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Segundo día del curso para formadoras y formadores

Se inicia el segundo día de formación, 27 de mayo del 2021, entre los saludos espontáneos de l@s participantes, así nos vamos convocando  frailes,  hermanas, monjas contemplativas y laic@s.

Fray Luis Galindo inició la bienvenida haciendo memoria del día anterior. Y refirió que son muchas las expectativas, la mayoría esperar salir esperanzando, y los trabajos en grupo han permitido fortalecer los lazos de fraternidad.

Tiempo de pandemia, tiempo donde Dios nos ha hablado al corazón.

En la oración animada desde el Monasterio de Nicaragua, la hermana nos ilumina con el pasaje bíblico de Oseas. Donde el desierto se puede ver como ese espacio de soledad, de búsqueda, un lugar para vivir y encontrarnos con el Señor. Y comprender que en este proceso también se experimenta la incomprensión que permite cuestionar los procesos. Pero, todo Dominico necesita aprender a escuchar, meditar, en ese desierto que nos permitirá tomar decisiones para luego llevar la llama de la esperanza.

Nuevamente está con nosotros Fray Rafael en este paso del juzgar en la cual  comparte el tema: Cuidado del Formador/a, ¿quién cuida al que cuida? Los Valores de la vida dominicana desafiados por la pandemia, planteando y cuestionando nuestro modelo formativo, no es solo una crisis externa por la pandemia sino interna, de ahí la importancia de conocerse como parte de un proceso de iluminación.  Señala que la pandemia del Covid 19  ha alterado el estilo de vida de l@s formand@s. Incluso se habla de una generación de formand@s, denominado la “generación de la pandemia”, privados de las relaciones básicas: los abrazos, la ausencia de clases presenciales y la falta de contacto con la  familia. Aunque suplida por la tecnología pero que no tiene la misma calidez humana.

Así mismo, hace hincapié en que los formador@s se han encontrado con realidades desafiantes: desapego familiar, la soledad, situaciones afectivas de dependencia, irritabilidad permanente, agresividad, ha destapado heridas, manejo de impulsos sexuales, con el tiempo se verá las secuelas y en este proceso:

Y en esta línea indicó algunas estrategias para formand@s y formador@s.  Pues, el proceso de acompañamiento no se trata de señalar las faltas, sino implica ayudar a conocerse, a integrar lo real, las distintas dimensiones de su persona. Es decir, un proceso donde vaya integrando su yo: afectivo, espiritual, volitivo y moral.

Desde  l@s FORMAND@S

¿Qué requiere un discipulado?

-El protagonismo activo de la formanda / formando que es el responsable de su vida y formación y dura toda la vida.

-Se hace en comunidad: Ecosistema que permite experimentar la vida dominicana.

-Maestro: Que ayuda al formando / formanda en su respuesta a Dios, a que se haga responsable, asuma un protagonismo activo.

Acompañar un proceso de integración humana y espiritual

-Autoconocimiento: trabajar la imagen real de uno mismo para conocer la causa de sus problemas a partir de un proceso interior, pero no para moralizar.

-Autenticidad: Al ejemplo de Pedro, actitud interior de animarse ser uno mismo, y la inautenticidad vicia el proceso de formación.

-Purificar el idealismo: El ideal siempre hace sentir en falta, que genera angustia, culpa. Y se tiene que ofrecer valores fundamentales, los valores del evangelio. El fraile o la hermana se hace en la medida que personaliza estos valores.

-Sentimiento de pertenencia a la comunidad:  Sentirse parte de la comunidad

-Configurarse con Cristo: El formador o la formadora  ayuda recentrar constantemente en Cristo al formando, el modelo a seguir es Cristo y Domingo, es un proceso de discipulado en clave Dominicano.

Desde la FORMADORA/ el FORMADOR

Este servicio de formador puede “quemar” dependiendo de las características personales, nos recordó que es importante “estar bien”, pues el acompañamiento es desde lo que uno es y hay que integrar las necesidades y estados de ánimo sin moralizar.

¿Cómo asumo el rol de formador /formadora?

Todos en el fondo somos como nuestros padres o madres. Por ello, se necesita hacer un proceso de autoconocimiento, pues transmitimos lo que nos enseñaron nuestros padres y en muchos casos tenemos heridas que requieren sanar.

Claves de resiliencia

-Autoimagen positiva

-Reconciliación con la vulnerabilidad

-Reconocer y manejar el estrés

Posteriormente Fr. Luis Javier Rubio invita al trabajo en grupo, desarrollando las siguientes preguntas: ¿Qué situaciones te generan estrés y qué te está ayudando para manejar? ¿Qué valores fundamentales de la vida dominicana ves que han entrado en crisis en l@s formand@s y cómo los estás acompañando?

Algunos grupos compartieron sus impresiones acerca de lo que ha generado estrés como por ejemplo la inactividad, las deserciones, el no tener herramientas de acompañamiento, la inestabilidad emocional, el cambio de pastoral, el miedo a la muerte, las frágiles relaciones humanas. Y se ha buscado solución a través del dialogo, la música, el contacto con la naturaleza y otras herramientas. En cuanto a los valores dominicanos que ha sido afectado se destacan: la vida comunitaria, la predicación, la paciencia, la comunicación, la obediencia, la oración y también el estudio.

Fr. Rafael concluye su intervención indicando que seguimos en crisis que generan crisis a los formador@s, a comunidades formadoras y formand@. Enfatizó es necesario ser conscientes de dosificar el desgaste, de administrar los recursos de energía. Y rearmar las relaciones interpersonales a través de estrategias comunitarias. Pues si caemos, arrastraremos a l@s formand@s.

El proceso formativo es a largo plazo,  siempre estamos en formación y esta se hace en comunidad.

Se da espacio para hacer preguntas a Fr.  Colomé y luego él se despide del cuso de formación, por el chat se va expresando espontáneamente la gratitud por su aporte en la formación.

Para finalizar se plantean preguntas para evaluar este segundo día: ¿Qué resonó más en tu interior después de todo lo escuchado, compartido? Se va expresando en el chat y algunas  frases más resaltantes son:

Cuidarme para cuidar, conocimiento de sí mismo, autenticidad y generar confianza, administrar el desgaste, proceso de acompañamiento integral, vinculo de crecimiento, estar bien para acompañar a los demás.

Fr. Luis Javier para concluir agradeció a los formadores por esta labor que encomienda la Iglesia y en cada uno de ellos se ha encontrado fortaleza, entrega y generosidad. Y finalmente se finalizó el segundo día con la oración a cargo de las hermanas de México, junto a María de Guadalupe.

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