo congregacional…como dice la canción de Juan Antonio Solis “¿Dónde estará mi primavera? ”… ¿dónde quedó mi primavera? Todavía es tiempo de encontrarnos con la primavera, con el santo deseo… no nos frene la edad, la enfermedad o los números.
AMANDO COMO JESÚS… finaliza sus cartas con la invitación a permanecer en el santo y dulce amor a Dios. Jesús dulce, Jesús amor
Ella hace suya las palabras de Jesús en Juan 15, permanecer en la vid verdadera…Es el modo de vivir de Catalina y es permaneciendo en el amor y creciendo en un corazón compasivo. Es decir, ese amor no se guarda en la celda, sino lo comparte con los sufrientes.
Siempre inflamada con el fuego de la compasión hacia sus semejantes, vio, palpó a los pobres de su tiempo, voluntariamente se acerca, se desprende y comparte por el amor a Jesucristo. Invita: vengan a consolar a los pobres servidores de dios e hijos de ustedes, tengamos esperanza con afectuoso y amoroso deseo [4].
“La devoraba la urgencia de llevar a todos el amor y la misericordia de Dios”. Catalina se compadecía ante las necesidades de los pobres, su corazón era más sensible aún ante los sufrimientos de los enfermos…Como Domingo la devoraba la urgencia de la salvación de las almas, a fuerza de auscultar el corazón de Dios, supo escuchar con nitidez los gemidos de la humanidad, e identificada con Jesús paciente, supo hacer suya la causa del Reino inmolando su vida como una ofrenda grata al Padre, para que los hombres y mujeres tuvieran vida [5].
- ¿Cómo está nuestro corazón…permanecemos en su amor?
- Como mujeres fecundas ¿Nuestra vida genera vida…?
LE MUEVE LA REALIDAD…Desde la historia y realidad sufriente
Le toca vivir dos pestes…una cuando nace la peste negra y otra 27 años después, la peste de los niños en donde mueren sobrinos y también sus hermanas y hermano. Ya sabemos que las pestes o pandemias traen consigo más pobreza, más miseria…la amenaza de la guerra genera movimientos humanos, migración y refugiados…ante la crisis eclesial es síntoma de la necesidad de una reforma, un cambio significativo …
- ¿Qué nos mueve, nos urge hoy ante la realidad sufriente?
- ¿Qué tanto nos toca la realidad? ¿cómo estamos viviendo este momento?
CAMINA CON DIOS, CON OTROS Y OTRAS… un seguimiento que invita, que contagia y desafía a jóvenes, a su familia, a autoridades…
Catalina sabe de caminos, de acompañar, de dejarse acompañar por Dios, de buscar con otros/as luces, …alternativas y la verdad. Y lo hace desde ese santo deseo y es “El deseo de encender el mundo con el nombre de Jesucristo, de anunciarlo, trasmitirlo, hacerlo amar, y el apoyo de su “comunidad itinerante” a la que ella misma instruía, la llevó no sólo a abrir caminos inéditos-para la mujer de aquella época…y de la nuestra…- de predicación y protagonismo social político y eclesial; – sino que también lo hizo en el campo de la interioridad, demostrando con su vida, que la fuerza y la eficacia viene de dentro”[6].
Desde ahí brota su pasión por el Reino de justicia, de paz, de verdad, de compasión por ello no la paraliza la corrupción, la violencia política, las difamaciones que sufre…desde ahí brota su compromiso por la renovación de las estructuras de la Iglesia y la sociedad… y recuerdo a la M. Pilar…la renovación de la sociedad vendrá por la mujer.
Un camino que no hace sola, hoy diríamos un camino sinodal, como anuncia el Papa y grupos de creyentes que se van convirtiendo ante esta urgencia de reforma eclesial pero silenciado por muchos que no quieren este cambio porque significa salir de nuestros espacios protegidos y de poder.
Al hacer este camino es necesario por momentos sentarnos en la mesa de la palabra, de compartir el pan, del diálogo como lo hizo Domingo…esa mesa donde entramos todas jóvenes, no tan jóvenes, y ancianas – enfermas…venezolanas, españolas, chilenas, camerunences…¿colombianas?…blancas, morenas y negras…
Para sentarnos como Domingo, como Catalina, como el P. Cueto a la mesa exige silencio, escucha, poner el corazón en la mesa, querernos, creernos, sentirnos hermanas… un ejercicio no sólo para un Capítulo o un sínodo sino es un ejercicio experiencial cotidiano para que transforme no sólo la Iglesia o a las dominicas sino a una humanidad herida que grita, gime con dolores de parto, que llora por los muertos, clama justicia, verdad y paz…
- Durante este tiempo de camino al Capítulo realmente ¿hemos podido sentarnos a la mesa y conversar no sólo de nuestros asuntos personales, comunitarios sino ir más allá?
EN SALIDA NOS PONE EN SALIDA…entre el diálogo y el encuentro como medio para humanizar/nos en Cristo Jesús crucificado y de la dulce María.
Catalina anima a ser verdaderos trabajadores de la misericordia con el mundo, recordándonos que “Os he enviado a trabajar en el campo del mundo»[7].
Se pone en salida gracias a ese deseo ardiente desde donde es posible irradiar el Evangelio en el mundo, acompañado del testimonio convencido y creíble por el anuncio del Resucitado. Dice en una de sus cartas Atended a extirpar las maldades y miserias del mundo…sin el vínculo de la caridad no podréis cumplir con el encargo ni ejercerlo debidamente… sed solícito y no negligente en lo que debéis hacer[8].
Catalina viaja a su celda interior y sale por medio de las cartas. Pero saldrá también físicamente a Piza, Florencia, Roma, Luca…Aviñón. Sale a visitar cárceles y a enfermos. En su ardiente deseo será una mujer que no tiene miedo a los cambios por el bien de la Iglesia y de la Orden…transformadora, reformadora en nombre de Jesucristo.
Dirá Raimundo de Capua: Catalina estaba corporalmente con las criaturas, pero en espíritu jamás dejaba de permanecer con el Criador. Todo cuanto había visto y oído era un peso para ella. La fuerza de su amor le hacía largas como años las horas que pasaba entre los hombres y retornaba a su celda tan pronto como le era posible, con el fin de encontrarse allí con Aquel por quien suspiraba su corazón [9].
¿Y nosotras? Cultivamos ese santo deseo que nos pone en salida desde la compasión disponibles a levantarnos, a cuidar, a crear, a acariciar…nuestro corazón conectado con la Verdad amorosa Dios y ella nos desafía día a día… nuestros ojos se abren para ver la realidad no sólo desde la TV o google sino contemplando con el corazón esa realidad sufriente allá la guerra, acá los feminicidios y parricidios; allá los conflictos armados y acá el engaño de los políticos y dirigentes; allá las avionetas del narcotráfico y el consumo y acá el cultivo desmedido y contaminando a las instituciones como la policía, los gobiernos, …allá los abusos de poder, de conciencia y sexual y acá nosotras silenciadas, al margen…cuidando …
Catalina en sus cartas anima a salir…ágilmente a correr… corre que el tiempo es corto y el camino es largo (166) … nos enseña, pues Él es el camino, la verdad y la vida (168) …no vamos solas, con él somos peregrinos y caminantes en esta vida (110) … corred, pues, por este camino, sed, sed gustador y comedor de almas, aprendiendo de la primera y dulce verdad, del Pastor (183).
Para poder correr nos exhorta a estar despiertas. No durmamos más, sino despertemos del sueño. Abrid el ojo del entendimiento con la luz de la fe para conocer, amar y seguir esta verdad, la cual reconoceréis en la sangre del amoroso Verbo (193).
Su vida estuvo en una increíble actividad desbordante como mensajera de la paz, llegando a ser consejera de ricos y nobles, mediadora de conflictos sociales y políticos. Mediante su predicación itinerante y su correspondencia ejerció una influencia notoria en todas las capas sociales, denunciando las injusticias y la violencia y urgiendo a la reconciliación entre las ciudades y estados [10].
- ¿Y nosotras hermanas Dominicas Misioneras de la Sagrada Familia estamos en actitud de en salida y en camino sinodal? vale la pregunta cuando estamos a las puertas de un Capítulo General
- ¿Qué santo deseo nos anima hoy?
- ¿Con quién camino para ejercitar la sinodalidad en la congregación y así estar activamente presente en la Iglesia y a la sociedad?
¡Gracias!
CITAS
[1] Caram Lucía, Catalina de Siena: Encarnación femenina del Proyecto de Domingo. Roma 2003
[2] Ibid.
[3] Carta 37
[4] Carta 185
[5] Caram. Roma 2003
[6] Caram Lucía. Santa Catalina de Siena “El coraje en la Iglesia” N°2, 1997
[7] Diálogo 235. 3.f
[8] Carta 7
[9] Raimundo de Capua 30
[10] Barroso Isabel. Catalina de Siena, Crecer en el amor. Orden de Predicadores, Chile. 1996